Sentimientos encontrados
LA POSIBLE AUSENCIA DE AFICIONADOS HA LEVANTADO CONTROVERSIA ENTRE LOS ATLETAS
Lo único que tengo en mente es ganar los Juegos y cumplir mi sueño. Fuera del ring, el ambiente es secundario, habrá que esperar a que tomen una decisión"
MARY KOM
BOXEADORA
Tengo la esperanza de que dejen al menos un mínimo de espectadores, aunque sea para aplaudir un poco, eso sería realmente fantástico"
GIANMARCO TAMBERI
ATLETA ITALIANO
Me alegra de que los lugares de competición de Tokio no estén llenos. Apenas tenía 18 años, era un niño. Y ver a tanta gente, con las cámaras y todo eso, me impresionó y me sacó un poco de la competición"
CRAIG ENGELS
VELOCISTA
Estás feliz porque lo que cuenta primero es la seguridad, pero decepcionada porque piensas: Maldita sea, quería compartir este momento"
BRITTANY BROWN
VELOCISTA
Lausana.- A pocos días de que se conozca la decisión de si celebrar los Juegos de Tokio (del 23 de julio al 8 de agosto) con o sin público y los atletas se mentalizan para competir con las gradas vacías, divididos entre la decepción y el alivio por tener menos presión del ambiente.
“Lo único que tengo en mente es ganar los Juegos y cumplir mi sueño. Fuera del ring, el ambiente es secundario”, explicaba a la AFP la boxeadora india Mary Kom (conocida como “Mary la Magnífica”), seis veces campeona del mundo y medalla de bronce en Londres 2012.
Para los aspirantes a las medallas olímpicas, la decisión que se conocerá a finales de marzo sobre permitir o no la entrada de espectadores extranjeros, pesa menos que el deseo de competir en Japón.
“Durante el invierno se ha visto que la presencia de público no es tan relevante para los resultados deportivos”, valoró el veterano saltador de pértiga francés Renaud Lavillenie, medalla de oro en Londres y de plata en Río 2016. “Si pones a diez personas en la línea de salida, todos quieren ganar”, destacó.
Extrovertido por naturaleza, adorado por los espectadores, su compatriota Kevin Mayer, plata en el decatlón en Brasil, está convencido de que “disfrutará” de los Juegos con público o sin él.
“Será menos espectacular, pero iremos con o sin público”, relativizó el recordman de origen francés.
La experiencia olímpica será igual de desconcertante: con celebraciones en solitario y una estancia más breve, y “a distancia”, en la villa olímpica, lejos del bullicio de otros años.
“Cada vez que me imagino la última vuelta de los Juegos, me veo corriendo hacia las tribunas y abrazando a mis padres”, cuenta a la AFP Craig Engels, campeón estadounidense de los 1.500 metros.
Una ilusión que comparte la también estadounidense Brittany Brown, subcampeona del mundo de 200 metros en 2019, y cuyo hermano ya había conseguido un “pasaporte válido” para viajar: “desmoraliza un poco saber que tu familia y amigos no podrán estar ahí”, asegura.
Sin embargo, para Brown, “motiva ver que los organizadores toman las precauciones necesarias (...) Estás feliz porque lo que cuenta primero es la seguridad, pero también decepcionada porque piensas: +Maldita sea, quería compartir este momento+”, expresó.
“Tengo la esperanza de que dejen al menos un mínimo de espectadores, aunque sea para aplaudir un poco”, dijo a principios de marzo el saltador de altura italiano Gianmarco Tamberi, recientemente coronado como subcampeón de la,prueba Europa en pista cubierta.
Pero más allá de las estrellas, acostumbradas a las aclamaciones y los gritos, la mayor parte de los 11.000 participantes de cada edición de los Juegos se enfrentan ya a un ambiente muy diferente.
“La mayoría competimos con muy poco público”, recordaba hace poco para el Sydney Daily Telegraph, Browen Knox, leyenda australiana del waterpolo y medallista de bronce en Pekín 2008 y en Londres 2012.
Para los debutantes, las pruebas “pueden resultar más fáciles, porque se parecerán a sus rutinas de los campeonatos nacionales e internacionales”, afirmó en la cadena ABC, Bill Tait, entrenador del Institute of Sport del Estado de Victoria (sureste de Australia).