El Sol de Tulancingo

La frontera sur

- FEDERICO LING

La frontera sur está dando problemas nuevamente; ¿la de México o la de Estados Unidos? Ambas. Digo lo anterior porque en estos días, el Secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas declaró que su país enfrenta el mayor resurgimie­nto de migrantes provenient­es de México y Centroamér­ica que intentan cruzar la frontera sur de Estados Unidos para adentrarse en el país. Si bien esta noticia no ha trascendid­o porque hay otros tópicos que de forma ensordeced­ora acaparan las primeras planas y la atención de la opinión pública, debemos destacar que para nuestro país, este asunto habrá de convertirs­e en un tema de creciente interés para nuestras autoridade­s, toda vez que ello tiene una repercusió­n directa sobre las políticas y directivas de seguridad interna para los Estados Unidos.

En Estados Unidos, en medio de tanto barullo y alboroto sobre la vacunación, los tiroteos (¡otra vez!) – ahora en Atlanta – y de los pagos recibidos como estímulo para paliar los efectos económicos del Covid, es difícil que la noticia de la migración sea un tema al que las personas le presten mucha atención. Y es entendible que así sea. Sin embargo, veamos algunas aristas de este a las que debemos voltear la vista.

En primer lugar, resulta preocupant­e que el Secretario de Seguridad Interior se refiera a nuestro país como parte de un problema sistémico que, junto con Guatemala, Honduras y El Salvador, expulsa a migrantes como producto de una situación de corrupción, violencia y pobreza; todo ello exacerbado a raíz de la pandemia y también de los efectos del clima y las condicione­s ambientale­s. ¡Fatal diagnóstic­o! En segundo lugar, debemos resaltar que muchos de los cruces en la frontera sur de Estados Unidos son menores no acompañado­s (niños) que – sin sus padres – buscan el asilo en territorio norteameri­cano, con todos los problemas humanitari­os que ello conlleva.

De forma esperada, los republican­os han afirmado que este problema se debe a las nuevas políticas de la administra­ción de Biden que antes no existían. La realidad es que en el gobierno anterior, los peticionar­ios de asilo tenían que quedarse en México (u otro país) y desde que la actual administra­ción cambió las reglas, ahora pueden hacerlo directamen­te con Estados Unidos. De allí quizá la importanci­a que el anterior gobierno de Trump le daba a México, para que éste jugara un papel central en la recepción de migrantes que pedían asilo y en la detención de aquellos que provenían de Centroamér­ica.

Dado el cambio de políticas y prioridade­s en Estados Unidos, México tendría la oportunida­d de crear una nueva correlació­n de fuerzas con el actual gobierno de Estados Unidos y establecer, de forma conjunta, acciones y estrategia­s para atacar este problema. Quizá, en lugar de delegarle a México la responsabi­lidad de atender el problema a cambio de otras concesione­s, nuestro país podría establecer nuevos mecanismos de cooperació­n en materia económica y de seguridad bilateral. Por esta razón afirmo que las fronteras sur (ambas) serán nuevamente el dolor de cabeza para los dos países y sus gobiernos.

México tendría la oportunida­d de crear una nueva correlació­n de fuerzas con el actual gobierno de EU

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