ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA
PUSIMOS A PRUEBA A LA NUEVA GENERACIÓN DEL DEPORTIVO ESTADOUNIDENSE, EXPERIMENTAMOS SU POTENTE AERODINÁMICA Y DISTRIBUCIÓN DE PESO. NOS HIZO VOLAR SIN PERDER EL CAMINO
Aprincipios de la década de los 50, comenzó a gestarse la historia de uno de los vehículos que se ha ganado a pulso un lugar: el
Corvette.
Después de 68 años de aquel suceso y ocho generaciones de evolución, en Autos OEM estuvimos ante la más reciente ejecución del superdeportivo; completamente sorprendidos no solo por el espectacular color rapid blue que ostenta,
sino por el esculpido diseño de su carrocería, cuidada en cada detalle para que luzca musculoso e imponente, sin dejar de lado su maestría para cortar el viento con eficacia. El impresionante sonido ronco de su mo
tor con doble salida de escape, avivó nuestra emoción por conducirlo. Ya abordo, es indescriptible la forma en que la espalda se pega al asiento cuando presionas el pedal del acelerador, despertando a los 495 caballos de fuerza y las 470 libras-pie de torque al eje trasero que el V8 entrega. Los cambios de marcha son muy rápidos, y en un instante estás viajando a una velocidad superlativa.
Si bien se trata de una máquina de aceleración que devora kilómetros de asfalto, lo
cierto es que en todo momento te sientes seguro, pues la buena sujeción lateral que ofrecen los asientos al cuerpo en curvas, el nulo balanceo de la carrocería y la precisión de la dirección, ofrecen un control total del coche.
Otro aspecto a resaltar es que, aunque su orientación es para viajar rápido, el esquema de la suspensión es cómodo y bien podría ser un auto para el uso diario, si es que no te incomoda robar miradas en cada metro que recorras a bordo del Corvette.