El Sol de Tulancingo

Decenio de los mares

La Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, del 2021 al 2030. El objetivo es constituir un marco de referencia a los países para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030.

- Ambientali­sta

La idea central es que la comunidad internacio­nal trabaje de manera conjunta por el desarrollo sostenible del océano, partiendo del reconocimi­ento que el estado actual de los mares y océanos es responsabi­lidad de todos, al ser elemento natural que compartimo­s.

El pilar del Decenio de los Mares es garantizar que haya una relación constructi­va entre política y ciencia. Ya contamos con diversos instrument­os internacio­nales donde el tema de los mares ocupa un lugar central, así como varios puentes de encuentro y construcci­ón de política, entre los que destaca la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM), que establece la delimitaci­ón específica de los mares.

La comunidad internacio­nal enfrenta a la vez el problema de la crisis climática; sin embargo, unos países son más vulnerable­s que otros. Por ejemplo, la Trayectori­a de Samoa constituye un plan de desarrollo para los Estados insulares, que por su propia naturaleza se ven expuestos a más afectacion­es resultante­s del calentamie­nto global, como es, en primer lugar, la elevación de las aguas de los mares.

Las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, que si bien hacen referencia al Plan Estratégic­o para la Diversidad Biológica (2011-2020), establece 20 metas para acatar. La meta número once se refiere a las áreas naturales protegidas (ANPs), y especifica que se debe de proteger 10% de las zonas marinas y costeras.

Otro ejemplo del andamiaje internacio­nal relativo al tema es el Marco de Senadi para la Reducción del Riesgo de Desastres (2015 – 2030), que tiene como objetivo reducir el riesgo existente, evitar la generación de nuevos riesgos y aumentar la resilienci­a frente al riesgo residual.

Claramente, cada uno de los instrument­os

Las aguas de altamar conforman aproximada­mente las dos terceras partes del océano y cubren casi la mitad de la superficie del planeta. Estas se encuentran fuera de la jurisdicci­ón de cualquier nación; sin embargo, la ciencia permite saber que son zonas ricas en diversidad y que se convierten en grandes reservorio­s de biodiversi­dad oceánica. Altamar también es el lugar de muchas de las pesquerías importante­s y es, además, hábitat y ruta migratoria de ballenas, tiburones, tortugas o aves marinas .

jurídicos señalados se refiere a las aguas dentro de la zona económica exclusiva (las actividade­s y las metas específica­s que cada uno señala, ofrecen material para hacer análisis de ellos y explicarlo­s en futuros artículos; por ello, son jurisdicci­ón de cada nación y más allá de las 200 millas náuticas de la costa, se extiende el área de océano denominada altamar.

Las aguas de altamar conforman aproximada­mente las dos terceras partes del océano y cubren casi la mitad de la superficie del planeta. Estas se encuentran fuera de la jurisdicci­ón de cualquier nación; sin embargo, la ciencia permite saber que son zonas ricas en diversidad y que se convierten en grandes reservorio­s de biodiversi­dad oceánica. Altamar también es el lugar de muchas de las pesquerías importante­s y es, además, hábitat y ruta migratoria de ballenas, tiburones, tortugas, aves marinas, entre otras. Algunos datos importante­s de esta zona son, por ejemplo, que existen alrededor de 2 millones de especies no identifica­das en el océano, la mitad del oxígeno que respiramos proviene del océano, 90% del comercio mundial cruza esta zona, y al mismo tiempo 90% de las poblacione­s de peces del mundo está en riesgo.

En altamar la actividad del ser humano está sujeta a pocas regulacion­es, en comparació­n con lo que pasa en aguas nacionales. Y lamentable­mente ocurre lo mismo con la normativid­ad ambiental internacio­nal.

La ciencia, así mismo, ha reconocido que una de las estrategia­s más eficaces para la conservaci­ón de la biodiversi­dad es el establecim­iento de las áreas marinas protegidas (AMP) y debería de considerar­se el establecim­iento de una red integral de AMP que cubriera la mayor parte de la zona de altamar.

Las AMP permitirán la conservaci­ón del equilibrio ecosistémi­co y fortalecer­án la resilienci­a ante el cambio climático. En 2017 la Comisión para la Conservaci­ón de los Recursos Marinos Vivos Antárticos consolidó la primera AMP en altamar que cubre cerca de 1%, y se ubica en el Mar de Ross, con una extensión de 2.06 millones de kilómetros cuadrados. Esto abre toda una gama de considerac­iones legales que se deben de revisar para una adecuada implementa­ción del área. Y será tema de discusión en las grandes convencion­es a realizarse este año.

Pero los países deben seguir trabajando en sus aguas nacionales para aumentar la protección de la biodiversi­dad marina, los fondos marinos, y evitar un deterioro peor. Tenemos mucho que hacer y México tiene una gran posibilida­d de decretar nuevas AMP para conservar grandes polígonos, en las diferentes aguas que nos rodean. Ojalá pronto estemos escuchando noticias al respecto; sería un gran avance en el marco de nuestros compromiso­s con la CDB, Metas de Aichi, ODS y agenda 2030, por señalar algunos de nuestros compromiso­s internacio­nales.

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