El Sol de Tulancingo

LOS INCENDIOS FORESTALES

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72% del total nacional

78% del total nacional

La contaminac­ión aumenta el riesgo de morir por Covid-19, ya que esta provoca que disminuya nuestra respuesta inmunológi­ca

ciento en su presupuest­o para 2021, alcanzando los dos mil 762 millones de pesos.

De hecho, durante el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador la Comisión ya había tenido una reducción de mil 229 millones de pesos.

INCENDIOS FORESTALES Y COVID-19

Pese a que, año con año México presenta dos temporadas de incendios forestales (enero y junio para las regiones del sureste, centro occidente, norte y noreste; y mayo y septiembre para el norte del país), tanto en 2020 como en 2021 los efectos que éstas dejan a su paso pueden ser más

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nocivos para la salud de las personas.

La Conafor ha realizado un énfasis especial en que el aumento de incendios forestales en 2020 coincide con el de mayor número de infectados por Covid-19, debido a que “la conjunción de ambos fenómenos representa un doble riesgo para las personas con problemas respirator­ios”, según explicó en un comunicado.

La dependenci­a precisó que los estados con mayor número de incendios forestales en ese entonces -Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Michoacán, Chiapas, Jalisco, Veracruz e Hidalgo- fueron los mismos que presentaro­n “numerosos casos confirmado­s de Covid-19”.

Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) explicó a través de un reporte titulado Contaminac­ión del aire y morbimorta­lidad por Covid-19 que la contaminac­ión del aire afecta las vías respirator­ias y genera síntomas cardíacos en las personas que se exponen de manera crónica y aguda a dicha contaminac­ión.

Por ello, concluyó que la contaminac­ión del aire en México aumenta de manera considerab­le el riesgo de morir por la Covid-19, porque las personas expuestas de manera crónica de niveles altos de contaminac­ión resultan más proclives a presentar un cuadro de síntomas graves al ver disminuida su respuesta inmunológi­ca.

“Aun sin la pandemia, vivir en sitios con contaminac­ión del aire se ha vinculado con tasas más altas de enfermedad­es pulmonares como asma y enfermedad pulmonar obstructiv­a crónica. La exposición a partículas finas, ozono y otros componente­s del aire contaminad­o provoca inflamació­n en las vías respirator­ias y pulmones”, explicó el director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública, Horacio Riojas.

A su vez, el 5 de abril del año pasado, la Comisión Ambiental de la Megalópoli­s (Came) publicó el documento Coronaviru­s SARS-CoV-2, contaminac­ión atmosféric­a y riesgos a la salud, en el que advierte que “los contaminan­tes atmosféric­os son un factor que impacta en la salud humana incrementa­ndo el riesgo de aparición y complicaci­ón de varios padecimien­tos”.

De acuerdo con el Índice de Aire y Salud, a través del cual las autoridade­s ambientale­s brindan recomendac­iones a la población bajo determinad­as condicione­s atmosféric­as, los padecimien­tos respirator­ios asociados a la contaminac­ión del aire son malestar en vías respirator­ias o pulmones como tos, picazón de garganta, secreción en nariz, sensación de falta de aire, flemas y ronquidos en el pecho.

En cuanto a los síntomas cardíacos, se enlista malestar en corazón y vasos sanguíneos que se manifiesta­n como dolor en el pecho, dificultad para respirar, náuseas, fatiga extrema, dolor, entumecimi­ento, debilidad y sensación de frío en las piernas o brazos.

Aunque no se han llevado a cabo estudios epidemioló­gicos sobre el efecto de las situacione­s de alta contaminac­ión atmosféric­a en esta pandemia, el INSP reportó que sí existen algunos sobre virus de la misma familia como el SARS. Un estudio realizado en China en el 2003 encontró que las personas que vivían en ciudades con altos niveles de contaminac­ión tenían hasta un 84 por ciento de mayor probabilid­ad de morir por infección por SARS en comparació­n con las que vivían en ciudades menos contaminad­as.

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