CHARRO DE LOS PIES A LA CABEZA
Sombrero, camisa, pantalón vaquero, aditamentos de cuero y sus botas, todo puede tener más o menos adornos, pero la vestimenta los protege de las inclemencias del clima, de picaduras de animales y quemaduras y, obvio, a lucir gallardos y varoniles
La indumentaria del charro puede ser de diferente tipo: de faena, media gala, gala y etiqueta, dependiendo de la actividad para el que se requiera
El porte varonil y peliculesco de los charros se debe, sin duda, a la tradicional vestimenta que utilizan, desde la cabeza hasta los pies, con su sombrero, camisa, pantalón vaquero, aditamentos de cuero y sus botas.
Desde antaño han usado estos característicos artículos, pero no sólo por la elegancia que les brinda, sino principalmente por las necesidades en las labores de campo que realizan ya que la vestimenta los protege de los rayos del sol, de la lluvia, de picaduras de animales y quemaduras. Y también en las competencias de charrería, que es considerado Deporte Nacional y fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
En la Asociación de Charros de La Viga –que no está ubicada en La Viga, sino en Pantitlán–, además de ofrecer el espectáculo de las suertes que caracterizan a este deporte, hay talleres-accesorias en los que elaboran de manera artesanal todos los artículos relacionados con la charrería, además, ahí mismo los venden.
Sombrerería, sastrería, talabartería y zapatería son los cuatro negocios ahí establecidos que visten a los charros de la cabeza a los pies, además de elaborar los artículos para sus caballos. Es el único lienzo en México donde se juntan todas estas distintas tiendas; en otros hay sólo una o dos.