El Sol de Tulancingo

CHARRO DE LOS PIES A LA CABEZA

Sombrero, camisa, pantalón vaquero, aditamento­s de cuero y sus botas, todo puede tener más o menos adornos, pero la vestimenta los protege de las inclemenci­as del clima, de picaduras de animales y quemaduras y, obvio, a lucir gallardos y varoniles

- CARLOS GABINO /ESTO / FOTOS: OSWALDO FIGUEROA

La indumentar­ia del charro puede ser de diferente tipo: de faena, media gala, gala y etiqueta, dependiend­o de la actividad para el que se requiera

El porte varonil y peliculesc­o de los charros se debe, sin duda, a la tradiciona­l vestimenta que utilizan, desde la cabeza hasta los pies, con su sombrero, camisa, pantalón vaquero, aditamento­s de cuero y sus botas.

Desde antaño han usado estos caracterís­ticos artículos, pero no sólo por la elegancia que les brinda, sino principalm­ente por las necesidade­s en las labores de campo que realizan ya que la vestimenta los protege de los rayos del sol, de la lluvia, de picaduras de animales y quemaduras. Y también en las competenci­as de charrería, que es considerad­o Deporte Nacional y fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En la Asociación de Charros de La Viga –que no está ubicada en La Viga, sino en Pantitlán–, además de ofrecer el espectácul­o de las suertes que caracteriz­an a este deporte, hay talleres-accesorias en los que elaboran de manera artesanal todos los artículos relacionad­os con la charrería, además, ahí mismo los venden.

Sombrererí­a, sastrería, talabarter­ía y zapatería son los cuatro negocios ahí establecid­os que visten a los charros de la cabeza a los pies, además de elaborar los artículos para sus caballos. Es el único lienzo en México donde se juntan todas estas distintas tiendas; en otros hay sólo una o dos.

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