DE TAQUITO
CON ESPECTACULAR GOL, KARIM BENZEMA ENCAMINÓ AL TRIUNFO, EN EL CLÁSICO, AL REAL MADRID, QUE NEUTRALIZÓ A MESSI Y ALCANZÓ LA CIMA DE ESPAÑA, A LA ESPERA DE LO QUE HAGA HOY EL ATLETI CONTRA BETIS, EN SEVILLA
Madrid, España.- El Real Madrid se colocó provisionalmente líder de la Liga española tras imponerse ante el Barcelona en pleno diluvio y mientras el viento condicionaba el encuentro, gracias a un primer tiempo letal, al ritmo de Vinícius Junior.
Tuvo que defenderse cuando apareció la fatiga física luego del desgaste realizado el martes frente al Liverpool, en la ida de los cuartos de final de la Champions League; mientras que el Barcelona, que acarició el empate hasta el último suspiro, dio un paso atrás en sus aspiraciones de recuperar el título de la Liga española.
Desde la solidez y la solidaridad en el esfuerzo, con precisión de cirujano al ataque y Vinícius como principal referencia para imprimir la velocidad que premiaba la labor defensiva de dos líneas unidas para impedir el futbol de Lionel Messi.
El plan de Zinedine Zidane resultó a la perfección en un primer tiempo que decidió el clásico, correspondiente a la fecha 30 de la Liga española.
Real Madrid se sobrepuso al gran desgaste físico cuando reforzó el medio campo con Federico Valverde. La cabeza pudo más que las piernas. Entregar la posesión del balón a un Barcelona fresco habría sido el primer paso hacia la derrota. Pero con inteligencia y efectividad, luchó por ella y castigó con dureza a su acérrimo rival.
Habrían disfrutado los aficionados, pero la pandemia del Covid-19 aún hace que los partidos pierdan grandeza sin el aliento que proviene desde las gradas.
El esfuerzo de los Merengues no fue para menos y sin duda sus seguidores los habrían impulsado cuando le fallaron las fuerzas.
Sólo las apariciones de Messi entre líneas provocaron algo. Su eterna asociación con Jordi Alba para un centro que fue rechazado por Thibaut Courtois en su gran lance.
Hasta el poste en la búsqueda de un gol olímpico de Messi y la salida rápida del portero para taparle espacios al borde del descanso, el Barcelona se sintió superado. Impotente por momentos. Con balón no encontró la forma de superar líneas y sin él sufrió. Desde el inicio Vinícius, exuberante de confianza, lanzó retos al rival en carreras a toda velocidad.
La defensa de tres centrales de Ronald Koeman tiene riesgos, invita al rival. Zidane no lo fue sin tridente ofensivo, con Marco Asensio en el banco de suplentes; pero sí en su consigna de ser vertical con el balón.
Los carrileros adelantados ofrecían la posibilidad de castigar sus espaldas y al minuto 13 Valverde no lo pensó. Corrió hacia campo contrario, superó a Alba, encontró a
Lucas Vázquez donde debía estar el defensor y en el centro apareció la magia infinita de Karim Benzema. El recurso de talón fue una nueva joya para su particular museo.
Exhibiendo la contundencia que tanto añoró el club merengue en sus momentos de irregularidad, el delantero extendió su racha más dulce. Clave en el asalto al liderato, con siete fechas consecutivas en las que ha anotado. Su trascendencia se extendió incluso a labores defensivas, apareció en su propia área para robarle el balón a Frenkie De Jong. El ejemplo de la unión en el esfuerzo de un Real Madrid comprometido.