El hackeo de información, una realidad global
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De acuerdo a un conteo del Centro de Estudios Internacionales Estratégicos, una organización no gubernamental en Washington DC, del 2020 a la fecha se han registrado al menos 395 ataques cibernéticos y robo de información a entidades de gobierno y corporaciones en todo el mundo. La mayor víctima sería Estados Unidos, con 64 eventos, seguido de Reino Unido, Israel y Ucrania. México ocuparía la posición global 29, con tres ciberataques, incluidos los realizados en contra de la Sedena, la Secretaría de Economía y a una fábrica de Foxconn en Tijuana.
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NÚMERO DE ATAQUES CIBERNÉTICOS A GOBIERNOS Y CORPORACIONES CONOCIDOS 2020-SEPT 2022*
a Alemania
a Reino Unido
a Canadá
a Holanda / Lituania / Nepal / Turquía / Vietnam
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7 penas este 16 de septiembre, el presidente López Obrador brindó una cortesía extraña para un mandatario hacia un activista informático. En la mayor fiesta nacional, en el desfile de las Fuerzas Armadas, se desvivió en elogios para Julian Assange.
Agradeció a sus invitados, John Shipton y Gabriel Assange, padre y hermano respectivamente, por su presencia aquel día. Sobre el activista, el Presidente dijo textual:
"El quijote de nuestro tiempo de la libertad de expresión y quien permanece injustamente encarcelado y desde esta plaza pública, la principal plaza de la República mexicana, nos comprometemos a seguir demandando su libertad".
Cosas de la vida.
Tres semanas después, el Presidente se encuentra lidiando y denostando exactamente la misma actividad por la cual aplaudió a Julian Assange: la filtración de documentos confidenciales sobre seguridad nacional.
Porque entre lo hecho por Julian
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Assange y los Guacamaya Leaks hay poca distancia.
Desde la fundación de Wikileaks en 2006, el sitio ha funcionado como el mayor depósito de filtraciones gubernamentales en la historia humana, siendo el mayor destape la filtración de documentos diplomáticos del gobierno de Estados Unidos de 2010.
Assange saltó a la fama y poco más tarde a una persecución judicial internacional de 12 años que hoy lo mantiene preso en Inglaterra y a un paso de ser extraditado hacia EU para ser juzgado por los delitos de violación a las leyes de espionaje.
Guacamaya Leaks por su parte refiere ser un grupo anónimo de hackers conocido desde marzo de este año el cual ha extraído información militar y corporativa de Guatemala, El Salvador, Colombia, Chile, Perú y ahora México.
De los archivos de la Sedena el colectivo extrajo 36 millones de documentos de los cuales se supo, entre muchas otras cosas, que el Presidente está más enfermo de lo que se creía, militares y políticos mantienen amistades y relaciones comerciales con el
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15 narco y que el Ejército espía activamente a periodistas.
Especialmente dio cuenta de una inhabilidad preocupante de las fuerzas armadas para mantener seguros sus correos electrónicos, las mismas a las que se les quiere entregar la seguridad pública del país.
Es ya tradición entre periodistas, activistas y ciudadanos interesados el encontrar las puertas cerradas de la Sedena en busca de información pública. La Secretaría de mayor poder en la actual administración opera desde una opacidad contraria a una democracia, cerrada a toda comunicación relevante y negando a diestra y siniestra solicitudes de información bajo el argumento de "seguridad nacional".
Las revelaciones que hasta el momento han surgido sobre la inteligencia de la Sedena por supuesto que son de interés público y por ende son materia válida del periodismo. Sin embargo, es cierto que quedó al descubierto información sensible que criminales pueden utilizar en contra del Estado mexicano. No necesitábamos
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México
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a Afganistán /Arabia Saudita / Bélgica / Francia / Paquistán / Polonia / Taiwán
a Azerbaiyán /Corea del Norte / España / Estonia / Finlandia / Indonesia / Jordán/
a otros 11 PAÍSES
a otros 37 PAÍSES
/ Palestina / Singapur
saber cómo son los turnos de guardias en las aduanas, ni los nombres de militares involucrados en operativos de seguridad.
Queríamos transparencia en el Ejército, pero no así. Ésta nos la están entregando quién sabe quién con quién sabe qué motivos.
El Presidente se ha ahorrado adjetivos sobre la fuga de información y en general la ha desestimado como "inteligencia" o "datos del dominio público".
Sobre Guacamaya Leaks sólo ha dicho: "sería importante saber quiénes fueron los que hackearon, pero no para juzgarlos, nada, sino nada más para saber si son los mismos. Antes de la campaña había un sistema de espionaje en contra nuestra que se llamaba Pejeleaks y eran los mismos, Claudio X, Krauze”.
Es decir, desliza la idea de que el conservadurismo enemigo está detrás de la filtración de Guacamaya Leaks; cosa muy diferente del quijotismo que le adjudica a Julian Assange.
Ahora sí que, según el Presidente, "háganse los leaks, pero en la parcela de mi compadre".