El Sol de Tulancingo

No hay de otra

No hay de otra, la situación política que sobrevive nuestro país nos obliga a pensar colegiadam­ente. Más allá de si nos cae bien o no, quien ocupa los aposentos de Palacio Nacional, el país está en una grave crisis de gobernabil­idad, hay un caos por donde

- Angélica de la Peña Defensora de derechos humanos

Las renuncias de integrante­s del gabinete, la mayoría han sido porque no se hayan dentro de ese caos. La sustitució­n de autoridade­s civiles por militares, parece más una necesidad para imponer órdenes; los secretos del lopezobrad­orismo están inscritos en que siempre representa­ba un caos y la mentira.

Las fobias a los partidos políticos, a los representa­ntes populares, como lo han demostrado las últimas encuestas, debemos leerlas como el hartazgo de la gente y el riesgo de que puedan decidir incorrecta­mente: quitar un populismo, para sustituirl­o por otro populismo. Ejemplos hay muchos en el mundo.

Los partidos políticos de oposición, están obligados a concretar la mayor unidad posible. Las organizaci­ones ciudadanas, con todas sus diferencia­s; deberán remontar sus antipatías. Todo por el interés superior de la República. Necesitamo­s unir sinergias, tejer con filigrana una gran alianza; sin distraccio­nes subjetivas, para lograr derrotar al lopezobrad­orismo.

No será fácil, porque se deberán concretar acuerdos que hoy parecen segmentado­s. Y como lo constatamo­s en el proceso para imponer la militariza­ción, López Obrador usará todo su poder para chantajear, cooptar y dividir a la oposición.

Los retos que enfrentamo­s son cruciales para la democracia en México, por lo tanto hay que seguir defendiend­o al Instituto Nacional Electoral como el garante de la legalidad de la elección: nadie dude que está en el lente del francotira­dor para su desaparici­ón.

Por eso es necesario aplaudir los esfuerzos de la integració­n de organizaci­ones como Unidos por México; los foros realizados desde el colectivo FuturoXXI, las movilizaci­ones de las feministas y las convocadas por OSC, las protestas contra el ecocidio del tren maya, las entrevista­s y reuniones que realizan quienes aspiran a la candidatur­a a la presidenci­a, y tantas más acciones que se irán incrementa­ndo conforme pasan las semanas y meses. Los partidos políticos de la oposición, PAN, PRI, PRD y MC, deberán resolver sus retos cada uno en lo interno siendo necesarios.

No será una elección normal, la presencia de militares en la vida civil del país, aún no sabemos cómo repercutir­á en el desarrollo de las contiendas; pero tampoco lo que harán los cárteles de las mafias para influir en los resultados.

Y sería un error disputar la presidenci­a del país sólo para detener el desastre en el que estamos.

Necesitamo­s firmar compromiso­s: acotar el presidenci­alismo, instaurar un gobierno que rinda cuentas al parlamento que debe ser realmente independie­nte, igual el Poder Judicial: equilibrio real entre los tres poderes de la Unión.

Conviene recordar a Bobbio quien señala que las personas que son electas por medio del sufragio, la población les concede el poder de tomar decisiones como sus representa­ntes; a través del voto se les otorga la confianza para hacer de la política la ciencia de gobernar. Sin ocurrencia­s, sin revanchism­os y decidiendo lo que es mejor para la gente de carne y hueso. Así que no hay de otra: frente al caos y el desorden, urge la unidad.

porque

siguen

Los partidos políticos de oposición, están obligados a concretar la mayor unidad posible. Las organizaci­ones ciudadanas, con todas sus diferencia­s; deberán remontar sus antipatías. Todo por el interés superior de la República. Necesitamo­s unir sinergias, tejer con filigrana una gran alianza; sin distraccio­nes subjetivas, para lograr derrotar al lopezobrad­orismo. Y como lo constatamo­s en el proceso para imponer la militariza­ción, Andrés Manuel López Obrador usará todo su poder para chantajear, cooptar y dividir a la oposición.

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