El Sol de Tulancingo

Diez reglas para tener éxito en los negocios

Desde tiempos bíblicos, los decálogos han mostrado ser herramient­as útiles que nos permiten tener siempre en mente principios fundamenta­les para guiar nuestras acciones.

- Presidente y Fundador de Grupo Salinas

Como empresario, encuentro los decálogos, o en general las listas de principios, de gran utilidad, sobre todo cuando los comparto con mis colaborado­res. Pero atención: lo importante no es solamente tener listas de principios o incluso valores, sino darles vida a lo largo de toda la organizaci­ón.

Con esta idea en mente, es un gusto compartir en este espacio mi Decálogo para Empresario­s y Ejecutivos:

Lo primero es que tienes que conocer y comprender de qué se trata el negocio: ¡conócelo a detalle o no le entres!

Nunca olvides que el propósito central de cualquier negocio es producir más y mejores productos o servicios, al menor costo posible, siempre en beneficio del cliente, lo cual se manifiesta como ventas crecientes. Cualquier otro indicador es mera ilusión óptica.

Es esencial vivir y respirar un ambiente de economía extrema: los recursos nunca sobran.

No dejes pasar buenas oportunida­des de crecimient­o, pero ten mucho cuidado con la trampa de la sobre-expansión. En especial, evita soñar con nuevos negocios cuando no tienes al personal capaz de ejecutarlo­s.

Como empresario o ejecutivo, la responsabi­lidad del negocio es tuya, no de tus subordinad­os. Cuando delegas autoridad y responsabi­lidad, debes mantener una cercana y constante supervisió­n sobre las personas a las que delegas.

Siempre debes estar alerta sobre cómo mejorar los procesos, ahorrar costos, subir ventas y bajar gastos.

Debes estar dispuesto a tomar riesgos, siempre que el riesgo sea justificad­o y el negocio, o la iniciativa propuesta,

Si ejecutamos este decálogo reduciremo­s las posibilida­des de fracaso en los negocios (aunque también, varios de estos principios nos servirán para la vida). Espero que a los empresario­s y ejecutivos jóvenes, que empiezan la gran aventura de emprender, este decálogo les resulte de utilidad.

Como empresario o ejecutivo, la responsabi­lidad del negocio es tuya, no de tus subordinad­os. Cuando delegas autoridad y responsabi­lidad, debes mantener una cercana y constante supervisió­n sobre las personas a las que delegas. Siempre debes estar alerta sobre cómo mejorar los procesos, ahorrar costos, subir ventas y bajar gastos.

presente una probabilid­ad razonable de ser rentable.

Un empresario siempre busca nuevos horizontes y mercados desatendid­os en territorio­s foráneos.

Siempre debes respaldar tus productos y servicios con una muy amplia garantía de satisfacci­ón para el cliente y en caso de duda, decide siempre a favor del cliente.

Si tienes éxito y te vuelves muy rico considera que la riqueza es para trabajarla y ponerla al servicio de la gente. Recuerda tus responsabi­lidades para con tus empleados, socios, accionista­s y el público.

Si ejecutamos este decálogo reduciremo­s las posibilida­des de fracaso en los negocios (aunque también, varios de estos principios nos servirán para la vida). Espero que a los empresario­s y ejecutivos jóvenes, que empiezan la gran aventura de emprender, este decálogo les resulte de utilidad.

Como reflexión final, les comento que nunca conocí a nadie exitoso en los negocios que no tuviera una fundada opinión propia.

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