La percepción de inseguridad en México
Desciende la percepción de inseguridad de acuerdo con la última encuesta del INEGI que recoge la opinión de los mexicanos sobre uno de los principales pendientes sociales que tenemos en el país. Según este instrumento, cayó del 67 al 64 por ciento.
Recordemos que hubo años del sexenio anterior en la que esta sensación estaba casi en 80 por ciento y correspondía con una realidad en la que los delitos aumentaban en coincidencia con la percepción de falta de seguridad en muchas regiones del país. Una de las conclusiones para dar un giro social hace cuatro años y, como mayoría, votar por un cambio de época y de rumbo fue la urgencia de detener la violencia en el país y atacar de fondo el problema de la inseguridad.
Ha sido un camino difícil, que ha requerido de mucha voluntad y de compromiso de una estructura de seguridad nacional que hoy se reúne diariamente para tener el pulso de lo que ocurre en todo el territorio y de corporaciones e instituciones, como nuestras Fuerzas Armadas y nuestra Guardia
Nacional, que dedican sus tareas a la construcción de la paz y de la tranquilidad que merecemos.
Comparar las cifras sobre la comisión de los delitos con los resultados de la encuesta elaborada por el INEGI podría revelar que hay una coincidencia entre este sentimiento social y lo que está sucediendo en las calles y en las colonias del país; es decir, que la baja en casi todos los crímenes del fuero común y del fuero federal es proporcional a la percepción de que estamos alcanzando una meta que llevaba años sin registrar descenso.
Falta camino por recorrer, eso es cierto, pero creo que no se puede discutir mucho más que nos encontramos en el camino correcto para pacificar y resolver las causas que han motivado el avance de un crimen organizado, que es todo, para que pasemos a una consolidación del Estado de Derecho que tanto exigimos.
Cuenta mucho la participación social y el contacto que tenga el gobierno de México con las necesidades de la gente y se pueda seguir con la atención de causas que no son nuevas, pero que sí lograron deteriorar el tejido social que ahora estamos tratando de reconstruir entre todas y todos.
El contacto cercano con lo que ocurre en calles y colonias ha sido un factor decisivo para que los ciudadanos puedan hacer una evaluación de la seguridad en su entorno y de la presencia de las instituciones encargadas de brindarla.
Esto va acompañado también del combate a la impunidad y de una forma de actuar que no deje casos en el limbo judicial en el que luego caen. Una de las tareas que costará mayor trabajo es que se aumente el número de consignaciones y de condenas en contra de quienes decidan romper la Ley en perjuicio de la sociedad.
El fundamento para que esto pudiera ocurrir era la construcción de confianza necesaria para que la gente opinara.