REGRESÓ A TODA VELOCIDAD
EL PILOTO DE RED BULL PUSO DE CABEZA GUADALAJARA AL REUNIR A MILES DE ALMAS EN LA GLORIETA DE LA MINERVA
Guadalajara.- La perla tapatía apenas amanecía y por sus calles se podía ver que este martes era el día; el día de Sergio Pérez. Por las calles del centro de la ciudad, a unos 15 minutos de la Glorieta de La Minerva en auto, circulaban familias, jóvenes y hasta perros con la indumentaria y colores de Red Bull, todos rumbo al mismo destino: la popular Avenida Vallarta.
Ya más cerca del punto de reunión, por los tradicionales “Arcos”, justamente uno de los límites del circuito callejero, la circulación se volvió imposible. “Esto no es normal”, decían algunos aficionados que desesperados caminaban en busca de un lugar que les permitiera ver lo más cerca posible a su ídolo.
Y no era para menos, las 130 mil personas que se reunieron para ver el regreso de Checo Pérez a su tierra comenzaron a llegar desde mucho tiempo antes de lo
MIL programado; a las 2 de la madrugada ya había aficionados en las vallas, por lo que, para las 7 am, ya era un “sueño” encontrar un lugar hasta al frente.
El tiempo avanzó y la gente cada vez era más, con gritos de “El viejo sabroso” y “Ole, ole, ole, ole, Checo, Checo” mataban el tiempo e ignoraban un poco el sol, que para ese entonces ya caía a plomo. Cuando por fin comenzaron las actividades, la gente recibió con gritos y aplausos a los pilotos de los Karts, quienes más allá de buscar el campeonato, vivieron la “experiencia de su vida” al poder compartir pista con el mejor piloto mexicano en la historia. Tras ellos aparecieron Juca y Benito Guerra, ambos encendieron los ánimos con el poderío de sus motores, sobre todo el YouTuber, quien con un R8 montado en un Tsuru se ganó la euforia de los presentes, entre las gradas se alcanzaba a escuchar: “suena machín”, pero no era más que una probadita de lo que se venía.
Así el sonido local colocó en las bocinas el ronroneo del RB7 de Pérez, la gente estalló en euforia, pero cuando creían que era
130
el momento, las motocicletas entraron en acción y aunque Aaron Colton fue muy aplaudido, la impaciencia de de ver a Checo ya era muy evidente.
Entonces fue que apareció, Sergio Pérez salió montado en el Safety Car para dar una vuelta de reconocimiento ante la presencia de 130 almas que no pararon de corear su nombre, a su regreso, se colocó el casco y el resto del equipo y entonces llegó lo bueno.
Con el estruendo del auto campeón en 2011, Pérez salió a máxima velocidad y regaló un par de “trompos” para los presentes, minutos después vino otra pausa y el letargo apareció nuevamente.
El mexicano y su escudería tenían una sorpresa para todos, en la acera de la Avenida Vallarta se iba a pintar de colores, junto al recorrido de Sergio; sin embargo, el plan falló y sus seguidores tuvieron que conformarse con verlo salir dos veces más.
Tras la descarga de adrenalina, Pérez dio una vuelta más para ser aplaudido, “Checo,
Checo, Checo”, gritaba la gente por lo que al terminar no pudo más que decir: “es la mejor experiencia de mi vida, gracias”.
Los 130 mil aficionados que se reunieron en la glorieta de La Minerva y sus alrededores no pudieron charlar con Checo, pero al preguntarles si todo había valido la pena y qué le dirían a su ídolo, la respuesta fue: “Gracias a ti por regresar a Guadalajara”.