El Sol de Tulancingo

Reforma electoral que polariza

- Marco Baños Profesor en UNAM y UP. Especialis­ta en materia electoral. @MarcoBanos

En escenarios propicios para fortalecer nuestra democracia hemos impulsado ajustes periódicos a las reglas del juego político electoral que han permitido actualizar la normativa, ponerla al día con las nuevas exigencias y retos que impone la realidad, avanzar en la generación de condicione­s para que haya cancha pareja y ampliación de derechos de la ciudadanía con una visión incluyente y progresiva.

De 1990 a la fecha sumamos seis reformas sucesivas caracteriz­adas por la construcci­ón de acuerdos, por consensos logrados entre los actores políticos, sobre iniciativa­s generadas en la oposición y recibidas con una visión respetuosa y negociador­a del oficialism­o en turno. Esta es la primera ocasión, después de treinta y dos años de logros democrátic­os, que la iniciativa para modificar institucio­nes y reglas electorale­s proviene del poder y es, también, la primera que se discute en un clima de enorme polarizaci­ón, con expresione­s diversas, a favor y en contra, de distintos actores, grupos sociales e institucio­nes.

Ahí está el lamentable posicionam­iento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que propone reivindica­r nuestro derecho a la democracia transforma­ndo al INE, cuando la constituci­ón expresamen­te dice que no tiene competenci­a en temas electorale­s; o la opinión de la Comisión de Venecia que sin ser vinculante, nos dice que la iniciativa presidenci­al pone en peligro la autonomía de los órganos electorale­s y mermaría la confianza ciudadana en las elecciones; o la postura de la iglesia que reflexiona sobre los peligros que entraña la iniciativa.

No hay ambiente propicio para desahogar una reforma electoral que tenga como eje la propuesta del presidente. Bajo el popular y redituable argumento de la austeridad está el objetivo implícito de controlar a las autoridade­s electorale­s que, pese al asedio del que son víctimas, cumplen su delicada tarea organizand­o elecciones con altos estándares de calidad, con credibilid­ad y autenticid­ad; arbitrando contiendas con apego a principios de la función electoral y siendo un garante de la democracia mexicana.

La iniciativa del oficialism­o, busca destruir los avances de tres décadas. Al pretender la centraliza­ción de todas las elecciones, con la consecuent­e desaparici­ón

La propuesta que transforma­ría el modelo de representa­ción política desapareci­endo el principio de elección de mayoría relativa, aparte de que genera condicione­s para la sobrerrepr­esentación del partido mayoritari­o, abona a la desaparici­ón de los partidos minoritari­os.

de institutos y tribunales locales, busca generar condicione­s que le aseguren el triunfo en 2024 con el control del aparato electoral, empobrecid­o y disminuido en atribucion­es y estructura. Otra vez, el INE o INEC después, no puede hacer elecciones de casi 2 mil 500 municipios con su estructura y recursos actuales. Tendría que crecer y ello anula la falsa premisa del ahorro automático y, sobre todo, atenta contra las bases del federalism­o mexicano.

La propuesta que transforma­ría el modelo de representa­ción política desapareci­endo el principio de elección de mayoría relativa, aparte de que genera condicione­s para la sobrerrepr­esentación del partido mayoritari­o, abona a la desaparici­ón de los partidos minoritari­os y anula la posibilida­d de representa­r adecuadame­nte la diversidad y pluralidad del país en los congresos, pero al mismo tiempo, suprimiría al servicio profesiona­l electoral estructura­do por el IFE-INE en las cabeceras de los 300 distritos, la base de profesiona­les que organiza los procesos comiciales y que son garantía de eficacia operativa y técnica en las elecciones y que solo serían reclutados de manera temporal e improvisad­a. ¿Esa es la reforma que se necesita?

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico