Adultos mayores venden en la calle para sobrevivir
El centro de Pachuca es punto común para decenas de vendedores, entre ellos adultos mayores que ofertan artículos varios para obtener un sustento económico; sin embargo, el cansancio, el frío, el peso son obstáculos que sortean día a día para poder comprar alimentos como maíz, frijoles, sopa o tortillas.
A menos de un kilómetro de distancia coincidieron Julio Flores Salvador y Arturo Oritz Aviña vendedores de bolsas con ajos, cerillos, encendedores y paletas. Ambos adultos mayores de 83 y 68 años de edad, respectivamente, ofrecen artículos de uso cotidiano la mayor parte de la semana, siempre y cuando su condición física se los permita.
Julio viene de vez en cuando a Pachuca, viaja desde Santa Catarina que dijo se ubica abajo de Tulancingo y de Honey, distancia por la que paga 142 pesos de ida vuelta, "me conviene porque aquí tengo una hija y me da permiso para quedarme, vengo a vender un rato... cuando me canso ya no vengo".
En el caso de Julio cuenta con el apoyo para los adultos mayores, aunque solamente le permite comprar maíz, sopitas o algo de manteca, frijoles," no me alcanza, pero de todas formas para eso hago la lucha para buscarle a la vida. Cuando no gasto junto centavitos y tengo que ganar en los ajos 50 o 70 ahí más o menos".
Mientras que Arturo con un sentido del humor intacto sale a vender encendedores, paletas y cerillos en su silla de ruedas porque no cuenta con apoyo para adultos mayores o personas con discapacidad. Narró que "a veces no vengo porque mis rodillas me duelen mucho, con el frío no puedo venir... Antier me tuve que comer las ofrendas. Las ofrendas que les puse a mis muertos me las tuve que comer, les dije pues con su compermiso porque no tengo dinero, ni modo".