¿Y México para cuándo?
Cada día en nuestro país estamos a la expectativa de que ocurrencia saldrá en el horario matutino que es donde más se destinan tiempos oficiales… pero jamás comunican resultados. Si analizamos la narrativa que se usa siempre es polarizar y denostar y a to
Alguna vez nos hemos preguntado por qué escasamente se mencionan acciones en favor de la gente? ¿por qué se destina más tiempo a los mensajes de odio que a las acciones en beneficio de este nuestro país? ¿Por qué este gobierno destina su tiempo en justificar sus errores con los actos del pasado? Sin duda una de las preguntas que me hago cuando veo que en México no hay acciones concretas de ninguna índole, no hay presupuesto justo, no hay empleos dignos, hay poca inversión, se sigue invisibilizando a las mujeres y debilitando a la democracia, me pregunto: ¿Y México para cuándo?
Y esta es la pregunta que se hace la ciudadanía, esto ya trascendió más allá de los propios partidos políticos, la decreciente manera de gobernar del oficialismo comienza a generar lo que ya hemos leído en muchos países… esto sin duda ha alertado la falta de acciones en México para las y los periodistas, activistas, mujeres, la falta de una estrategia de seguridad, la reiterada negación de diversos sectores sobre la acción de militarizar y sumado a esto una actitud permisiva hacia el crimen organizado, entre muchas otras cosas.
Llegamos a un punto en el cual se alza la voz como se hizo el pasado domingo. Un día histórico para México, donde miles de voces se dieron cita para exigir respeto a la democracia.
Ante este hecho de inmediato salieron las descalificaciones a más de 700 mil mexicanos y mexicanas y todo esto por no coincidir con una reforma electoral a modo para desmantelar la vida democrática y al árbitro electoral, entre esto saber que lo que pretende el oficialismo desde la Secretaría de Gobernación es organizar las elecciones y por supuesto que esto significa una regresión de 70 años para México.
Si bien nuestro sistema democrático es perfectible, ya quedó claro que esta reforma electoral a modo no es la solución, ya basta de denostar todos los días, de desprestigiar y minimizar la pluralidad y la libertad de expresión de quienes pensamos diferente, de generar mensajes de odio y de poner en evidencia una manera dictatorial de gobernar: un ejemplo claro de ello es el recorte al presupuesto para el INE y siguen destinando presupuesto a las obras faraónicas: al Tren Maya, a la refinería de Dos Bocas y al Aeropuerto Felipe Ángeles, con esto ha quedado claro que la visión de país del inquilino de Palacio Nacional no es el bien de las y los mexicanos sino sus sueños frustrados, hacerlos realidad a través del gobierno y a costa de miles de ciudadanos.
El personaje que habita Palacio Nacional deja salir el ego herido y con la finalidad de presionar una reforma que no fortalece a la democracia pero sí a sus “ocurrencias“, es la prisa de marchar ahora él, tintes de populismo de un dictador, destinando gran parte del presupuesto público para una marcha que se le ocurrió y me pregunto ¿Y México para cuándo?
Por eso claramente se observó que el pasado domingo quienes hablamos de forma unificada y mayoritaria tenemos claro que el país no va nada bien y es momento de que sigamos alzando la voz y sumemos esfuerzos para recuperar a México.
Si bien nuestro sistema democrático es perfectible, ya quedó claro que esta reforma electoral a modo no es la solución, ya basta de denostar todos los días, de desprestigiar y minimizar la pluralidad y la libertad de expresión de quienes pensamos diferente, de generar mensajes de odio.