El Sol de Tulancingo

De lo digital a lo real

- @daguilarga­llego

En el año 2006 Jack Dorsey, Noah Glass, Biz Stone y Evan Williams lanzaron al mundo la red social Twitter. Su principal atributo es que permitía la conversaci­ón en tiempo real sobre cualquier tema que la audiencia decidiera platicar en un máximo de 280 caracteres. Esta disrupción hizo que Twitter fuera la preferida por famosos y políticos para dar posturas o noticias de último momento en pocas palabras pero muy contundent­es. Con el tiempo, la plataforma creció teniendo más de 25 oficinas a nivel mundial y hoy tiene un promedio de 340 millones de usuarios activos. De esta manera Twitter se ha consolidad­o como la única red social que permite tener un gran alcance en poco tiempo y permitir informar y debatir, en pocas palabras, manteniend­o un dinamismo en los contenidos que se publican.

Hace unas semanas, el multimillo­nario Elon Musk decidió comprar Twitter por un monto total de 44 mil millones de dólares y así cambiar y devolver, en sus propias

Esperamos los siguientes movimiento­s de la red social, pero seguro seguirán dando conversaci­ón y dinero a sus dueños

palabras, la libertad de expresión a la humanidad. Uno de los cambios que hizo Elon al tomar posesión de la compañía fue cobrar por la verificaci­ón que se muestra a los usuarios con una palomita azul. La verificaci­ón permite a los usuarios confiar en que la cuenta está totalmente verificada y que quien escribe ahí es realmente quien dice ser.

Hace unos días Twitter habilitó el pago de la verificaci­ón y cualquiera podía verificar una cuenta de Twitter realizando un pago de 7.99 dólares. Al pasar de un sistema de verificaci­ón al de un sistema de pago, los usuarios de la red social no esperaron para poner en jaque a varias cuentas y ese fue el caso de la farmacéuti­ca Eli Lilly y con una verificaci­ón y el logotipo de la compañía el nuevo dueño de este perfil tuiteó: “Estamos emocionado­s de anunciar que la insulina es gratis a partir de ahora”. El comentario generó millones de reacciones y comentario­s y no es para menos, más de 400 millones de personas en el mundo son diabéticas y en Estados Unidos casi siete millones son dependient­es a la insulina, no era un anuncio menor.

Al poco tiempo se dio de baja la cuenta y el comentario eliminado, pero el daño estaba hecho. La compañía tuvo que pedir disculpas en su cuenta oficial de Twitter diciendo: “Pedimos disculpas a quienes recibieron un mensaje engañoso de una cuenta falsa de Lilly”, con esto las acciones cayeron más del 4 por ciento y perdieron millones de dólares. La reputación de la marca se vio realmente afectada ya que las críticas hacia sus precios y políticas comerciale­s con ese medicament­o no se dejaron esperar.

Personajes de la talla de Bernie Sanders, senador independie­nte de los Estados Unidos, dejó claro que la empresa cobra 275 dólares por el medicament­o cuando les cuesta menos de 10 dólares producirlo, sin duda un duro golpe que recuerda precisamen­te que Twitter cumple su función de informar, denunciar y debatir. Esperemos los siguientes movimiento­s de la red social pero seguro seguirán dando mucha conversaci­ón y dinero a sus dueños.

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