Pocos negocios
Al igual que en muchos otros municipios, en Tulancingo aún quedan comercios que fueron erguidos hace varios años y hoy son parte de la vida cotidiana de los tulancinguenses.
Sin duda alguna, se debe mencionar a las
Luz Roja, ubicadas justo en el centro de Tulancingo
famosas tortas La Luz Roja, ubicadas justo en el centro de Tulancingo. Aunque el establecimiento como lo conocemos hoy en día data de 1945 y fue obra de la administración del señor Pacheco Sandoval y su esposa Ester Medina de Pacheco, en realidad los inicios de la famosa tortería son de 1910.
Otro de los más antiguos y sin duda conocidos no solo por los tulancinguenses, son las tortas La Preferida.
Este establecimiento se edificó desde 1955, luego de la inundación que marcó a Tulancingo, y desde entonces es un punto de referencia para todo tulancinguense, gracias a la visión de Rosalva y Enrique Teodoro Meléndez, y María Luisa Santos Suárez.
Destaca también El Portón de Rosita, otro comercio dedicado a la gastronomía tulancinguense, específicamente a los guajolotes, y es que este local de leyenda vio nacer al platillo más característico de Tulancingo.
Fue en 1948 cuando este negocio de antojitos abrió sus puertas para no cerrarlas. Isabel Acíbar Alvarado sigue con el legado que su madre, Rosa Alvarado Valladares, dejó al ser la creadora del guajolote.
Otro lugar que por tradición está en la vida de los tulancinguenses, es el restaurante y hotel El Colonial. Con una trayectoria de más de 52 años, para muchas familias es el lugar idóneo para salir a desayunar o comer los fines de semana. No se puede quedar atrás el Cine del Villar, sitio tulancinguense por excelencia. Este singular espacio abrió sus puertas en junio de 1960.
pudieron sobrevivir a los cambios de la época contemporánea