¿La nueva clase política en ciernes?
La pretensión o intención por construir una nueva clase política en este régimen, ya más parece un buen deseo o mal sueño, porque no se ve por donde pueda brotar esa transformación que deba elevar la calidad de la función pública, de las tareas legislativas y de la procuración de justicia y se advierte que en el marco de una sociedad más exigente, los actores y protagonistas de la vida política estatal y nacional, no han aprovechado los amplios espacios de libertades y tolerancia que sí se han incrementado como plataformas y escenarios de cambio.
El reiterado discurso de la renovación parece quedar estancado, hay marcada tendencia a olvidar la lealtad a los gobernantes y la fidelidad a las instituciones y de hecho no soportar o no aguantan una evaluación que a los políticos y servidores públicos se les coloque como ejemplares en su vocación de servicio y por consecuencia la gente tiene que aceptar el conformismo sobre una cultura cívica, política y democrática hundida en la opacidad, indiferencia y negligencias.
ENCARAR HASTA RESOLVER
La gente, los ciudadanos consideran que una nueva clase política no rehúye a los grandes y graves problemas del estado y que con valentía e inteligencia los han de encarar hasta resolver, como así lo reclama la sociedad. En el caso de los diputados locales, ya se han exhibido con insistencia que rehúyen o les dan la vuelta a los temas críticos o álgidos y solo buscan la comodidad aprobatoria sin discusión ni debate, solo hay que ver a los "legisladores " entre comillas, como ERNESTO GONZAÉZ, GERARDO RAMIREZ, VIOLETA CERRILLO, ANA LUIS DEL MURO, ARMANDO DELGADILLO, MARIBEL GALVÁN O ANALÍ INFANTE, morenistas u obradoristas que ni entre ellos buscan la unidad.
En el ámbito federal hay que ver la decepción popular por los diputados MARCO FLORES, FUENSANTA GUERRERO, SOLEDAD LUÉVANO, CARLOS PUENTE, que poco o nada aportan a la consolidación de una nueva y vigorosa clase política, que se ilustre con liderazgos, combatividad e inteligencia y experiencia parlamentaria, dejan mucho que desear. Así mismo, entre los funcionarios, resulta lamentable que figuras como MARIBEL VILLALPANDO, RODRIGO CASTAÑEDA o SUSANA RODRIGUEZ, estén en boca de todo mundo por sus limitaciones en el ejercicio de sus responsabilidades, cuando todo mundo espera o esperaba que fueran puntal de esa nueva clase política tan esperada.
Entre los presidentes municipales, la trilogía del corredor metropolitano, JORGE MIRANDA, SAÚL MONREAL y JULIO CÉSAR CHÁVEZ, son la excepción, porque de Jerez puras lamentaciones y la gran decepción entre los jerezanos por HUMBERTO SALAZAR, y párenle de contar porque del resto solo hay que reconocer las limitaciones presupuestarias que tienen y que impiden actuar con más creatividad e impulso al desarrollo cultural, económico y social.
Se advierte que los municipios, en la legislatura y la estructura estatal se mantienen inmersas en una profunda crisis de credibilidad y de desconfianza social, que urge abandonar ya con cambios en la búsqueda de ese modelo caracterizado por una clase política creativa, renovadora, transformadora e integradora, capaces de influir en la sociedad, para que ésta cambie su percepción negativa por la falta de resultados.