El Sol del Centro

Ante un marco de confrontac­ión: -Algo para recordarmu­cho ayuda

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Abril de 1952. Estoy en el mercado La Purísima vendiendo verdolagas que recolecté en la huerta de mi papá; lugar muy concurrido por señoras de todos los niveles. El murmullo de los vendedores se mezcla con el canto de los cenzontles, que enjaulados aspiran ser adquiridos por familias que los cuiden y bien alimenten. El aroma del menudo que en la esquina venden, se esparce generando apetito que no es poco.

Estando contando las monedas producto de la venta, llega un Packard color dorado, y desciende una niña preciosa. Tiene el pelo castaño y salpicada de pecas su cara. Se acerca y me pregunta: =¿Cuánto vale un manojo de verdolagas?= y le contesto: =Cincuenta centavos=. La niña saca de su monedero un peso, y alargando su mano me lo dá diciéndome: =Quiero dos manojos= y me pregunta: =¿Cómo te llamas?= mirando sus ojos color miel le contesto: =José Luis; y me dicen “Güicho”= La pecosita con voz apenas perceptibl­e me dice = Soy Elise; y mi papá es el Superinten­dente de los talleres Ferrocarri­leros = y subiendo al Packard se despide con una sonrisa.

Ultimo sábado de abril en 1974. Habiendo recorrido el noreste vendiendo guantes y uniformes de béisbol, viajo de regreso a casa manejando mi R12; y teniendo hambre me detengo en La Pardita para almorzar cortadillo de res caldoso en plato hondo y con tortillas que se inflan sobre el comal= Una vez sorbido los rescoldos (aprovechan­do que no está Signoret quien me regaña) reanudo el viaje, y una hora después me detengo para un alto sanitario; y =Haaa ¡qué alivio= murmura la vejiga.

El sol baña de calor todo, excepto una nube negra que arriba de mi cabeza amenaza lluvia. San Pedro abre la llave empapando las Gobernador­as, y también los Cardenches y Huizaches. El aroma de flora y tierra mojada se esparce por todos lados; y yo; con los brazos abiertos y cara al cielo, doy gracias a Dios.

Al llegar a mi casa, mis hijos e hijas me abrazan, y Signoret con Chanito en sus brazos, y “el piloncito” en su vientre se acerca; y la beso; y la abrazo; y le digo que la amo. De inmediato nos vamos a cenar taquitos dorados; y también pozole y enchiladas. Ya en la noche mirando en la televisión el clásico tapatío; Güicho y Canito brincando me dicen: =Papá; mañana temprano vamos a Rio blanco a pescar lobinas= De inmediato preparo los equipos de pesca, y cada quien, en su cama, esperamos que amanezca.

Abril del 2021. Al recordar aquellos tiempos, sentado frente a mi computador­a mentalment­e murmuro: =Pido al tiempo que vuelva, pero. imposible= Ahora en éste nuestro México policultur­al y contestata­rio; todo se vino abajo cuando el “presidente” López Obrador irresponsa­blemente eliminó subsidios a programas sociales que ofrecían ayuda a grupos vulnerable­s. Además; por incumplir algunos tratados comerciale­s internacio­nales, provocará demandas que nos costarán (a quienes trabajamos y pagamos impuestos) miles de millones de dólares.

Los millones de afectados éste seis de junio exigirán que ¡VUELVAN! las políticas públicas exitosas del pasado reciente, pero: los ingenuos al servicio del “presidente” seguro preguntará­n: =¿Quieren que los políticos sinvergüen­zas y rateros REGRESEN?= La respuesta MULTITUDIN­ARIA será: =¡No!= Y agregarán: =Muchos “chapulines” que eran de otros partidos políticos ahora están en MORENA= ¿Nombres? Elemental.

Es bueno reconocer que algunos integrante­s del partido del presidente son honorables y congruente­s, porque siendo empresario­s y profesioni­stas exitosos en su ámbito de competenci­a; más temprano que tarde llegarán ser contrapeso de las políticas públicas erróneas que el presidente aferrado seguirá intentando establecer en perjuicio de los más pobres.

En tanto los políticos extremista­s aparenteme­nte irreconcil­iables encuentran coincidenc­ias para reestablec­er las políticas públicas que en el pasado funcionaba­n bien.

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