Biodiversidad resiliente, justa e incluyente
El año 2022 cerró con muy buenas noticias para la biodiversidad. En la reciente Conferencia de las Partes sobre Diversidad Biológica (COP15) desarrollada en Montreal en diciembre del año pasado, se adoptó el nuevo marco mundial Kunmingmontreal de la diversidad biológica.
En un contexto de crisis climática, esta decisión viene a dar una luz de esperanza y de vitalidad en las decisiones dentro del sistema de Naciones Unidas, pues además de reflejar el un compromiso de las Partes, refleja un impulso para que las decisiones permeen y se traduzcan en cambios visibles.
Por ello, el nuevo marco está pensado con un enfoque ecosistémico, intergeneracional y busca visibilizar la relación entre biodiversidad, salud y los objetivos del convenio, entre los cuales se encuentran: aumentar la resiliencia de los ecosistemas y detener la extinción de especies ocasionada por los seres humanos; gestionar la diversidad biológica de forma sostenible y distribuir justa y equitativamente los beneficios (monetarios y no monetarios) contemplando a los pueblos indígenas y comunidades locales, para lograr una conservación de los conocimientos tradicionales.
Dentro del acuerdo Kunming Montreal, se enfatizan las Soluciones basadas en la Naturaleza (SBN) y las estrategias basadas en los ecosistemas, en las cuales cabe hacer mención a las metas 8 y 11, pues ambas mencionan la importancia de aumentar la resiliencia para disminuir el riesgo de desastres, impulsando al máximo los efectos positivos en la naturaleza.
Por ello, el reconocimiento y aplicación de las SBN debe ser prioridad en el diseño e implementación de políticas públicas que busquen hacer frente a las diferentes crisis que vivimos. Una guía para aplicarlas de forma correcta, la encontramos en la publicación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) sobre los estándares globales para SBN.
En esta publicación, de julio de 2020, la IUCN resalta la importancia de un análisis integral y propone un marco para diseñar, verificar y ampliar las SBN, reconociendo estas como: “acciones dirigidas a proteger, gestionar y restaurar de manera sostenible ecosistemas naturales o modificados, que hacen frente a retos de la sociedad de forma efectiva y adaptable, proporcionando simultáneamente bienestar humano y beneficios de la biodiversidad”. Esta última, condición sine qua non pues al proporcionar beneficios simultáneos a la naturaleza y a las personas, se busca evitar soluciones de corto plazo o que el beneficio no sea integral.
Las SBN buscan generar una verdadera estabilidad del ecosistema enfrentando no sólo las crisis medio ambientales, sino una crisis de inclusión. Para esto, la IUCN propone que en todas las intervenciones sean incluidos distintos sistemas de conocimiento y grupos afectados, incluyendo las mujeres, las juventudes, los pueblos indígenas y las comunidades locales.
Así, el marco adoptado por el Acuerdo KunmingMontreal representa sí una hoja de ruta con 23 metas hacia 2030 que buscan una recuperación de ecosistemas a través de las SBN, pero también un proceso incluyente.