Una guerra empapada de Internet
A 54 años de haberse transmitido el primer mensaje por Internet, hoy podemos disfrutar de videollamadas con familiares y amigos, películas en tiempo real por streaming y compartir miles de millones de fotos y videos en redes sociales, pero el Internet no fue creado para divertir o entretener; fue creado para la industria militar.
En 1969, el Departamento de Defensa de Estados Unidos creo ARPANET, el primer modelo de Internet que permitía a varias computadoras compartir información. Actualmente, el Internet puede determinar el curso de una guerra que desafortunadamente se libra entre Rusia y Ucrania, pero ¿qué tiene que ver el Internet en el curso de este conflicto?
A partir de febrero de 2022 que Rusia atacó Ucrania, parte importante de sus objetivos han sido instalaciones que comprometen el sistema eléctrico y de telecomunicaciones; de esta manera, sin luz ni Internet, las tropas ucranianas no tendrían posibilidad de comunicarse y básicamente estarían peleando a ciegas. Afortunadamente para el gobierno de Volodímir Zelenski existe Starlink; la primera y única solución de Internet Satelital de alta velocidad con cobertura global. La apuesta de Starlink es tener en órbita 12 mil satélites, hasta el momento tienen casi cuatro mil, con miras a incrementarlo a 42 mil y poder ofrecer un sistema totalmente confiable y de fácil acceso en cualquier lugar del mundo.
Para el gobierno ucraniano, el apoyo de Elon Musk y su empresa de Internet satelital ha permitido que, conectado a una batería de auto, un pelotón pueda establecer conexión a Internet en medio de la nada, enviar mensajes encriptados a sus superiores y permitir que el mismo presidente ucraniano envíe los videos y mensajes al mundo desde su oficina sin miedo a un corte de energía eléctrica o de Internet. Varios países, incluidos Rusia y China, han comentado que Starlink podría ser considerado un asunto de seguridad nacional ya que una estructura espacial civil estaría interviniendo en un conflicto armado.
El apoyo de Occidente es cada vez más fuerte y decidido, así lo comentó hace unos días el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg. "El precio que pagamos es en dinero. Mientras que el precio que pagan los ucranianos es en sangre. Si los regímenes autoritarios ven que la fuerza es recompensada, todos pagaremos un precio mucho más alto. Y el mundo será más peligroso para todos".
La tecnología siempre ha jugado un papel central en los conflictos armados, desde la invención de la pólvora hasta las bombas nucleares, pero hoy la conectividad es fundamental, la capacidad de control de los drones y equipos no tripulados hasta la selección de los blancos y la estrategia; en México desafortunadamente también libramos nuestra guerra contra la delincuencia y el crimen organizado y la tecnología también es fundamental para ganarla.