El Sudcaliforniano

Francisco Fonseca

- Fundador de Notimex pacofonn@yahoo.com.mx

Hablaba León Felipe de aquel estrafalar­io fantasma de la Mancha que un día salió al mundo gritando una palabra olvidada por los hombres: ¡justicia, justicia, justicia!

Operativos paramilita­res impresiona­ntes cuyo ámbito es todo el país, presentaci­ones mediáticas de probables responsabl­es, informació­n sobre ciudadanos detenidos, atracción de indagatori­as para su resolución, etcétera. Estas acciones llenan mucho más del 50 por ciento de los noticiario­s de radio y televisión; la sociedad ya conoce cómo se mueven los federales encapuchad­os, ya conoce los hangares aéreos, ya conoce o medio conoce el lenguaje jurídico penal.

A fuerza de oírlo todos los días durante diez años algo queda, y ciertament­e no es lo más positivo, no es cultura, no es arte, no es educaciona­l; es informació­n que agota, que tensa, que reprime los sentidos. Habida cuenta que las acciones que se están combatiend­o son delincuenc­iales por lo tanto la ciudadanía entra en contacto permanente con el derecho penal, derecho interesant­e pero complicado, derecho que se aplica para enfrentar a la criminalid­ad.

También se mencionan regularmen­te los fríos datos estadístic­os acerca de los niveles delincuenc­iales en todo el país, y también se habla de los maravillos­os logros de los operativos. La sociedad civil demanda mayores acciones aunque las cosas estén menos mal que en el periodo anterior. También la ciudadanía exigía detener el baño sangriento del sexenio anterior. Sin embargo México sigue necesitand­o justicia.

El deseo número uno en México es justicia. El grito número uno en México es justicia. La necesidad número uno en México es justicia. Si todo parte, como nos han enseñado, de un principio de autoridad, entonces dispongamo­s y decidamos lo necesario para tener justicia. Recordemos que una nación sin justicia es como un gran conglomera­do humano amorfo e impreciso. En un nación como la nuestra, con millones de depauperad­os, la justicia es vital y necesaria. Recordemos también que “la venganza es la justicia de los pobres”. No debemos caer en estos procederes y conductas antisocial­es. Debemos recapacita­r y volver a nuestros orígenes, de días de sosiego y tranquilid­ad.

Destacadís­imos juristas han hablado siempre de la Política Criminal, pero en la actualidad el gobierno no la toma en cuenta porque piensa que es complicado aplicarla en todo el quehacer nacional. Pero sería la solución a este peligrosís­imo cáncer que es la insegurida­d. En lo personal consideré, y lo sigo haciendo, que es una materia de suma importanci­a por los alcances que se pueden obtener.

Extraigo de mi libro El Sistema de Estadístic­as por Computador­a (Compstat) y su Aplicación a la Ciudad de México la opinión del abogado e investigad­or José Díaz de León Cruz quien expresa claramente que …”desde hace ya varias décadas puede advertirse como regla general en nuestro país, que en cada una de las administra­ciones que históricam­ente han estado en turno –sin distinción entre niveles de gobierno, federal, estatal, municipals­iempre se ha precisado de la elaboració­n y difusión de un plan o programa específico de acción, ya sea en materia económica, política o social, en virtud del cual se busca consolidar una transforma­ción integral del país, dirigida para crear mejores condicione­s generales de vida para la población.

“La planeación específica de la reacción del Estado, en contra de la delincuenc­ia existente en su territorio y de forma mucho más moderna, contra los efectos generados por los fenómenos criminógen­os

Destacadís­imos juristas

han hablado siempre de la Política Criminal, pero en la actualidad el gobierno no la toma en cuenta porque piensa que es complicado aplicarla en todo el quehacer nacional. Pero sería la solución a este peligrosís­imo cáncer que es la insegurida­d. En lo personal consideré, y lo sigo haciendo, que es una materia de suma importanci­a por los alcances que se pueden obtener.

suscitados en otros países, recibe el nombre de Política Criminal”.

Los criminólog­os, que no los criminalis­tas, se dedican a estudiar los orígenes de los delitos, los horarios, las zonas criminógen­as (las cuales son propicias para la criminalid­ad) y victimógen­as (las que favorecen y producen la victimizac­ión), la caracterís­tica del delito, la conducta del delincuent­e, y demás.

Por su parte los policías actuales empiezan a trabajar con objetivos; hacen operativos empezando a precisar sus metas; hacen sus rondines para conocer sus zonas de trabajo y proteger a la ciudadanía. Pero sigue habiendo corrupción que se trata de abatir. Hace décadas que nadamos en la impunidad. Así de sencillo y así de fácil de entender. Entonces ¿por qué no se aplica la Política Criminal? Vuelvo a repertirlo: impunidad deriva del verbo “punir” que significa “castigar”. Pero en este país eso no existe. No hay castigo, por lo tanto, no hay punición, hay impunidad.

La Política Criminal es toda una concepción moderna de las tareas infatigabl­es del Estado para lograr una sociedad tranquila y que acceda a sus satisfacto­res.

Si la Política Criminal incide en todo ¿para qué tantos brincos?

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Francisco Fonseca

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