Aeropuerto de Toluca genera incertidumbre
Pobladores fueron desplazados una vez y podría haber otro desalojo ante posibles adecuaciones en la terminal aérea
TOLUCA, Méx.- A lo largo de brechas y calles sin pavimentar a espaldas del Aeropuerto Internacional de Toluca, permanecen en montículos de cascajo los cimientos de hogares destruidos. Es lo que queda del desalojo masivo que inició en 1999 provocado por la compra de terrenos para la ampliación del complejo aeroportuario que nunca se ejecutó.
Los barrios de San Francisco, Guadalupe y San Nicolás son como pueblos fantasma donde sólo habitan escombros.
Desde el acceso de la delegación del Cerrillo Vista Hermosa comienzan a visualizarse las viviendas que fueron adquiridas por los bufetes de abogados que pasaban casa por casa a convencer a los propietarios, según relatan los habitantes.
En la avenida de las Partidas hay incluso negocios a medio derribar. El panorama se extiende hasta las brechas del barrio de San Francisco. Ahí el panorama es desolador. Una planicie enorme se extiende con montículos de concreto.
El desalojo en los tres barrios fue parejo, desde casas de una sola pieza, hasta de tres plantas que tenían fachadas americanas. Actualmente no queda nada, más que escombros, incluso los tabicones y el metal fueron desmantelados por grupos de ladrones que aprovecharon el abandono de domicilios.
REVIVE EL TEMOR
El pasado 10 de octubre el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, visitó Toluca en su gira de agradecimiento. En su discurso habló sobre adelantos en las inversiones para el Estado de México, ahí destacó una inversión superior a los dos mil 500 millones de pesos para modernizar y ampliar los servicios del Aeropuerto Internacional de Toluca.
A la distancia, en el barrio de Guadalupe, Gloria y su familia ven venir el fantasma del desplazamiento al que resistieron hace unos 12 años. “Los que estamos aquí ahorita, somos los del mero barrio. Nunca nos pudieron sacar a la fuerza, hace seis años vinieron todavía a ofrecernos 600 pesos por el metro”, reprocha Gloria.
LA RESISTENCIA
El arquitecto Arturo Chavarría, uno de los asesores que acompañó el movimiento de los ejidatarios que resistieron al desplazamiento del aeropuerto, explica que en la disputa estaban 400 hectáreas, las cuales abarcaban los barrios de San Nicolás, San Francisco y el de Guadalupe.
En aquel entonces el grupo de arquitectos que encabezaba Chavarría realizó un avalúo sobre los terrenos que se querían adquirir. Su resultado fue que por cada metro cuadrado el precio de ese entonces era de entre 14 mil a 15 mil pesos, derivado a que el trazo y la zona colindaban con vialidades de primer nivel que incrementaban la plusvalía. Sin embargo, las autoridades y empresas involucradas como la española OHL ofrecieron como su oferta real en un inicio 120 pesos por cada metro cuadrado, el cual subió hasta 200 pesos.
“En los hechos fue una represión muy fuerte en contra de los ejidatarios, a pesar de que les ayudamos para meter amparos, presionaron a muchos cortándoles el agua, la luz, el drenaje asaltándolos para que vendieran”, sostiene Chavarria.
En su opinión, el negocio estaba planeado para beneficiar solamente a los empresarios, pues no era un proyecto para pontecializar al polígono donde se ubica el aeropuerto.
“Sí me da miedo... no sabes si se les ocurre venir a tirar todo" ADRIÁN CRUZ HABITANTES DEL BARRIO DE SAN FRANCISCO GLORIA ROMERO HABITANTE DEL BARRIO DE GUADALUPE Hubo un tiempo en que venían y decían que iban a derrumbar las casas, pero eran rateros, se llevaban las vigas y las pertenencias”