Prefieren perrijos que niños
Indican mujeres y hombres que la pandemia fue factor determinante
De acuerdo con Stanley Coren, encargado del Laboratorio de Percepción y Neuropsicología de la Universidad de British Columbia en Vancuver, Canadá, “las tasas de natalidad en todo el mundo están disminuyendo notablemente” y eso está relacionado con variables psicológicas y socioeconómicas. El doctor explica que las mujeres millennial que no planean tener hijos comentan que la pandemia de Covid-19 influyó en su decisión.
Las mujeres actuales sin hijos afirman que prefieren la compañía de su mascota a la de los niños y las que han optado por no ser madres, que es más fácil una mascota que tener un hijo.
Revela el especialista que el 49 por ciento de estas mujeres cree que las personas con hijos están más estresadas que las personas sin hijos; el 41 por ciento dice que no quiere criar a un niño en las condiciones actuales del mundo; el 42 por ciento cree que no hay suficientes programas y recursos disponibles (como atención médica y cuidado infantil asequibles) para ayudar a los padres a criar a un hijo.
El 38 por ciento siente que criar a un hijo requiere demasiada energía y tiempo; el 33 por ciento cree que criar a un hijo infringiría su libertad; el 32 por ciento dice que está priorizando su carrera o educación; y el 43 por ciento de ellas afirman que es simplemente demasiado caro criar a un hijo.
Ahora bien, ¿por qué las parejas prefieren una mascota a un hijo? La psicóloga Reyna Lucero Nava, del Centro de Terapia de Pareja y Familia de Baja California Sur SC, comenta que esa es una decisión muy personal, la cual no debería ser un tema de debate social, pues cada ser humano es libre de decidir cómo desea vivir la vida o su relación de pareja.
Sin embargo, entre los motivos que hay detrás de retrasar o no tener hijos, se cuentan que las parejas jóvenes bien estructuradas establecen planes de vida en dónde la preparación profesional, la adquisición de bienes y el logro de diversos objetivos personales, superan por mucho la maternidad y la paternidad planeada y esta se ve retrasada en el deseo de ser padres (30 o 35 años), lo que no quiere decir que durante este proceso aprovechen los beneficios de una mascota.
Otro motivo, es la estabilidad emocional y económica. Actualmente, menciona, no ha estado muy bien la economía, lo cual es sumamente común ver treintañeros viviendo aún en casa de sus padres o parejas que sólo pueden pagar un alquiler ante la imposibilidad de adquirir una casa propia. La frustración de no poder lograr ciertos objetivos propuestos, a corto o mediano plazo, puede generar un sentimiento de incapacidad para afrontar la paternidad, por lo que tener una mascota puede ayudar a sobrellevar la realidad.