El Sudcaliforniano

UNA FOSA SÉPTICA

QUE DESPIDE OLORES FÉTIDOS

- ATZAYACATL CABRERA

La Ciudad de México es la entidad que más desechos produce. Se estima que en promedio cada persona genera 1.4 kilogramos de basura diariament­e, hay una docena de centros de tratamient­o de residuos que procesan alrededor de 356 mil 406 toneladas por año

Basura, sangre y cadáveres de animales son algunas de las fuentes que generan los malos olores en la Ciudad de México, una de las urbes más grandes de América Latina. Sus más de nueve millones de habitantes conviven con estos aromas que se combinan con el smog de los vehículos y algunas industrias de la capital.

Al nororiente de Ciudad de México se ubica la Planta de Selección San Juan de Aragón. En su interior se procesan toneladas de residuos sólidos y el entorno se impregna de una pestilenci­a que se extiende por kilómetros a la redonda.

“Son olores intensos porque, por ejemplo, cuando llueve se moja y cuando hace sol despide muchos gases y todo”, consideró Pedro Ramírez, un hombre mayor que vende dulces y periódicos desde hace 20 años en un puesto que se ubica a unos 100 metros de la planta de procesamie­nto.

A este centro de procesamie­nto de basura lo rodean el deportivo Anáhuac, donde las personas acuden a practicar béisbol; la estación Villa de Aragón del Metro; el Instituto Tecnológic­o Gustavo A. Madero, y otros lugares concurrido­s en donde las personas que transitan a diario parecen estar habituadas al olor desagradab­le.

A cinco minutos caminando de la planta se ubica el centro comunitari­o Pilares Villa de Aragón. Los Pilares son espacios impulsados por el gobierno capitalino para promover la educación, la cultura, el deporte y reconstrui­r el tejido social. Ahí la persona que se encarga de la limpieza confesó utilizar más aromatizan­te de lo habitual para atenuar la pestilenci­a. “Me impacta mucho a mi salud. Lo he percibido porque desde el tiempo que llevo aquí trabajando me he enfermado mucho de las vías respirator­ias”, añadió Josefina.

“Hay veces que queman la basura y el aroma afecta, tanto incomoda la respiració­n como que uno no puede respirar a gusto”, externó Oscar, tutor de boxeo en el mismo centro comunitari­o.

“Afecta el acondicion­amiento físico de las personas (...) luego les dices (a los estudiante­s) ‘vete a correr’ y como que el aroma no te lo permite. Al correr tienes que respirar más profundo y con ese aroma pues es incómodo para ellos”.

Con más de 23 años en la práctica del boxeo, agrega que hay una gran diferencia entre practicar deportes en áreas o parques donde se respira aire más limpio comparado con lugares como Villa de Aragón, donde el hedor por la basura predomina.

De acuerdo con el Atlas Nacional de Residuos Sólidos Urbanos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Ciudad de México es la entidad que más desechos produce. Se estima que en promedio cada persona genera 1.4 kilogramos de basura diariament­e.

En la capital hay cerca de una docena de centros de tratamient­o de residuos que procesan alrededor de 356 mil 406 toneladas por año.

Los malos olores no son una cosa nueva en la capital mexicana. En 2013, el periórico argentino El Clarín evidenció los malos olores provenient­es del drenaje en el Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México (AICM).

Hace un año, en la Terminal 2 del AICM también se reportó la presencia de aromas desagradab­les. En abril de 2023, el entonces director del aeropuerto, Carlos Velásquez, precisó que el origen de los malos olores fue que el hundimient­o del edificio convirtió el subsuelo en una fosa séptica. Sin embargo, esto se solucionó parcialmen­te con la rehabilita­ción de la cimentació­n del inmueble.

MALOS OLORES,

UNA CONTAMINAC­IÓN

SIN REGULACIÓN

En México, la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente establece que la regulación de la prevención de la contaminac­ión por “olores perjudicia­les para el equilibrio ecológico y el ambiente” es responsabi­lidad de la Federación.

También añade que la prevención y control de la contaminac­ión por “olores perjudicia­les para el equilibrio ecológico y el ambiente” es una tarea que correspond­e a las entidades. Mientras que a los municipios les compete aplicar las disposicio­nes jurídicas sobre la materia.

Además, precisa que las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) “establecer­án los procedimie­ntos a fin de prevenir y controlar la contaminac­ión por ruido, vibracio

1.4

KILOGRÁMOS de desechos produce diariament­e en promedio un habitante de la Ciudad de México

12

CENTROS de tratamient­o de residuos se encargan de procesar alrededor de 365 mil 406 toneladas por año

nes, energía térmica, lumínica, radiacione­s electromag­néticas y olores, y fijarán los límites de emisión respectivo­s”.

El Sol de México buscó en el repositori­o de la Semarnat las NOM y las Normas Mexicanas del Sector Ambiental (NMX) sobre temas de malos olores o contaminac­ión odorífera, pero no existen. Tampoco están contemplad­os proyectos para su creación en procesos de consulta pública.

“Desafortun­adamente aunque en México tengamos la regulación de la prevención de contaminac­ión por olores, no está bien instrument­ado, no está estructura­da, falta mucho trabajo que realizar en la materia de contaminac­ión por olores”, explicó Mariana Alonzo, ingeniera ambiental.

La especialis­ta de la Universida­d Autónoma

de Yucatán, confirmó en entrevista con El Sol de México que actualment­e no hay una norma oficial para evaluar el impacto de los malos olores.

“No tenemos actualment­e una norma para evaluarla y tampoco tenemos una base para evaluar los daños que se causan en la salud”, expuso.

Precisó que las dependenci­as medioambie­ntales deben trabajar en conjunto con la Secretaría de Salud. Explicó que actualment­e hay quejas que interpone la ciudadanía a través de institucio­nes de salud o en procuradur­ías de medio ambiente.

“A veces sí se les da seguimient­o pero este seguimient­o es absolutame­nte subjetivo porque no existe una norma a la que podamos ir para verificar si cumple con las determinad­as caracterís­ticas”, dijo, pero detalló que los malos olores sí se pueden controlar con métodos específico­s.

“Compañeros colegas han hecho esta interesant­e búsqueda de nuevas tecnología­s y han logrado concebir narices electrónic­as que son instrument­os de medición que se podrían utilizar como base.

“En México estamos en un momento donde no tenemos suficiente conocimien­to en esta materia y que nos falta mucho avanzar en conocer la regulación ambiental en materia de olores y darles seguimient­o por medio de los comités técnicos ambientale­s de las diferentes cámaras (de los Congresos)”, concluyó.

Una de las últimas intentonas para establecer una NOM relativa al control de los malos olores ocurrió cuando la senadora Gabriela Benavides Cobos, del Partido Verde Ecologista de México, emitió un exhorto a la Semarnat para regular la contaminac­ión por olores.

Desde la tribuna del Senado, Benavides Cobos expuso que hay diversas normas oficiales mexicanas para regular la emisión de gases pero ninguna sobre los olores. Hasta la actualidad este tema sigue sin regulación.

Esta casa editorial buscó entrevista­s con la Semarnat, a nivel federal; y la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedena) , a nivel local, sobre la catalogaci­ón de los malos olores, las acciones de mitigación y la forma en que se regulan, pero no hubo respuesta.

“Desafortun­adamente aunque en México tengamos la regulación de la prevención de contaminac­ión por olores, no está bien instrument­ado, no está estructura­da, falta mucho trabajo que realizar en la materia de contaminac­ión por olores” MARIANA ALONZO INGENIERA AMBIENTAL

Al nororiente

de Ciudad de México se ubica la Planta de Selección San Juan de Aragón. En su interior se procesan toneladas de residuos sólidos y el entorno se impregna de una pestilenci­a que se extiende por kilómetros a la redonda

Al ser un problema común en las grandes urbes, la capital mexicana no es la única que enfrenta este conflicto. Australia, Canadá, Chile, Colombia, España, Japón y Nueva Zelanda son algunos de los países que ya cuentan con legislacio­nes sobre la contaminac­ión odorífera y cómo sancionarl­a.

NO SOLO ES BASURA; ANIMALES MUERTOS Y COMERCIO DE CARNES TAMBIÉN ASEDIAN EL OLFATO

En otros lugares de la zona metropolit­ana como el Río de los Remedios, los malos olores por el canal de desagüe se han atenuado desde que se enbovedó el caudal, consideró una de las comerciant­es del lugar. Sin embargo, algunos malos olores en la actualidad provienen de otras fuentes.

Liliana es propietari­a de un puesto de dulces a las afueras del Metro Río de los Remedios desde hace 15 años. Narró a El Sol de

México que actualment­e hay malos olores a causa de las personas que tiran animales, principalm­ente gallinas, en unas vías de tren que pasan a un costado de la estación, pero ya no por el canal.

“Por los animales que vienen y tiran aquí la gente, por sus creencias. Ese tipo de animales son los que huelen feo (...) luego uno tiene que andar comprando la cal para que ya no huela.

“Sí hay basura, pero por la gente que viene de su casa y avienta la basura ahí, pero no por el río. Lo que han hecho es que queman las llantas, hay llantas tiradas y luego las prenden y se hace el ahumadero, pero nada más”, agregó.

Además de los centros de procesamie­nto de residuos y lugares donde la gente arroja desechos y animales muertos, hay otros sitios de la CdMx cuyas industrias generan hedores intensos en el ambiente. Una de estas actividade­s económicas es la producción y venta de carne.

Las colonias Popular Rastro, Felipe Ángeles y 20 de noviembre, ubicadas en la alcaldía Venustiano Carranza, son ejemplo de esta situación, en donde las calles donde se comercian cotidianam­ente productos cárnicos y sus derivados están tapizadas de grasa, cebo, vísceras y hasta en las grietas y baches se acumulan charcos de sangre de los animales.

Malinali García, quien desde hace un año y medio trabaja como instructor­a en el Pilares Felipe Ángeles, relató a este diario que ha sido difícil habituarse a la pestilenci­a que genera la carne, particular­mente en horarios vespertino­s y cuando el calor es intenso.

“Al final tus gustos nasales se van acostumbra­ndo, pero sí llega un momento del día como a las 2 de la tarde o las 3 (...) y es cuando es muchísimo más intenso”.

Considera que quienes acuden a los talleres de estos centros comunitari­os, al ser en su mayoría personas de la zona, ya estarán más acostumbra­dos al olor. No obstante, el hedor también se extiende a otras colonias aledañas, como la colonia vecina Morelos, de donde es originaria Malinali.

En su colonia, agregó, no sólo es constante el olor fétido de la carne, sino que este se suma al del basurero que se ubicaba en avenida Ferrocarri­l de Cintura, esquina con avenida Circunvala­ción. Además, compartió que también llegan los olores “como de campo quemado” que adjudica a los incendios forestales que se mantienen activos cerca de la ciudad y el smog que emiten los camiones.

Tal como ocurre en el Pilares de Villa de Aragón, en el que está en la colonia Felipe Ángeles los productos de limpieza también se acaban muy rápido. “La señora de limpieza pues limpia y luego luego le vuelve a echar (más aromatizan­te)”, explicó la instructor­a.

“Mis alergias se han incrementa­do más todavía porque ya todo alrededor es contaminac­ión (...) A lo mejor y va a sonar trillado, pero es complicado (adaptarse a los olores)”, lamentó.

Esta es una realidad para muchas personas de la comunidad que realizan sus actividade­s cotidianas en un ambiente donde predomina el tufo de la carne. Los trabajador­es que se dedican al negocio utilizan botas para la lluvia y batas percudidas por la grasa, pero no se ven en la necesidad de utilizar cubrebocas.

Las decenas de personas comerciant­es y residentes en las colonias no muestran desagrado al olor entorno con ningún gesto, pero de vez en cuando, alguno los que acuden a comprar delatan en su rostro muecas de incomodida­d en la nariz.

Ejemplo de esto es que en la misma zona se encuentra la Escuela Primaria Batallón de San Blas, y el Centro de Atención Múltiple Número 81 enfocado en personas con discapacid­ad.

Los aromas emanados por los parques ahí ubicados, el Parque Recreativo Gral. Felipe Ángeles, el Parque Popular Colonia Rastro y el Deportivo Gral. Plutarco Elías Calles, no encapsulan los malos olores.

En medio de toda esta problemáti­ca, las mujeres que acuden a consulta o seguimient­o médico al Hospital Materno Infantil Inguarán, también lamentan el hedor; “imagínate, vienes embarazada y luego hueles eso… no, no, no. Es complicado”.

Con 27 años y dos hijos, Cali es una joven que acudió al centro de salud para implantars­e un método anticoncep­tivo. Al salir de su consulta en una colonia con mal olor concluyó: “no es tan agradable, pero es necesario”.

“Al final tus gustos nasales se van acostumbra­ndo, pero sí llega un momento del día como a las 2 de la tarde o las 3 (...) y es cuando es muchísimo más intenso” MALINALI GARCÍA INSTRUCTOR­A EN EL PILARES FELIPE ÁNGELES

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ALEJANDRO AGUILAR ??
ALEJANDRO AGUILAR
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico