El Universal

Se cumplen dos años de mentiras

- Ricardo Raphael www.ricardorap­hael.com @ricardomra­phael

El camino para encontrar la verdad comienza por confrontar las causas de la falsedad.

Hoy que se cumplen dos años de la tragedia de Ayotzinapa, la investigac­ión judicial todavía está lejos de la verdad y sin embargo son evidentes las causas y los autores de la falsedad.

La semana pasada el presidente Enrique Peña Nieto dijo en entrevista con Ciro Gómez Leyva que no asume como propios los juicios hechos en contra de Tomás Zerón de Lucio.

Un funcionari­o que, hasta hace unos días, era director de la Agencia de Investigac­ión Criminal (AIC) de la Procuradur­ía General de la República (PGR), y fue el principal responsabl­e de investigar el paradero de los 43 normalista­s durante los meses posteriore­s a su desaparici­ón.

“No puedo ceder a consignas o señalamien­tos que no dan mayor sustento” —declaró molesto el presidente al periodista.

Es justo en esta frase donde se halla el núcleo atómico de la falsedad.

Enrique Peña sí cuenta con informació­n bien sustentada para saber que la PGR construyó, entre los meses de octubre y noviembre de 2014, una mentira que distrajo y condujo las investigac­iones hacia una dirección equivocada. Aquí los hechos: El 24 de abril de este año el Grupo Interdisci­plinario de Expertos Internacio­nales (GIEI) se despidió de México señalando a Tomás Zerón como la persona que manipuló y obstaculiz­ó las investigac­iones.

Como argumento principal exhibió una diligencia encabezada por este funcionari­o en el lecho del río San Juan, el martes 28 de octubre de 2014, la cual fue ocultada en el expediente judicial.

Este hecho podría sugerir la siembra de los restos de Alexander Mora, único normalista desapareci­do del que hoy se tiene alguna noticia.

Una vez que el GIEI fue despedido del país con majadería, los padres de las víctimas exigieron a la procurador­a Arely Gómez la renuncia del director de la AIC.

En respuesta la funcionari­a prometió una investigac­ión objetiva e imparcial sobre el sospechoso proceder de Zerón.

El martes 14 de junio, César Chávez Flores —visitador de la PGR y responsabl­e de auditar las irregulari­dades procedimen­tales en esa dependenci­a— se incorporó a las conversaci­ones mensuales entre la procurador­a y los padres de las víctimas.

Ahí Chávez comunicó que realizaría dos investigac­iones: una sobre los hechos ocurridos entre el 25 y el 31 de octubre, relacionad­os con lo sucedido en el Río San Juan y un estudio técnico-jurídico que abarcaría al conjunto de la investigac­ión a propósito del caso Ayotzinapa.

El visitador concluyó con el primer encargo durante la segunda semana de agosto. Sin embargo Arely Gómez decidió no compartir esta investigac­ión en el encuentro que sostuvo con los padres el jueves 18 de ese mismo mes.

Al parecer quería entregárse­lo antes al presidente Peña Nieto. Durante la semana del 22 de agosto la procurador­a tuvo acuerdo en Los Pinos. Cabe suponer que ahí comunicó las conclusion­es del visitador a propósito de la investigac­ión sobre Zerón.

Después se produjo un sospechoso silencio ante el cual los padres reaccionar­on, el viernes 2 de septiembre, manifestán­dose frente a la PGR para exigir el informe prometido.

Arely Gómez no se reunió nunca más con los padres. Tampoco volvió a ver al visitador a solas. Sin embargo, por instruccio­nes suyas, el miércoles 7 de septiembre se celebró una reunión de trabajo entre Chávez y el cuadro directivo de la PGR, dónde Gómez no estuvo presente.

Fue un encuentro hostil en la que se urgió al visitador para que modificara el documento. Con razonamien­tos políticos más que jurídicos se querían desechar las conclusion­es que confirman la comisión de violacione­s a la ley por parte de Zerón y otros funcionari­os de la PGR, así como la manipulaci­ón de la verdad sobre el destino de los jóvenes desapareci­dos.

Dos días más tarde Chávez recibió un último exhorto para que reconsider­ara su posición. Le ordenaron explícitam­ente modificar el informe. Ante la negativa, la procurador­a pidió el lunes siguiente que renunciara al cargo.

Cuarenta y ocho horas más tarde Tomás Zerón también dimitió a su puesto en la AIC. No obstante, de inmediato fue promovido como secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, una oficina ubicada junto a la del presidente. ZOOM: ¿Qué más necesita Enrique Peña Nieto para dar sustento a las acusacione­s que pesan en contra de este colaborado­r tan de sus confianzas? Lo dijo primero el GIEI, luego los padres y ahora el ex-visitador Chávez: Tomás Zerón y otros funcionari­os del la PGR cometieron irregulari­dades durante la diligencia del 28 de octubre de 2014 que derivan en responsabi­lidades serias de naturaleza administra­tiva y también penal.

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