Captura acerca respuesta sobre los normalistas
Es acusado de ordenar ataque a los 43 por orden de Abarca Felipe Flores fue detenido cuando visitaba a su esposa
Derivado de trabajos de inteligencia, elementos de la Policía Federal (PF) detuvieron, cuando visitaba a su cónyuge, a Felipe Flores Velázquez, ex director de la Policía Municipal de Iguala, a quien se le señala como la persona que ordenó, por instrucciones del alcalde José Luis Abarca, perseguir y atacar a los normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014.
En conferencia de prensa, el comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, informó que al ex mando policiaco, quien se fugó hace dos años, se le imputan los delitos de delincuencia organizada y el secuestro de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
“De acuerdo con información de inteligencia, el imputado presuntamente ordenó a policías municipales frenar a los estudiantes, lo que derivó en dos enfrentamientos que dejaron como saldo decesos y lesiones a personas ajenas a los hechos, así como la desaparición de los 43 normalistas”, comentó Sales Heredia.
Con la captura de Flores suman 131 los detenidos relacionados con el ataque y desaparición de los jóvenes.
El ex funcionario contaba con una orden de aprehensión girada por el Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el estado de Tamaulipas, misma que fue cumplimentada en el municipio de Iguala, donde fue ubicado al salir de la casa de su cónyuge sin que se realizara algún disparo.
“Derivado del trabajo conjunto entre las dependencias de seguridad del Estado mexicano, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Secretaría de Marina Armada de México (Semar), Procuraduría General de la República (PGR), Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y Comisión Nacional de Seguridad (CNS) por conducto de la Policía Federal, se dio cumplimiento a una orden de aprehensión librada en contra de Felipe Flores”.
Según la investigación y las declaraciones recabadas, el ex mando es señalado de encubrir a los policías de Iguala en la desaparición de los 43.
“También es señalado por acatar la instrucción notoriamente ilegal del ex alcalde José Luis Abarca, consistente en perseguir y atacar a los normalistas que se trasladaban hacia la Plaza de las Tres Garantías, ubicada en el zócalo de esa localidad, donde María de los Ángeles Pineda Villa, entonces presidenta del DIF municipal, rendía su segundo informe de labores”, explicó.
Para su ubicación y posterior detención participaron el Cisen, PGR, Sedena y Semar. Flores, de 58 años, fue puesto a disposición de la autoridad que lo requiere y en las próximas horas se definirá su situación jurídica.
PATRULLAJES
ha realizado la Policía Federal para la búsqueda de los normalistas de Ayotzinapa, de acuerdo con el titular de la CNS.
Felipe Flores Velázquez, ex secretario de Seguridad Pública de Iguala, jugó un papel central la noche del 26 de septiembre de 2014 en la que desaparecieron 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
La Procuraduría General de la República (PGR) declaró en octubre del año pasado que Flores Velázquez podría estar muerto. Desde el 29 de septiembre de 2014 —es decir, tres días después de la persecución y el secuestro de los normalistas en calles de Iguala— el rastro del funcionario se había desvanecido.
La última mañana en que se le vio fue cuando el entonces presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, lo convocó a una reunión en la que participaron sus colaboradores más íntimos.
Al salir, atendió las preguntas de un reportero, despachó algunas horas en su oficina y luego se esfumó. No se supo de él en 25 meses.
Según el expediente del caso, Flores Velázquez es primo del ex alcalde, quien en octubre de 2012 lo convirtió en la máxima autoridad policiaca.
Según declaró después Sidronio Casarrubias Salgado, uno de los líderes Los Bélicos. Dentro de la Policía Municipal de Iguala fue creado un grupo de élite de reacción inmediata llamado Los Bélicos, que estaba bajo las órdenes de Felipe Flores y Francisco Salgado, subdirector de la corporación.
Según autoridades, Los Bélicos estaban vinculados con integrantes de la organización criminal Guerreros Unidos y participaron en el ataque y desaparición de los normalistas.
Ubicados por ir encapuchados y portar armas de grueso calibre, los integrantes del grupo utilizaron los días 26 y 27 de septiembre de 2014 las patrullas 024, 026 y 027, entre otras, para perseguir a los autobuses en los que viajaban los estudiantes, cerrarles el paso, atacarlos y luego levantarlos.
Los Bélicos eran los encargados de controlar las entradas al municipio de Iguala y realizaban el trabajo sucio para José Luis Abarca. Búsqueda. A partir de la desaparición de los 43, la PF ha realizado 8 mil 957 patrullajes en la zona de búsqueda, informó Sales; se han inspeccionado 986 puntos, en 57 de los cuales han acompañado los familiares de los estudiantes en zonas ubicadas en los estados de Guerrero, México, Morelos y Puebla. Se han efectuado 683 sobrevuelos con aeronaves de ala rotativa y fija.
“El imputado [Felipe Flores] presuntamente ordenó a policías municipales frenar a los estudiantes, lo que derivó en dos enfrentamientos” “También es señalado por acatar la instrucción notoriamente ilegal del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, consistente en perseguir y atacar a los normalistas” RENATO SALES Comisionado Nacional de Seguridad “Escuché gritos. Más tarde llegaron reportes. Al acudir las patrullas a verificar los hechos, eran llamadas de falsa alarma” FELIPE FLORES VELÁZQUEZ Ex secretario de Seguridad Pública de Iguala (en declaraciones a la Fiscalía General de Guerrero)
de Guerreros Unidos, “el arreglo era con Abarca y su primo Felipe Flores”. Las declaraciones de policías municipales señalaron que Flores era el contacto entre la organización criminal y la administración encabezada por José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa.
Desde el momento en que tomó a su cargo la investigación, la PGR puso bajo vigilancia a amigos y familiares del ex jefe policiaco; sin embargo, los investigadores no lograron detectar movimientos sospechosos: llegaron a creer que Flores había sido eliminado a manos de sus cómplices o bien por indicaciones de Guerreros Unidos.
Según funcionarios de alto nivel que participaron en la investigación, la vigilancia continuó a pesar de todo, porque familiares de Flores no dieron nunca muestras de luto o zozobra.
Antes de fugarse en octubre de 2014, Flores Velázquez fue llamado a declarar por la Fiscalía General del Estado de Guerrero. De acuerdo con su relato, había pasado buena parte de la noche del 26 de septiembre en sus oficinas y sólo escuchó “gritos y carreras”; más tarde, dijo, le llegaron reportes de secuestros de autobuses y tiroteos en diversos puntos de la ciudad, “y al acudir las patrullas a verificar los hechos, eran llamadas de falsa alarma”.
Aseguró que la única información que se le proporcionó estuvo relacionada con un autobús accidentado, “sin mayores datos de los hechos”.
Afirmó que le comunicaron, de madrugada, que habían detenido a un grupo de jóvenes a quienes llevaron con el oficial de barandilla José Bernabé García, “pero que esos se habían ido y que de hecho no habían entrado a barandillas”.
Aunque parecía revelar muy poco, la declaración de Flores Velázquez resultó crucial, pues el jefe policiaco afirmó que desde las 21:45 hasta cerca de las dos de la mañana estuvo en comunicación con el alcalde Abarca, quien aseguraba que aquella noche se había ido a dormir sin escuchar nada y sin que nadie le reportara nada. Esto cavó la tumba del alcalde. —Que nos diga el compareciente si derivado de estos hechos existen personas desaparecidas —le preguntó a Flores el Ministerio Público. —No tengo conocimiento —dijo. Poco después huyó. Cuatro días después, el fiscal de Guerrero Iñaky Blanco recabó los testimonios de dos servidores públicos del ayuntamiento de Iguala, quienes coincidieron en manifestar que el ex jefe policiaco ordenó la detención de los estudiantes de Ayotzinapa. Dijeron que escucharon dicha instrucción cuando la daba vía radio”.
Flores protegía, según el expediente, intereses de Guerreros Unidos en el municipio; para ello había formado un grupo de reacción inmediata conocido como Los Bélicos: era la policía encargada de “los otros trabajos”, los que consistían en detener y entregar a sicarios del grupo criminal a miembros de las organizaciones rivales que intentaban entrar en Iguala.
Felipe Flores Velázquez fue uno de los que coordinó el operativo de esa noche. Era el policía de mayor rango en Iguala. Él puede explicar el móvil de la agresión, aclarar por qué se cambió la primera decisión —de llevar a los estudiantes a la comandancia— por la otra: desaparecerlos.