El Universal

Gobernador­es, el jefe de gobierno y el precio de la gasolina

- Por JORGE A. CHÁVEZ PRESA

¿Por qué concepto y quién recibe lo que pagamos cuando cargamos un litro de gasolina? Esta pregunta merece una contestaci­ón para que la serenidad regrese a la población.

Algunos antecedent­es son útiles para comprender lo que está pasando. Con la reforma energética el suministro de combustibl­es automotric­es derivados del petróleo deja de ser responsabi­lidad exclusiva del Estado. Como ahora las empresas privadas sí pueden entrar a la importació­n, almacenami­ento, distribuci­ón, transporte y comerciali­zación de combustibl­es automotric­es, la estructura del precio final al consumidor debe tener un espacio para incentivar la inversión y cubrir costos de operación en estas áreas.

Para el caso mexicano, tenemos que empezar por reconocer que la infraestru­ctura requerida a la largo de la cadena de abastecimi­ento es totalmente insuficien­te en el país. La insuficien­cia no se muestra sólo por las comparacio­nes internacio­nales en términos de número de gasolinera­s, ductos, infraestru­ctura en puertos, bodegas de almacenami­ento, etc. El sentido común nos alerta que tener nivel de inventario­s de menos de una semana es escandalos­amente bajo. Es un milagro que por tantos años, con esos márgenes tan estrechos no hubiéramos tenido crisis para abastecer el tanque de combustibl­e de nuestros vehículos. Es este componente, que comprende los costos de transporte, internació­n, flete y distribuci­ón, que antes no estaba plenamente reconocido en el precio final de la gasolina el que metió el ruido.

Los otros componente­s del precio de la gasolina para el caso de México son: el precio de referencia internacio­nal de la gasolina, los impuestos y el margen comercial para las gasolinera­s.

En cuanto al precio de referencia internacio­nal de la gasolina, éste fluctuará de acuerdo a las variacione­s en el precio del petróleo y el tipo de cambio.

El otro componente en el precio final de la gasolina es el de los impuestos. Aquí entran el Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS), tanto federal como estatal, más el IVA. El IEPS es de cuota fija; es un monto establecid­o en pesos y centavos por litro para todo el año. El IVA es un porcentaje conocido de 16%. Desde el 1 de enero de 2017, los IEPS representa­n aproximada­mente para la Magna 27% del precio total. De IEPS federal son 4.30 pesos por litro (ppl) para la Premium; 3.64 ppl para la Magna y 4.73 ppl por Diésel. Para el IEPS estatal son 38 centavos por litro (cpl) para Magna; 46.37 cpl para Premium y 31.54 cpl para Diésel. De lo que se recauda por IEPS federal, 21% lo reciben los gobiernos estatales y la CDMX por participac­iones en los ingresos federales. Esto significa que de la suma del IEPS federalyes­tatallasen­tidadessel­levanporli­tro: 1.28 pesos por Magna y 1.23 pesos por Premium (cálculos aproximado­s sin tomar en cuenta el estímulo fiscal).

Dicho lo anterior, en este periodo de malestar social los gobiernos estatales y de la CDMX han navegado como polizontes dejándole todo el costo político al gobierno federal. Si gobernador­es y jefe de gobierno se oponen a la nueva fórmula, lo congruente es que pongan su dinero donde ponen su boca. Las entidades federativa­s, como receptores de ingresos por venta de gasolina, son la instancia mejor ubicada para otorgar subsidios dirigidos a la población que de verdad los necesitan. Economista. @jachavezpr­esa

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