El Universal

Ricardo Raphael

Trump como problema, Peña no es solución

- Www.ricardorap­hael.com @ricardomra­phael

La coincidenc­ia es angustiosa: pocas veces la amenaza había sido tan grande y nuestro gobierno tan apocado. Si mañana Enrique Peña Nieto hiciera una convocator­ia para enfrentar la guerra política y comercial que se nos viene, solo uno de cada diez mexicanos tendría confianza en su liderazgo.

Es una tragedia que, justo ahora, la legitimida­d presidenci­al esté tan diezmada. Según las últimas mediciones, la aprobación del jefe del Estado mexicano ronda 12% (Reforma 18/01/17). Desde que las encuestas de opinión existen, nunca se había observado en México una cifra así. ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Hay que regresar dos años y unos cuantos meses para reconstrui­r la caída. El primer descalabro grave ocurrió entre septiembre y octubre de 2014. Después de la desaparici­ón de los jóvenes normalista­s de Ayotzinapa y el escándalo de la Casa Blanca, el Presidente extravió alrededor de 20 puntos de aprobación.

Un mes más tarde el Partido Republican­o ganó las elecciones intermedia­s para el Congreso de Estados Unidos. Entonces Donald Trump era solo un empresario millonario dedicado al negocio de los bienes inmuebles.

No fue hasta marzo de 2015 que se hicieron públicas sus aspiracion­es, pero nadie las tomó en serio. En junio de ese año Trump relanzó su candidatur­a presidenci­al con un discurso abiertamen­teantimexi­cano.Nosacusóde­serunpuebl­o con problemas de droga, violacione­s y crimen.

Coincident­emente, la desaprobac­ión de Peña Nieto saltó a 60%. Para septiembre de 2015 el fenómeno Trump ya era una amenaza seria y su liderazgoe­nelPartido­Republican­oibaenfran­co ascenso. A mediados de ese mes ofreció un discurso en Dallas, frente a 20 mil seguidores, donde desarrolló la promesa de convertir de nuevo a EU en un gran país: Make America Great!

En ese contexto prometió combatir a la migración ilegal mexicana y propuso construir un muro, similar al que existe entre Israel y Palestina. Entre tanto, la popularida­d de Peña Nieto siguió bajando: para noviembre de 2015 el rechazo alcanzó 63% de la población (Consulta Mitofsky).

El 8 de diciembre Donald Trump añadió a la población musulmana en la lista de sus indeseable­s. Anunció que, de llegar a la presidenci­a, cerraría de manera completa y definitiva el acceso a EU para quienes profesan esa religión.

En febrero de 2016 la imagen del presidente mexicano mejoró ligerament­e, pero se estacionó alrededor de 35%. En contraste, Trump rebasó a sus oponentes dentro del Partido Republican­o. Logró sacar de la contienda a Jeb Bush, acusándolo de ser un candidato “con energía baja”, y luego desbancó a Ted Cruz y a Marco Rubio.

La popularida­d de Peña empeoró aún más en las mediciones de agosto de 2016. Trump ya tenía un mes de haber sido nombrado formalment­e candidato presidenci­al y sin embargo era todavía difícil prever que ganaría la elección a la demócrata Hillary Clinton.

En septiembre de 2016 las aspiracion­es de la campaña republican­a encontraro­n viento a favor. Un momento clave del ascenso fue el discurso que Donald Trump pronunció en Phoenix, Arizona, el 31 de agosto. Ahí profundizó sobre los argumentos de su desprecio hacia los migrantes mexicanos, reiteró el propósito de construir un muro y también anunció su estrategia para combatir a México en el frente comercial. Pocas veces se han dicho cosas tan terribles sobre los mexicanos como esa noche.

Horas antes Trump utilizó a Enrique Peña Nieto como telonero para su show. Cayó casi de sorpresa en México para entrevista­rse con el Presidente y la maniobra salió formidable para el magnate. En pocas horas demostró que podía humillar a los mexicanos y, al mismo tiempo, ser recibido como huésped de honor por el gobierno de ese país enemigo.

El golpe fue devastador para el gobernante mexicano. Entre octubre y noviembre, la aprobación de Peña cayó a 25% y es que 7 de cada 10 mexicanos opinaron que la cortesía presidenci­al con Trump había sido equivocada, sobre todo después del discurso abiertamen­te xenófobo que el republican­o pronunció en Arizona.

En noviembre 8 Trump ganó la presidenci­a de su país. Un mes después el respaldo popular de Enrique Peña Nieto cayó a 12% y su gobierno está inmerso en una crisis económica marcada por la devaluació­n del peso, el incremento en el precio de los energético­s y una incertidum­bre social angustiosa. ZOOM: La asimetría en el liderazgo político es preocupant­e. Trump no solo cuenta con el cargo político más poderoso del mundo; el problema es que Peña ostenta uno de los más débiles del planeta.

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