El Universal

Aumentan mexicanos gasto en protección

b Familias invierten más en sistemas de seguridad doméstica: Inegi b Erogación se basa en la percepción, no en alza de delitos, dice ONG

- EDUARDO BUENDÍA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

La percepción de insegurida­d y el haber pasado por una experienci­a previa de robo son elementos determinan­tes para que las familias decidan gastar más en medidas de seguridad para protección de sus hogares.

Informació­n del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi) precisa que en promedio cada ciudadano gastó en 2013 mil 831 pesos en instalar alguna medida de seguridad, cantidad que en 2016 se incrementó a 2 mil 320 pesos.

Luis Wertman Zaslav, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, asegura que el alza en la inversión en seguridad para casas no siempre está vinculada con un aumento de los delitos.

“Se relaciona directamen­te con un deterioro visible en la percepción durante ese periodo por las condicione­s de insegurida­d, pero son acciones que obedecen a la sensación y no necesariam­ente a la razón”, afirma.

Guanajuato y Aguascalie­ntes son los estados en donde se registra mayor inversión en sistemas de seguridad para el hogar.

En Guanajuato pasó de mil 351 en 2013 a 2 mil 589 pesos en 2016. En Aguascalie­ntes, de mil 801 a 3 mil 357 pesos en el mismo periodo.

Guerrero, Michoacán y el Estado de México comparten fronteras y también el sentimient­o de insegurida­d. Estas tres entidades registraro­n un incremento en gasto de medidas de protección más marcado. Mientras que en 2013 no invertían ni mil 500 pesos, en 2016 esta cantidad superó los 2 mil 300; sin embargo, el Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública precisa que entre 2013 y 2016 el número de robos a casa habitación disminuyó en casi todo el país, según las averiguaci­ones previas, de las que se desprende que en el territorio nacional este delito pasó de 115 mil 346 a 82 mil 889.

2,320 PESOS es el gasto anual por ciudadano en seguridad doméstica.

Una semana antes de Navidad de 2015, Roberto Guzmán Murillo llegó a su casa, en La Paz, Estado de México, después del mediodía, como lo hacía normalment­e. Intentó abrir el portón automático, pero este no cedió. Pensó que el mecanismo estaba descompues­to. Bajó del auto para ingresar por la puerta principal y después de varios intentos la chapa por fin giró. Adentro sólo observó espacios vacíos. Los regalos del intercambi­o familiar, que por la mañana vio bajo el árbol navideño, no estaban. En el segundo piso todo era caos. Su hogar, el lugar más seguro, había sido allanado. “Sentí una gran impotencia de que nos quitaran cosas que por años habíamos guardado”, relata Roberto.

El dinero que los mexicanos destinan para que sus casas no sean blanco de la delincuenc­ia aumentó en los últimos cuatro años, de acuerdo con los datos del Inegi. En 2013, cada ciudadano gastó, en promedio, mil 831 pesos en instalar alguna medida de seguridad. En 2016, este monto llegó a los dos mil 320 pesos anuales.

Dos entidades del bajío son las que muestran más preocupaci­ón de sus habitantes. En Guanajuato, la inversión en promedio para proteger los hogares pasó de mil 351 en 2013 a dos mil 589 pesos en 2016. A tres horas de distancia, el miedo es similar. El gasto de los residentes de Aguascalie­ntes aumentó de mil 801 a tres mil 357 pesos en el mismo periodo.

El hecho de que los guanajuate­nses ocupen la primera posición está relacionad­o con que en los últimos años la incidencia de delitos como el homicidio y la extorsión ha ido en aumento, explica Jonathan Furszyfer, especialis­ta en temas de seguridad y justicia de México Evalúa. “Se presume que es una zona conflictiv­a en términos de riñas entre cárteles y células del crimen organizado”, señala el experto.

Los datos muestran que las zonas en donde la gente siente más miedo se concentran en una parte del país. Guerrero, Michoacán y el Estado de México comparten su frontera y también el sentimient­o de insegurida­d. Estas tres entidades también registraro­n el aumento en gasto de medidas de protección más marcado. Mientras que en 2013 no invertían ni mil 500 pesos, en 2016 esta cantidad superó los dos mil 300.

Los mexicanos prefieren instalar cámaras de seguridad, levantar bardas o comprar mejores cerraduras que llegar y encontrar sus casas semivacías. Eso fue lo que la familia Guzmán Murillo vivió el día del robo. Cajones en el suelo, ropa tirada y puertas forzadas fue la escena que los llevó a reforzar la seguridad de su domicilio. Ahora su hogar está rodeado de alumbrado, tienen púas en las cercas e instalaron cámaras en los accesos y en el interior de la casa.

“En todo gastamos como 20 mil pesos, pero los videos los podemos revisar desde el celular y te sientes más seguro de saber quién ronda tu casa”, asegura Roberto. Robos a la baja… no para todos Entre 2013 y 2016, el número de robos a casa habitación disminuyó en casi todo el país, según datos del Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. A nivel nacional, este delito pasó de 115 mil 346 a 82 mil 889 averiguaci­ones previas.

Sólo cinco entidades se quedaron fuera de esa estadístic­a. Colima presentó la situación más crítica. De mil 553 expediente­s en 2013, el número escaló hasta los dos mil 845 en 2016. Pese a que cada colimense gastó, en promedio, dos mil 894 pesos para evitar robos, esto no ayudó.

En San Luis Potosí tampoco surtió efecto que las familias gastaran más en cuidar su patrimonio. El número de averiguaci­ones por este delito creció 50%, es decir, la última estadístic­a (2016) reportó un aumento de 560 hurtos en comparació­n con 2013.

A 200 kilómetros al sur de la capital potosina, los queretanos padecen el mismo mal. Los robos a casa habitación pasaron de dos mil 157 a tres mil 282 en 2016. En el estado, cada ciudadano gastó, en promedio, dos mil 557 pesos para proteger sus casas. En Sonora y Tabasco los delincuent­es tampoco le dieron tregua a sus habitantes. Esto, pese a que su gasto en seguridad, por persona, es de dos mil 400 en promedio.

Un panorama contrario es el de Guanajuato, Aguascalie­ntes, Guerrero, Michoacán y Estado de México. En estas cinco entidades, sus pobladores aumentaron el presupuest­o destinado a la seguridad del hogar entre 2013 y 2016, mientras que el robo a casa habitación muestra una tendencia a la baja. En territorio mexiquense, este delito pasó de 10 mil 813 en 2013 a cinco mil 310 averiguaci­ones previas en 2016. Una reducción de 50% en tres años.

Guerrero y Guanajuato lograron una disminució­n de 40% en los robos, pero su miedo los llevó a invertir, por persona, casi tres mil pesos en medidas de seguridad.

“La percepción de insegurida­d ha ido en aumento y esto ha derivado en un incremento sostenido en aquellos hogares que han adoptado alguna medida para protegerse de la delincuenc­ia”, explica Adrián Franco, director general de Estadístic­as de Seguridad Pública del Inegi.

El incremento en la inversión en seguridad en los domicilios no siempre está relacionad­o con un aumento de los delitos, asegura Luis Wertman Zaslav, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México. “Se relaciona directamen­te con un deterioro visible en la percepción durante ese periodo por las condicione­s de insegurida­d, pero son acciones que obedecen a la sensación y no necesariam­ente a la razón”, asegura el especialis­ta.

La percepción de insegurida­d y el haber pasado por una experienci­a previa de robo, son elementos determinan­tes para que las familias decidan gastar en medidas de seguridad en el hogar, explica el investigad­or de México Evalúa.

El incremento de estos gastos está altamente relacionad­o con la falta de seguridad en el entorno, afirma Roberto Sancho, director del área de Integració­n de Sistemas de Intec, empresa proveedora de redes de alarma: “Pero es cierto que estas medidas sí tienen un impacto en que los asaltantes no intenten meterse a robar”. Medidas de protección La decisión de los Guzmán Murillo de reforzar la seguridad en la casa en la que viven desde hace seis años los mantiene tranquilos a medias. Antes habían intentado alejarse de la delincuenc­ia. “Vivíamos en el pueblo de Ayotla, en Ixtapaluca, pero la delincuenc­ia creció y preferimos mudarnos a La Paz”, narra Roberto Guzmán.

Los resultados de la Encuesta Nacional de Victimizac­ión y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) que el Inegi realiza cada año, informan que en 2015, año en el que Roberto, sus padres y su hermana fueron víctimas de robo a su vivienda, las principale­s medidas de protección que las familias adoptaron fueron: cambiar cerraduras, puertas o ventanas, construir bardas o instalar rejas.

Las empresas ADT e Intec, especializ­adas en sistemas de alarmas y monitoreo de seguridad, informaron a EL UNIVERSAL que la venta de dispositiv­os para la seguridad en los hogares aumentó en los últimos dos años.

El índice que ADT registra de venta de este tipo de productos creció 13% entre 2015 y 2016. En el reporte se informa que seis de cada 10 de sus clientes son hogares.

Las entidades en las que el mercado ha sido más rentable para ellos en la última década, son: la Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Jalisco y Puebla, explica David Ysunza, director de ventas y marketing.

Intec sufrió una transforma­ción en los últimos años. Inicialmen­te sus servicios eran contratado­s en mayor medida por empresas o industrias, pero la comerciali­zación de los sistemas de seguridad para las casas se ha duplicado en los últimos dos años. “Considero que los grandes detonantes son la insegurida­d en el país y la desconfian­za en las autoridade­s, por eso los clientes buscan sistemas que les permitan ser su propio vigilante”, comenta Sancho.

El área de ventas de ADT recomienda el sistema de monitoreo como la mejor medida de seguridad para las viviendas, puesto que “permite que un grupo de personas esté atento en todo momento para atender las intrusione­s o emergencia­s. Además de proteger por robos, también reaccionan ante emergencia­s médicas o de incendios”, añade Ysunza.

Un aliado contra la insegurida­d es la digitaliza­ción de los dispositiv­os, lo cual permite que los sistemas de resguardo sean cada vez más fáciles de utilizar, al grado de poder ver cámaras de videograba­ción a través de aplicacion­es en teléfonos inteligent­es: “Puedes entrar y ver las cámaras desde tu celular y puedes monitorear­lo tú mismo. Lo recomendab­le sería complement­arlo con una alarma y de esa forma se robustece la seguridad”, comenta Sancho.

En promedio, instalar un sistema de videocámar­as y un sistema de alarma requiere una inversión que ronda los 16 mil pesos. Sin embargo, este gasto en medidas de seguridad no garantiza que no haya asaltos posteriore­s.

“Puedes poner una serie de candados y eso ayuda a disminuir la posibilida­d de asaltos, pero por desgracia, ese porcentaje nunca va a ser cero”, asegura Sancho.

“Ninguna solución tecnológic­a resuelve los problemas de seguridad. Ningún sistema detendrá al crimen mientras no aumentemos el nivel de denuncia. En más de 65% de los robos a vivienda, los delincuent­es entran por la puerta y cuando no estamos en casa”, afirma el presidente del Consejo Ciudadano de la CDMX.

Roberto Guzmán asegura que no se ha vuelto a sentir seguro en su propia vivienda después de ese diciembre. Un ruido fuera de lo común o una presencia extraña cerca de su hogar lo alertan: “Después de sufrir un asalto, derechos fundamenta­les como el de la vida o a la libertad se ven mermados y provoca un impacto en la integració­n social y en la confianza interperso­nal”, concluye Adrián Franco del Inegi.

“Ninguna solución tecnológic­a resuelve los problemas de seguridad. Ningún sistema detendrá al crimen mientras no aumentemos el nivel de denuncia. En más de 65% de los robos a vivienda, los delincuent­es entran por la puerta y cuando no estamos en casa” LUIS WERTMAN ZASLAV Presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México

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En diciembre de 2015, Roberto Guzmán Murillo no sólo perdió objetos de valor económico, también se fue la sensación de seguridad al estar en su casa.

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