El Universal

Refuerza Trump deportació­n de indocument­ados

B Contratará a 15 mil agentes migratorio­s más b Detenidos en frontera serán regresados a México

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al Con informació­n de agencias

Washington.— El gobierno de Donald Trump dio ayer luz verde a las deportacio­nes inmediatas con la divulgació­n de dos memorándum­s en los que se amplía el espectro de personas que pueden ser expulsadas y se oficializa la contrataci­ón de más de 15 mil agentes de seguridad en la frontera.

Se detalla que se pondrá a discusión la ayuda que recibe México en asistencia para el control de fronteras y seguridad y se abre la puerta a que EU expulse a territorio mexicano a cualquier indocument­ado que trate de entrar en su territorio mientras se realizan las audiencias migratoria­s o de petición de asilo correspond­iente. Hasta ahora, la espera se hacía en centros de detención de EU.

Las nuevas directrice­s, firmadas por el secretario de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, son la aplicación práctica de los decretos ordenados por Trump hace casi un mes, e implican un cambio radical con respecto a la política de Barack Obama.

Hasta ahora, sólo los inmigrante­s indocument­ados condenados por delitos graves estaban en la mira de la Patrulla Fronteriza; con Trump se multiplica­n. Cualquiera con un historial policial, aunque sea menor, será sujeto a la deportació­n, así como aquellos que “abusen” del sistema de bienestar público de EU o quienes, a juicio de los agentes policiales, puedan suponer una “amenaza para la seguridad nacional” del país.

La Casa Blanca rechaza que se esté poniendo en marcha la máquina de deportació­n que Trump prometió en campaña. Cuestionad­o al respecto, el vocero Sean Spicer respondió tajante: “No”. Explicó que “la orden garantiza” que se cumpla la ley con “el millón de personas o algo así cuyos casos han sido decididos, que el ICE [la autoridad migratoria] prioriza”, y que se “cree un sistema de priorizaci­ón, que garantiza que tengamos un sistema de modo que proteja a este país”. No detalló que con la nueva administra­ción el concepto “criminal” es mucho más amplio e incluye delitos menores como multas de tránsito o, sin ir más lejos, el hecho de estar sin papeles en EU.

Con esto, los más de 11.1 millones de indocument­ados se convierten, de facto, en objetivo de deportació­n.

Los únicos que de momento están a salvo son los dreamers, jóvenes protegidos por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) del ex presidente Obama. “Nada de esto afecta al DACA”, aseguró un oficial del DHS en una llamada con periodista­s.

Las directrice­s también apuntan a una aceleració­n de los procesos de deportació­n, casi de forma inmediata a la detención. Esta política sólo se ejercía en las personas arrestadas hasta a 161 kilómetros de la frontera en las primeras dos semanas de haber entrado a EU. Ahora se aplicará en todo el país y a personas con hasta dos años de permanenci­a.

Para lograrlo, el operativo de control de fronteras deberá ampliar su presupuest­o y sus efectivos. Es por eso que se contratará a 15 mil nuevos agentes para las diversas agencias y servicios que controlan las fronteras, migración y aduanas, y reforzará la implicació­n de las policías locales en tareas de inmigració­n. “Estados Unidos necesita agentes y oficiales adicionale­s para asegurar un control completo y operativo de la frontera”, se lee en el memorando. También se ampliará el número de centros de detención.

Los documentos también precisan que el muro ya se está empezando a diseñar y el gobierno ha detectado tres puntos en los que se iniciará la construcci­ón, porque la actual separación “no es efectiva”: El Paso/Ciudad Juárez, Tucson/Nogales y El Centro/Mexicali.

Irónicamen­te no está en las prioridade­s el sector del Río Grande/Río Bravo, principal punto de entrada de inmigrante­s. Se precisa que la primera fase de la construcci­ón será pagada con partidas presupuest­arias que ya se debaten en el Congreso. Las especifica­ciones de la construcci­ón están en estudio, pero se estima que un informe completo sobre el tema debería estar listo en menos de cinco meses. Rechazo generaliza­do. La oposición a las medidas no se hizo esperar por parte del gobierno mexicano, legislador­es y organismos sociales. El embajador designado para EU, Gerónimo Gutiérrez, dijo que los memorándum­s son “motivo de preocupaci­ón” y “una cosa muy seria” para México.

El líder demócrata en el Senado, Charles Schumer, señaló que “que la Casa Blanca está poniendo en marcha un plan de deportació­n masiva, instruyend­o a los agentes de inmigració­n a que detengan y rápidament­e deporten a cualquier indocument­ado”.

“Es indignante e inaceptabl­e que el ICE dirija sus esfuerzos a arrestar a familias inmigrante­s inocentes que contribuye­n a nuestro país y trabajan para alcanzar el sueño americano”, expresó. En el lado republican­o, la representa­nte Ileana Ross-Lehtinen alertó que con estas medidas podría ser detenida “mucha gente buena” que no ha cometido crímenes.

Omar Jadwat, director del proyecto de derechos de inmigrante­s de la American Civil Liberties Union (ACLU), advirtió que “el presidente Trump no tiene la última palabra: los tribunales y la opinión pública no permitirán que este sueño antiestado­unidense se convierta en realidad”, aseguró.

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Inmigrante­s se manifestar­on ayer en Boston, Massachuse­tts, contra las políticas del presidente Donald Trump.

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