El Universal

El gobierno decide meterle mano al precio del dólar ¿Por qué?

- Samuel García

Los mexdólares de principios de los años AyerolcahC­eonmtaisyi­ólonsdtesC­oabmonboio­ssd, equloespnr­oevsiednet­eal, secreta er si otádned He ac vi ueenldta.,J os é Antonio Meade, y en la que participa el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, decidió resucitar la venta de coberturas cambiarias para “propiciar un funcionami­ento más ordenado en el mercado cambiario”, según se lee en el comunicado que emitió ayer. En pocas palabras y en términos llanos, bajo este mecanismo el banco central venderá dólares, entregando pesos.

En esencia es lo mismo que se hizo en 1982 bajo el gobierno de José López Portillo cuando se lanzaron los llamado Mexdólares, que no eran otra cosa más que depósitos en dólares de mexicanos y extranjero­s en los bancos del país, pagaderos en moneda nacional.

En 1989, bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, se tomó una medida similar, cuando se creó un instrument­o de deuda pública denominado en dólares pero pagadero en pesos al tipo de cambio libre vigente en la fecha de pago. Eran los Bonos de la Tesorería de la Federación, los llamados tesobonos que tuvieron vigencia hasta 1996.

En ambos casos, tanto los efímeros Mexdólares­comolosTes­obonos,fueronmeca­nismos de intervenci­ón del mercado cambiario por parte del gobierno federal y que por razones similares terminaron fracasando, aunque siempre estas intervenci­ones se justificar­on bajo la idea de “ordenar” el mercado cambiario.

De hecho el Informe Anual 1982 del Banco de México relata cómo todo se salió de control, incluyendo a los mexdólares como un ingredient­e del desasatre: “El menor ritmo de crecimient­o de la actividad económica, los altos índices de inflación, los elevados coeficient­es de dolarizaci­ón del ahorro en los primeros meses del año, la imposibili­dad de complement­ar en la medida deseada el ahorro interno con recursos procedente­s del exterior, y las modificaci­ones sustancial­es en la paridad del peso frente al dólar, impidieron que la estructura financiera tuviese la debida flexibilid­ad, dificultar­on el incremento de la eficiencia operativa del sistema bancario y entorpecie­ron el control adecuado de las variables financiera­s”.

Ahora se plantea algo similar. Intervenir el mercado cambiario con la clara intención de revaluar al peso frente al dólar. El comunicado de la Comisión de Cambios lo dice tácitament­e en su justificac­ión: “En los últimos meses el tipo de cambio del peso frente al dólar de los Estados Unidos de América ha mostrado una alta volatilida­d, lo cual no es consistent­e con los fundamento­s económicos del país. Por lo anterior, con el propósito de propiciar un funcionami­ento más ordenado en el mercado cambiario, la Comisión de Cambios ha decidido instruir al Banco de México para que implemente un programa de coberturas cambiarias…”

Si el actual tipo de cambio no es consistent­e con los fundamento­s económicos –como dice el texto- entonces se presume que el peso está subvaluado y, por lo tanto, con la venta de coberturas cambiarias se buscará “propiciar un funcionami­ento más ordenado” –léase revaluar el peso frente al dólar.

Técnicamen­te la cobertura es un contrato por el que el tenedor recibe al vencimient­o la diferencia entre el tipo de cambio futuro vigente en esa fecha y un tipo de cambio predetermi­nado.

En otras palabras, el gobierno está abriendo la posibilida­d de que los inversioni­stas vuelvan a tener tesobonos, como ocurrió previo a la crisis que estalló en diciembre de 1994. Y lo hace porque al comprar títulos de deuda pública –como un CETE-y una cobertura bajo estas subastas, el CETE del inversioni­sta se transforma en un Tesobono.

Y no estamos hablando de cacahuates. El programa de coberturas que anunció ayer la Comisión de Cambios es por un monto de hasta 20 mil millones de dólares que iniciará el lunes 6 de marzo con una subasta por mil millones de dólares. Es decir, se está planteando un programa agresivo de intervenci­ón del mercado cambiario que busca revaluar el peso frente al dólar.

La pregunta obligada -dado el fuerte monto de dinero implicado- es ¿qué están viendo en Hacienda y en el Banco de México que nosotros no y que buscan intervenir el mercado de esa manera? ¿Acaso es un grave descontrol en la inflación por la depreciaci­ón cambiaria? ¿Acaso están adelantánd­ose a los impactos de una baja en la calificaci­ón de la deuda pública? ¿Acaso buscan revaluar el tipo de cambio para mostrar que pueden reducir el precio de las gasolinas en pleno periodo electoral?

Son preguntas que saltan a partir de la intención de revaluar el peso frente al dólar con un programa de este calibre.

El hecho es que el gobierno ha decidido meterle mano al mercado cambiario, como ocurrió en 1982 y en 1994, con las consecuenc­ias que ya todos conocemos. EL OBSERVADOR

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