El Universal

En CDMX no se sabe cuántos indigentes hay

Pese a ser una problemáti­ca grave, el censo anunciado aún no se realiza y las políticas públicas implementa­das no muestran avance

- Texto: NÉSTOR PINACHO

Pese a que en junio de 2016 el gobierno de la Ciudad de México anunció y otorgó recursos para la implementa­ción de un censo de personas en situación de calle, éste no se ha realizado.

Las últimas cifras reportan que en julio del año pasado había entre 3 mil y 4 mil 500 indigentes; sin embargo, el cálculo se hizo sólo con un recorrido nocturno por las principale­s avenidas de la capital.

José acomoda su cabello mientras se sienta al otro lado de la mesa. Se muestra risueño, jovial. Tiene 17 años, pero fueron demasiadas las experienci­as que acumuló durante el año y medio que vivió en la calle y trabajaba ofreciendo servicios sexuales. Él no lo sabe, pero formó parte de estadístic­as en las que sólo se sabe que la cifra de personas en situación de calle va en aumento.

Al comparecer ante la Asamblea Legislativ­a local, el secretario de Desarrollo Social (Sedeso) de la CDMX, José Ramón Amieva, afirmó que esta población fluctuaba entre 3 mil y 4 mil 500 personas, en julio de 2016.

Un mes antes, en la Gaceta Oficial de la CDMX se publicó el Protocolo Interinsti­tucional de Atención Integral a Personas en Riesgo de Vivir en Calle e Integrante­s de las Poblacione­s Callejeras, al cual se le otorgó una partida de arranque de 70 millones de pesos.

En ese documento se estableció que debía censarse a este sector poblaciona­l, sin embargo, a ocho meses de la publicació­n del protocolo, las autoridade­s afinan detalles metodológi­cos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Héctor Maldonado, titular del Instituto de Asistencia e Integració­n Social (Iasis), adelantó que se recorrerán simultánea­mente 257 puntos de concentrac­ión de población en situación de calle que se tienen identifica­dos. “No queremos hacer todo rápido, necesitamo­s procesos que sirvan de análisis, no criminaliz­ándoles. Vamos a ver cuál es el riesgo que tienen para estar en la calle, el motivo de vivir ahí, qué escolarida­d tienen y en qué se les puede ayudar”, señaló.

El censo deberá realizarse al menos cada dos años, será coordinado por el Iasis en colaboraci­ón con organizaci­ones de la sociedad civil, expertos, entre otros; lo que permitirá obtener informació­n cuantitati­va y cualitativ­a.

La importanci­a de un diagnóstic­o de este sector permitirá comprender el fenómeno de las poblacione­s callejeras, diseñar un plan de trabajo en materia de intervenci­ón, que a su vez derivará en la obtención de un panorama general e integral de la problemáti­ca en la CDMX.

Un cálculo realizado por este diario muestra que de 2008 a 2012, la cifra de personas en situación de calle del censo Tú También Cuentas, de la Sedeso, aumentó en promedio 418 por año. Si la tendencia se hubiese sostenido de manera regular, para finales de este año se encontrarí­an 5 mil 686 personas en situación de calle. Muchos de ellos con historias de violencia.

Héctor Maldonado reconoció que existe un aumento constante en las cifras que obedece a múltiples factores: violencia intrafamil­iar, adicciones, pobreza y migracione­s.

En julio de 2015, el gobierno local reportó 3 mil 739 personas en el conteo a poblacione­s callejeras. Durante un recorrido nocturno por las principale­s avenidas de la capital se obtuvo que la delegación que concentra ese sector poblaciona­l es la Cuauhtémoc, con mil 45 personas en situación de calle. Le siguen Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, con 974 y 649, respectiva­mente. A la lista se suman Iztacalco con 257 personas; Gustavo A. Madero, 249; Iztapalapa, 179; y Miguel Hidalgo con 121 personas.

La lista la continúan Benito Juárez, Azcapotzal­co, Coyoacán, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco con menos de 100 personas en situación de calle cada una. Estrategia asistencia­lista José vivió con sus tíos durante tres años después de que su familia adoptiva muriera. Durante ese tiempo, se dedicó a quemar discos, pues el negocio familiar era la venta de piratería. No tuvo la oportunida­d de seguir con sus estudios. Aunado a ello era sufría malos tratos y vejaciones que lo orillaron a abandonar su hogar. “Llegué con ellos a los 10 años y a los 13, un día me mandaron a dejar un disco a un señor que me dio 300 pesos y pues dije ‘ya no voy a regresar’. Esa noche la pasé en la calle”, recordó.

Laura Alvarado, directora general de la Fundación Pro niños de la calle, señala que “cuando un chavo se va a la calle es porque no tiene otra alternativ­a, no es una elección como tal porque no es cierto que tenga muchas posibilida­des.

“Cuando vives en un contexto de precarizac­ión como estos chavos lo único que tienes a la mano es este mundo que sí está abierto, ahí resuelves necesidade­s que no son solamente materiales, pero que también son una serie de otras necesidade­s sociales y emocionale­s”.

La Sedeso brinda atención a la población en situación de calle a través de los Centros de Asistencia e Integració­n Social (CAIS). De acuerdo con cifras de la dependenci­a en el periodo de enero a agosto de 2016 se atendió solamente a 104 menores de edad. En estos centros reciben alimentaci­ón y un lugar donde dormir.

Sara Makowski, doctora en Antropolog­ía que ha trabajado de cerca con grupos en situación vulnerable, asegura que “se sigue intervinie­ndo públicamen­te desde una concepción y estrategia asistencia­lista de discrimina­ción hacia esta población, no se tiene una política pública incluyente y sobre todo son programas o acciones públicos que no consideran a los actores centrales que viven esta problemáti­ca”.

José se fue a vivir con un hombre al que conoció antes de abandonar su hogar. Los primeros meses fueron buenos, contó, pero con el tiempo comenzaron los maltratos; él los toleró pues pensaba que “así era el amor”.

Sin embargo, llegó un punto en el que los golpes fueron demasiados y, nuevamente se vio obligado a salir a la calle.

Desde ese momento, a los 15 años, José entró en el mundo del sexoservic­io. Una persona que conoció antes de abandonar a su pareja le platicó del lugar. Todas las noches, señaló José, se plantaba entre la Diana y el Ángel de la Independen­cia y esperaba “a ver quién pasaba”. Los días los ocupaba para dormir, subía al Metro y recorría las líneas, de terminal a terminal.

“Había clientes que te decían ‘si te fumas esto conmigo o si te inyectas te pago más’. Nunca me inyecté nada, pero sí fumé, según yo fue piedra. Me drogué como ocho veces, decía ‘hace un montón de frío, no he comido, la mariguana me puede ayudar’. Tal vez sentía feo pero se me iba el avión, le daba unos toques y sí me sentía mal, pero ya no sentía tanta hambre ni tanto frío”.

El estudio Identifica­ción de necesidade­s de intervenci­ón en materia de prevención con población en situación de calle y personas menores en conflicto con la ley de 2012, del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones en la CDMX (IAPA), reportó que 47% de los encuestado­s refirió como motivo de salida a la calle los problemas surgidos en el núcleo familiar. Asimismo, el DIF local a través del Programa Hijos e Hijas de la Ciudad (Programa HHC) reportó en su Estudio Cualitativ­o que 59% refirió a la violencia familiar como la causa principal y 11% el consumo de drogas. Políticas a medias tintas De acuerdo al informe Situación de los derechos humanos de las poblacione­s callejeras en el Distrito Federal 2012-2013 de la Comisión de Derechos Humanos capitalina, “la mayor parte de las políticas y leyes que intentan solucionar las problemáti­cas relacionad­as con estos grupos parten de concepcion­es que asocian la apariencia física y el consumo de drogas con la delincuenc­ia, provocando también la criminaliz­ación de las actividade­s de superviven­cia de dichas poblacione­s”.

Una política integral ayudaría a reducir cifras como las que refiere la CDH, donde afirma que entre 2008 y 2012 ocho de cada 10 personas inculpadas e identifica­das por el Tribunal Superior de Justicia local como poblacione­s callejeras recibieron sentencia condenator­ia.

Otro factor que impide la cabal atención, asegura Laura Alvarado, es la rápida transforma­ción, no sólo en este sector, sino en las calles de la CDMX, pues los educadores de la fundación se ven expuestos a agresiones por parte de personas que reclutan a jóvenes en situación de calle para sus fines. Esto dificulta más su ubicación, pues al conseguir ingresos de la vida en la calle, los niños y adolescent­es se salen del estereotip­o del joven sucio, mal vestido, por lo que es difícil brindarles atención integral.

José fue haciéndose de amistades. “Era más fácil pasar la noche con ellos que solo. También conocí a personas desagradab­les que pasaban y te pedían dinero, si no les dabas te pegaban o te corrían”, recordó el joven.

Uno de los amigos de José le habló sobre la Fundación Pro niños de la calle. “Estaba súper mal, no trabajaba ni dormía, no comía, no me bañaba. Me salieron cosas en los pies, no podía caminar bien. Era muy feo”.

Así fue como llegó a Pro niños, que Laura Alvarado, su directora general, define como “una organizaci­ón que quiere ser un espacio seguro para los chavos en un proceso de cambio que no tiene que ver solamente con en qué lugar estás viviendo sino en cómo ves tu vida, cómo defines tu identidad y en función de eso qué alternativ­as encuentras”. El proyecto de reintegrac­ión llamado De la calle a la esperanza, se divide en tres pasos: Vinculació­n, transición y Consolidac­ión, donde se acercan a los jóvenes en situación de calle, los invitan a la fundación y les ayudan a decidir el siguiente paso que puede ser la reincorpor­ación a su familia.

Para Laura Alvarado, vivir en la calle es visto como un estigma, y considera que “somos una sociedad sumamente clasista, discrimina­dora y que tiene marcadores sociales equivocado­s, entonces, en ese sentido se refuerzan las ideas de que son malos, sucios, peligrosos e inclusive las personas que tienen menos acceso a los beneficios de un sistema basado en el consumo”.

El Gobierno de la CDMX incluyó dentro del Programa General de Desarrollo 2013–2018 a las personas integrante­s de las poblacione­s callejeras como uno de los 10 grupos prioritari­os para la elaboració­n, implementa­ción y evaluación de la política social para el respeto, promoción, protección y garantía de los derechos humanos, tal como lo establece la Constituci­ón Mexicana a partir de la reforma constituci­onal en materia de derechos humanos de junio de 2011 y el Programa de Derechos Humanos de la capital.

José termina su historia y sonríe. La parte sórdida ha terminado. Por fin se le abren las puertas de otro mundo que no es el de la intoleranc­ia y el abandono. Con el apoyo de la fundación ha logrado incorporar­se a un trabajo formal y continuar con sus estudios. Actualment­e cursa la preparator­ia.

Cuando se le preguntó cuál fue el punto decisivo para salir de las calles, él aseguró: “Creo que fue que alguien me dijera ‘¿sabes qué?, yo confío en ti, yo creo que tu puedes’. Que alguien se empezara a preocupar por mí, que me preguntara cómo estás, cómo te fue, cómo te sientes”.

“Había clientes que te decían si te fumas esto o te inyectas te pago más. Sentía feo, pues se me iba el avión, pero ya no sentía tanta hambre ni frío” JOSÉ Adolescent­e en situación de calle

 ??  ??
 ??  ?? La delegación que concentra el mayor número de indigentes es la Cuauhtémoc, con mil 45 personas.
La delegación que concentra el mayor número de indigentes es la Cuauhtémoc, con mil 45 personas.
 ??  ?? Según José Ramón Amieva, en julio de 2016 había entre 3 mil y 4 mil 500 personas en situación de calle.
Según José Ramón Amieva, en julio de 2016 había entre 3 mil y 4 mil 500 personas en situación de calle.
 ??  ?? Decenas de indigentes abarrotan los alrededore­s del Monumento a la Revolución y el antiguo Palacio Chino
Decenas de indigentes abarrotan los alrededore­s del Monumento a la Revolución y el antiguo Palacio Chino
 ??  ?? El principal motivo por la que niños y adolescent­es dejan su casa es por problemas familiares, según encuesta del IAPA.
El principal motivo por la que niños y adolescent­es dejan su casa es por problemas familiares, según encuesta del IAPA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico