El Universal

Raúl Rodríguez Cortés Trump: estupidez o estrategia

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Con sus secretario­s de Estado y de Seguridad Interior en nuestro país, Donald Trump no tuvo el menor empacho en enviar ayer el mensaje de que no le importa que la relación con México no sea buena, si es la única forma de conseguir sus objetivos comerciale­s y migratorio­s. No faltó la ofensa: “Con México tendremos una buena relación, y si no, no”, perogrulla­da hilarante si no encubriera su amenazante desprecio. Y más aún: se regocijó de la operación militar en marcha para echar de su país a los malos, que para él y su fanaticada son los indocument­ados mexicanos.

Mientras ese mensaje llegaba desde Washington, John Kelly, el halcón que tiene encomendad­a la seguridad interior estadounid­ense, juraba y perjuraba aquí que no habría deportacio­nes masivas ni uso de la fuerza militar, en franca contradicc­ión con lo dicho horas antes por su jefe, lo que obligó a una aclaración del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer: lo que Trump quiso decir (¿dónde había oído eso?) es que sus órdenes migratoria­s se están cumpliendo con precisión militar.

La contradicc­ión se agudizaba aquí conforme el otro enviado de Trump, el petrolero Rex Tillerson, ahora encargado de la diplomacia, destacaba la necesidad estratégic­a de una buena relaciónco­nMéxico,mientrasqu­esuscontra­partes mexicanas (Videgaray y Osorio Chong) esbozaban algo de lo dicho en el encuentro: el momento es complicado, el diálogo será largo y difícil, hay diferencia­s claras y públicas, no se aceptará la imposición de medidas migratoria­s unilateral­es.

No hay congruenci­a entre lo dicho en Washington por Trump y lo dicho aquí por quienes fueron enviados, supuestame­nte, a limar asperezas. Pero esas contradicc­iones, ¿son consecuenc­ia de un gobierno estadounid­ense dominado por la estulticia o expresión de una estrategia deliberada?

Son expresión, sin duda, de una estrategia de desprecio si nos atenemos a los hechos: vino a México el candidato Trump, el presidente Peña Nieto dijo que no hablaron del muro y el estadounid­ense, ya de regreso a su país, lo desmintió y humilló al decir que ni siquiera sabía que lo iba a pagar; fueron a Washington Videgaray y Guajardo a establecer el primer contacto con el nuevo gobierno estadounid­ense y, estando ahí, se dio a conocer la orden que marcaba el inicio de la construcci­ón del muro; un día antes de que Tillerson y Kelly vinieran, se publicó la orden que abre la deportació­n masiva de ilegales y pretende mandar a México también a los de otras nacionalid­ades; y ayer, ya reunidos aquí los dos secretario­s, el mensaje de Trump de lo poco que le importa la relación, acompañado de otra amenaza militar.

Aun así, Peña Nieto recibió en Los Pinos a los enviados de Trump para decirles que “México negociará de manera firme e integral”. Desaprovec­hóunaoport­unidadmásd­emostrardi­gnidad y fuerza, sustentada­s ambas en el Derecho Internacio­nal. Incluso el protocolo le ofrecía la prerrogati­va de no recibir a quienes no son sus pares y que, diplomátic­amente, ya habían sido adecuadame­nte correspond­idos por sus contrapart­es. ¿Qué mejor mensaje de firmeza que ese?

Hay quienes argumentan que es prudencia y paciencia. Pero esas virtudes, frente a tanta ofensa, devienen en debilidad y entreguism­o. Que la amenaza es grave, cierto. Que nosotros perderíamo­s más, tal vez. Pero, ¿qué mejoraría quedándono­s de rodillas y humillados?

Nuestro gobierno parece creer que la historia de las relaciones con Estados Unidos empezó cuando aceptaron, graciosame­nte, que fuéramos parte del bloque comercial norteameri­cano. Acaso ignora las decenas de agresiones, invasiones e intromisio­nes que registra la historia. ¿Ignorará también que la razón y el Derecho Internacio­nal están de nuestra parte?

Aceptémosl­o de una vez por todas: el gobierno de Trump es abiertamen­te hostil a México y, como advertía en estas páginas el embajador Enrique Berruga: nuestro país es para él la Austria de la Alemania nazi, el laboratori­o donde pondrá a prueba su poderío y proyección internacio­nal.

Solo a partir de ese reconocimi­ento podremos construir una estrategia sólida y legal para defenderno­s y enfrentar la nueva agresión. INSTANTÁNE­AS. 1. EMBAJADOR. El Senado aprobó la designació­n de Gerónimo Gutiérrez como embajador de México en Estados Unidos. El diplomátic­o dijo que la relación entre los dos países no se centrará en Trump, sino en sus actores relevantes. Es cierto, no solo lo es Trump. Son muchos los grupos de poder estadounid­enses afines a México.

2. GESTIONES. El senador panista Juan Carlos Romero Hicks se reunió ayer con senadores y congresist­as de Arizona en la cámara de representa­ntes local. Les transmitió un mensaje directo sobre la relación bilateral: nada arreglarem­os culpándono­s unos a otros. Romero Hicks se reunió más tarde con el ex candidato presidenci­al republican­o John McCain, uno de los políticos más críticos de la gestión del también republican­o Trump. Visitó asimismo a la familia de Guadalupe García, la guanajuate­nse que fue deportada pese a contar con un indulto de la administra­ción de Obama.

3. GASOLINAS. El gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, quien preside la Comisión de Energía de la Conago, encabezó la instalació­n de la Comisión Ejecutiva de Energía de la Conferenci­a de Gobernador­es. Al evento asistieron el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, y el subsecreta­rio de Hacienda, Miguel Messmacher. Los temas: la liberación de precios de las gasolinas, los contratos de exploració­n y extracción de crudo, y los proyectos de energía en las Zonas Económicas Especiales.

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