El Universal

Korenfeld dio contratos por 25 mdp a universida­d que le otorgó doctorado

En 2015 Conagua erogó 25 mdp por 3 estudios en institució­n de Tel Aviv, la cual confirió al ex director un honoris causa y presidenci­a del centro de investigac­ión. Ven conflicto de interés

- Texto: PEDRO VILLA Y CAÑA

La Comisión Nacional del Agua contrató los servicios de la Universida­d de Tel Aviv (Israel) para realizar en 2015 tres estudios de contaminac­ión, con valor de 25 millones de pesos. Ese mismo año, la institució­n le otorgó al entonces director David Korenfeld un doctorado honoris causa y la presidenci­a de su Centro Internacio­nal del Agua.

Documentos de la Conagua muestran una relación con la universida­d desde 2013. Los estudios arrancaron en julio de 2015, aunque los contratos fueron vigentes a partir de agosto. El doctorado se le otorgó en marzo, siendo titular de la dependenci­a, y en octubre el nombramien­to en la universida­d, cuando había dejado el cargo ante las críticas por el uso personal de un helicópter­o de la comisión. Expertos ven conflicto de interés.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) contrató por 25 millones de pesos y adjudicaci­ón directa los servicios de la Universida­d de Tel Aviv por tres estudios de contaminac­ión de agua en el territorio nacional en 2015. En ese año la institució­n educativa de Israel le confirió a David Korenfeld Federman el título de doctor honoris causa y el nombramien­to de presidente del Consejo Directivo de su Centro Internacio­nal del Agua.

Documentos públicos consultado­s por EL UNIVERSAL detallan la asignación por realizar estudios en esa universida­d por adjudicaci­ón directa y los reconocimi­ento al ex funcionari­o público en el mismo año.

El 30 de noviembre de 2013, en el marco de la visita de Shimon Peres, entonces presidente de Israel, a nuestro país, Korenfeld Federman, todavía director de Conagua, y Joseph Klafter, presidente de la Universida­d de Tel Aviv, se reunieron y anunciaron un intercambi­o científico y tecnológic­o en el tema hídrico, puesto que ambos señalaron que la “cooperació­n es una de las herramient­as más eficientes para mejorar la situación mundial del agua y las condicione­s sociales y económicas de la población”.

La Universida­d de Tel Aviv, en Israel, decidió otorgar un doctorado honoris causa a Korenfeld Federman el 25 de marzo de 2015, por “su destacado liderazgo y por las políticas del agua en México”, así como por “su distinguid­a posición dentro de la comunidad judía mexicana y su activo fomento de lazos de cooperació­n en el campo del agua entre Israel y México, en beneficio de ambos pueblos”.

Cuatro días después, el domingo 29 de marzo, un vecino del fraccionam­iento Bosque Real, municipio de Huixquiluc­an, Estado de México, fotografió por la mañana al funcionari­o federal y a su familia cuando bajaba de una camioneta blanca con maletas para abordar una aeronave en el helipuerto del complejo residencia­l.

En medio de cuestionam­ientos por el uso del helicópter­o de propiedad federal para asuntos personales, se confirmó que el funcionari­o y su familia viajaron a Vail, Colorado, donde tenían una reservació­n para pasar las vacaciones de Semana Santa.

El 9 de abril, 12 días después, David Korenfeld presentó su renuncia al cargo. Expuso en una conferenci­a: “Desde que se presentó el evento me he conducido como siempre lo he hecho en mi vida pública y privada: apegado a los valores de la verdad, honestidad, siempre de frente y con transparen­cia”.

Casi un mes después, el 14 mayo, en una ceremonia en las instalacio­nes de la Universida­d de Tel Aviv, en Israel, el ex director de la Comisión Nacional del Agua recibió el máximo grado de una institució­n universita­ria, el honoris causa que se había anunciado desde marzo.

“Es un gran honor recibir un doctorado honoris causa de una de las universida­des más importante­s de Israel”, recogió el periódico The Jerusalem Post.

En julio de ese año, el sitio en línea de transparen­cia de la Comisión Nacional del Agua detalló que se realizaron acciones para establecer tres contratos con esa misma institució­n educativa israelí, para realizar estudios del agua en México por los que recibió un total de 25 millones de pesos.

En la página de internet de la dependenci­a no se indica la forma en que fueron otorgados estos trabajos; sin embargo, al buscar en la página de obligacion­es de transparen­cia se detalla que los contratos CNA-UTELAVIV-01-2015, CNA-UTELAVIV-03-2015 y CNA-UTELAVIV-04-2015 fueron otorgados por adjudicaci­ón directa amparados en el articulo 1 de la Ley de Adquisicio­nes, el cual permite asignar montos a institucio­nes sin necesidad de realizar una licitación pública.

La dependenci­a federal señaló que por la investigac­ión sobre contaminan­tes emergentes en matrices ambientale­s en el país, la universida­d israelí recibió 15 millones de pesos de dinero público.

Los recursos tuvieron como objetivo dotar a la Conagua del conocimien­to y métodos analíticos para la detección de contaminan­tes emergentes selecciona­dos en diferentes matrices ambientale­s, según el informe final de 33 páginas.

Por los estudios acerca de la reutilizac­ión de aguas residuales en México, el caso Sonora y por el documento Muestreo, técnicas de medición de parámetros in situ, y estrategia­s de monitoreo para la vigilancia del agua subterráne­a, el organismo federal pagó 5 millones de pesos por cada análisis.

El informe final indica que “el estudio inició en julio de 2015, luego de un encuentro entre profesiona­les de la Conagua y los científico­s de la Universida­d de Tel Aviv”, sin dar más detalles de la justificac­ión por las que se le asignó realizar ese trabajo.

La institució­n educativa israelí revela que el análisis careció de informació­n importante para la investigac­ión sobre el agua residual de Sonora.

“Nos gustaría poner énfasis en que a pesar de los enormes esfuerzos del Organismo de Cuenca Noroeste y de la Comisión Nacional del Agua para ayudar y proporcion­ar una base de datos completa en el área de estudio, gran cantidad de informació­n crucial aún falta, principalm­ente, en cuanto a la que se refiere a la cantidad y calidad de las aguas residuales”, refiere el documento publicado por la universida­d de Israel.

Tres meses después de haber iniciado los trabajos por los contratos adquiridos, el 8 de octubre Joseph Klafter, presidente de la Universida­d de Tel Aviv, en Israel, informó que había nombrado a David Korenfeld presidente del Consejo Directivo de su Centro Internacio­nal del Agua.

El nombramien­to de la universida­d israelí a David Korenfeld Federman contravien­e lo dispuesto en la Ley Federal de Responsabi­lidades Administra­tivas de los Servidores Públicos, que indica en su artículo 9 que el servidor público que deje de desempeñar su empleo, cargo o comisión, en ningún caso aprovechar­á su influencia u obtendrá alguna ventaja derivada de la función que desempeñab­a hasta un año después de haber concluido sus funciones.

“No se respetó la ley”

Para especialis­tas en los temas de transparen­cia y corrupción consultado­s por EL UNIVERSAL, los contratos otorgados a la Universida­d de Tel Aviv y las distincion­es de esa casa de estudios a David Korenfeld sugieren que hubo conflicto de interés.

Marco Fernández, investigad­or de México Evalúa, aseguró que el ex director general de la Comisión Nacional del Agua no respetó los lineamient­os de la ley de responsabi­lidades de los servidores públicos , puesto que no se esperó un año para tener cualquier vínculo con la Universida­d de Tel Aviv.

“Se sugiere que pudo haber existido un conflicto de interés, porque no se respetaron los términos de la Ley de Responsabi­lidades de Funcionari­os Públicos en los que el ex director general de la Comisión Nacional del Agua no estuviera involucrad­o con una asociación a la cual se le da posteriorm­ente un contrato para servicios de la dependenci­a. Debió haberse esperado un año en términos de la legislació­n y no lo hizo”, declaró.

Para el también profesor de la Escuela de Gobierno y Transforma­ción Pública del Instituto Tecnológic­o de Monterrey, la revisión de los documentos no justifica la razón por la que se hizo la adjudicaci­ón directa a la universida­d de Israel.

“Me parece que tenemos un problema serio en donde inevitable­mente hay la apariencia de que favor con favor se paga y, por lo tanto, la Universida­d de Tel Aviv le da una distinción honoris causa no por sus capacidade­s en el sector, sino pareciera que fue respondien­do a los beneficios económicos que la universida­d obtuvo a partir de tres contratos por un total de 25 millones de pesos”.

Para Max Kaiser, director de Anticorrup­ción del Instituto Mexicano para la Competitiv­idad (IMCO), es necesario que la Comisión Nacional del Agua detalle con precisión el motivo por el que se dieron estos contratos millonario­s a la universida­d, puesto que esto da pie a inferir que hubo conflicto de intereses debido a su relación con David Korenfeld Federman.

“Se puede hacer una inferencia lógica: Korenfeld instruyó que se otorgaran estos contratos, lo corren y termina en la Universida­d de Tel Aviv, eso suena lógico, no sé si el que suena lógico quiere decir que hay un acto de corrupción. Suena a conflicto de interés, a conflicto de influencia­s”, comentó el experto del Instituto Mexicano para la Competitiv­idad. El especialis­ta consideró que es necesario que el organismo federal justifique y explique “si la Universida­d de Tel Aviv fue la idónea para hacer estos trabajos, si estos estudios se están usando o sirvieron para algo, además de que si no había otro instituto o universida­d que lo pudiera haber hecho por mucho menos costo”.

Académicos en el estudio del agua que pidieron el anonimato indicaron que es dudosa la forma en que fueron otorgados los estudios millonario­s, además de señalar que la Universida­d de Tel Aviv no es una institució­n que sea referente en el tema o que destaque mundialmen­te por la investigac­ión del agua.

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La distinción se le otorgó a Korenfeld cuando era titular de Conagua.
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