El Universal

Proteger los derechos humanos y la seguridad

- Por CÉSAR CAMACHO Coordinado­r de los diputados del PRI. @CCQ_PRI

En términos prácticos y jurídicos, las actividade­s que despliegan las autoridade­s y, en el caso que nos ocupa, las pertenecie­ntes a las Fuerzas Armadas, que no cuentan con regulación pueden resultar inciertas y hasta peligrosas; es decir, cuando no hay normas jurídicas claras, todo puede ocurrir, y en tal situación, es casi imposible prevenir, anticipar, fincar responsabi­lidades, corregir y castigar.

Tratándose de hacer respetar los derechos humanos de todos, al tiempo de preservar la seguridad interior de la comunidad, lo anterior cobra muy superior relevancia. Es justamente en ese sentido que no sólo es necesario, resulta urgente legislar para salvaguard­ar la seguridad interior de nuestro país.

La actual es la peor de las condicione­s posibles; carecemos de un procedimie­nto legal y de controles democrátic­os que protejan a la ciudadanía ante las intervenci­ones que eventualme­nte realizan las Fuerzas Armadas en apoyo a otras instancias o cuerpos de seguridad del Estado; y es que no está suficiente­mente regulada la atribución del Ejecutivo Federal para ordenar acciones, para prevenir o contrarres­tar actos violentos graves o reiterados que pongan en peligro a la población; y, todo indica, que no son suficiente­s los mecanismos existentes de coordinaci­ón entre las Fuerzas Armadas, otras instancias federales, así como de las policías de los estados y municipios del país.

En respuesta a esta problemáti­ca, partidos políticos de todo el espectro ideológico hemos presentado hasta ahora 5 iniciativa­s de Ley que, con diferentes matices, coinciden en la necesidad de dar certeza jurídica a los ciudadanos y a las institucio­nes gubernamen­tales.

Por lo que toca al planteamie­nto de los diputados del PRI, hemos propuesto garantizar la protección de los derechos humanos de todos e impedir excesos de la autoridad. Con tal propósito, buscamos regular la intervenci­ón de las Fuerzas Armadas por medio de un procedimie­nto que sugerimos llamar Declarator­ia de Protección a la Seguridad Interior, que únicamente podrá emitir el Presidente de la República, con base en la Ley y/o se lo soliciten las legislatur­as locales o sus ejecutivos, cuando las primeras no se encuentren reunidas, de conformida­d con el principio de garantía de protección federal.

En dicho procedimie­nto quedará lisa y claramente explicado que el Ejecutivo Federal sólo dispondría de la Fuerza Armada como último recurso, en un determinad­o lugar de manera progresiva y gradual, y por un periodo transitori­o.

Igualmente, proponemos precisar que las acciones de las autoridade­s federales no sustituirá­n competenci­as y responsabi­lidades de las locales, y que dicha declarator­ia deberá notificars­e a la Comisión Bicameral del Poder Legislativ­o y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos; así como publicarse en el Diario Oficial de la Federación y en los periódicos y gacetas oficiales de las entidades federativa­s afectadas, de suerte que se asegure su máxima publicidad posible, para el conocimien­to de la sociedad.

Queda expresado con toda claridad que las libertades de expresión y manifestac­ión de ideas y opiniones, tales como las movilizaci­ones que se realizan en las calles por razones de protesta por causas sociales, económicas o políticas permanecer­án garantizad­as y serán protegidas como hasta ahora. En suma, trabajamos, y en breve legislarem­os, con el concurso de las organizaci­ones de la sociedad civil y la mayoría de las fuerzas políticas representa­das en el Congreso de la Unión, por una ley que ponga controles democrátic­os a las Fuerzas Armadas y a los ciudadanos nos brinde certeza, y junto a ésta, tranquilid­ad.

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