Djokovic no pudo ni moverse
Debo confesar que a la invitación que me hicieron para asistir al Abierto Mexicano de Tenis llegué con la misma emoción de prácticamente todos los presentes por ver una final entre Novac Djokovic y Rafael Nadal. A lo largo de mi carrera en el deporte he visto cosas increíbles, pero lo que sucedió en el partido entre el serbio y el australiano Nick Kyrgios fue algo que dejó a todos en el estadio sin palabras.
Es cierto que este Abierto tomó mayor importancia con tenistas como Djokovic y el regreso de Nadal, pero la noche del pasado 3 de marzo fue toda para Kyrgios, aunque después perdió la semifinal ante el estadounidense Sam Querrey. En un duelo que no llegó ni a las dos horas, este hombre se convirtió en una máquina de servicios aces y logró 25.
Uno tras otro en el primer set (hizo 16) y nueve más en el segundo. Fue algo impresionante, al grado de que Dkokovic no se pudo ni mover. Nunca supo qué le pasó y ahí se terminó la posibilidad de la final soñada.
También me tocó ver al señor N ad al, me gusta su forma tan agresiva de jugar y que no se rinde a las jugadas. Va de un lado al otro de la cancha y tiene un derroche físico impresionante.
El abierto es un fenómeno increíble. Me queda claro que quienes manejan este torneo saben de negocios y lo hace de gran manera. Para llevarlo a cabo, no necesitaron que el gobierno soltara dinero para que deportistas de esta talla vengan a nuestro país. Por supuesto que sí estos eventos no les dejaran ganancias no los harían, algo que deberían implementar las federaciones nacionales al momento de planear su calendario de eventos. Estás federaciones puede organizar sus competencias y torneos sin necesidad de estirar la mano y seguro que encontrarían apoyo de la misma iniciativa privada.
Y no solamente se trata de traer el evento, hospedarlo y que salga bien. Se trata, de la derrama que deja a un destino turístico tan importante para México y que como lo escribí cuando hace un par de meses hicimos el Acapulco 5K, nos necesita a todos.
No se dio la final entre Djokovic y Nadal, pero que estas grandes figuras vinieran a México fue magnífico, tanto como lo que hizo el australiano Kyrgios con los 25 aces que le metió al serbio, quien aunque no se llevó el primer lugar del torneo se fue como uno de los consentidos de Acapulco por su carisma y calidad.