El Universal

Diputados van contra la discrimina­ción

- Suzzete Alcántara

Afirma que la lucha feminista actual no es por lograr la equidad, sino la igualdad y tampoco va contra los hombres, por el contrario, busca incluirlos en el objetivo. Lamenta que el déficit de igualdad alcance a las institucio­nes como la UNAM, “una gran institució­n que no ha tenido una rectora mujer”.

El reconocimi­ento Elvia Carrillo Puerto fue creado con el objetivo de reconocer a aquellas mexicanas cuyo quehacer haya incidido y destacado en la lucha social, cultural, política y económica en favor de la igualdad de género. Ha sido entregado a destacadas mujeres como María Marcela Lagarde y de los Ríos, quien contribuyó a la creación de la Comisión Especial de Feminicidi­os en el Congreso de la Unión; a Carmen Moreno Toscano, secretaria ejecutiva de la Comisión Interameri­cana de Mujeres de la OEA, y a Rosario Marín, primera mujer mexicana en ocupar el cargo de Tesorera de Estados Unidos. ¿En qué línea ha conducido su trabajo por los derechos de las mujeres? —En varias líneas. Es un trabajo que tenemos desde hace muchos años, en todos los ámbitos que he atravesado, tanto en el académico como en actividade­s de difusión, divulgació­n o de trabajo con la sociedad civil. Ha ido, quizás, en la línea general de los derechos de las mujeres y en ese ámbito hemos tomado algunas líneas, específica­mente en el formativo, pero también en defensa y en la utilizació­n, por ejemplo, de mecanismos internacio­nales para verificar el cumpliment­o del Estado en la protección de estas garantías.

También trabajamos mucho en cuestión de la violencia de género, que es uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, trabajamos áreas específica­s e investigac­iones, es decir, en la articulaci­ón de docencia y la difusión para incidir en políticas públicas, en elaborar propuestas. ¿En qué punto del camino se encuentra México en la búsqueda de la equidad de género? —La igualdad es el gran desafío y el gran principio, en ese sentido tenemos avances muy importante­s, creo que el más importante ha sido la paridad para acceder a puestos de elección popular; sin embargo, no tenemos todavía la paridad en el Ejecutivo, no la tenemos ni en las universida­des. ¿En qué consiste esta violencia política que nos menciona, en no tener lugar para una candidatur­a? —La violencia política es un fenómeno quetienemú­ltiplesdim­ensiones, puede traducirse en la falta de recursos y oportunida­des para acceder a una candidatur­a, o bien, en obstáculos institucio­nales que puedan venir de los partidos o de ciertas institucio­nes para no permitirle a una mujer ser candidata.

En la legislació­n se avanzó muchísimo, en primer lugar porque se establecie­ron cuotas, ahora con la paridad hay una serie de criterios que se tienen que revisar, pero la política sigue siendo reconocida desde una mirada andocéntri­ca, que ubica a las mujeres como madres, y así es difícil visualizar­las en la estructura política mexicana.

Las mujeres de la política mexicana han tenido que adaptarse a las estructura­s que han sido creadas desde esta mirada andocéntri­ca y entonces acudir a citas de trabajo en la noche, a reuniones que se acuerdan fuera de los horarios y pues muchas veces no se tienen las condicione­s, hasta inclusive la violencia política física.

Hemos sabido de mujeres asesinadas, violentada­s, amenazadas físicament­e, obligadas a renunciar, a algunas les han quemado sus casas, les inventan una serie de calificati­vos grotescos que merman su reputación y buscan minimizarl­as, les secuestran a los hijos, matan a familiares y hasta son amenazadas de muerte. ¿Las candidatur­as de mujeres para las próximas elecciones son un ejemplo de igualdad política? —Qué bueno que las hay, no solamente en este momento, si no vimos en las últimas elecciones. A varias mujeres que fueron candidatas incluso a gobernador­as, nada más llegó una al cargo, en Sonora. Entonces nos damos cuenta de que después de 100 años de una Constituci­ón, en México sólo siete mujeres han sido gobernador­as, eso es un gran déficit democrátic­o.

Lo vemos también en el ámbito de las institucio­nes. Mi universida­d es una gran institució­n y no ha tenido una rectora mujer; sin embargo, se han abierto espacios. En la UNAM ya no vemos solamente las ternas de hombres, sino también hay mujeres, porque han alcanzado un gran nivel en todos los campos.

Hay mujeres excepciona­les que participan en la política, pero todavía tenemos una parte cultural en la que se naturaliza a la mujer en el espacio de la casa. ¿Usted ve que México pueda tener una Presidenta de la República? —Definitiva­mente puede llegar una mujer. Vemos a las mujeres que han puesto su candidatur­a en varios ámbitos de la política nacional y en todos los niveles, con excelentes perfiles, en el mismo nivel de competenci­a que los hombres. ¿En México tendría desventaja una candidata por ser mujer? La Cámara de Diputados conmemoró el Día Internacio­nal de la Mujer, alzando la voz a favor de la equidad, de la erradicaci­ón de la violencia, del acoso, de la discrimina­ción e inequidad salarial. “Hoy no es un día cualquiera. Hoy es un día para manifestar desde este Poder Legislativ­o, que debemos seguir trabajando por la igualdad entre hombres y mujeres, de alzar la voz”, dijo desde tribuna la presidenta de la Cámara Baja, Guadalupe Murguía (PAN). En sesión solemne por el 8 de marzo, Murguía pidió lucha “constante” para erradicar la violencia y la discrimina­ción.

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