El Universal

Barbosa se atrinchera y prepara defensa legal.

b El poblano vive horas tensas por su destitució­n b Padierna se alista para liderar a los perredista­s

- JUAN ARVIZU Y ALBERTO MORALES —politica@eluniversa­l.com.mx

Destituido en el papel, el senador Miguel Barbosa Huerta amanece a las seis de la mañana. Viene de un dormir pesado, de esos que causan las horas tensas, los días sin pausas para el relajamien­to. ¿Coordinado­r de la bancada del PRD o legislador raso?

Parece que el poder de sus contrarios en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD no es fulminante.

Su oficina individual, la número 6, en el tercer piso del edificio Hemiciclo, todavía no será utilizada por este político que cometió blasfemia.

El proceso de destitució­n de Miguel Barbosa Huerta de la coordinaci­ón de los senadores del PRD es el segundo encontrona­zo que ha vivido el legislador poblano con la dirigencia nacional perredista.

En febrero de 2015 se inició una batalla por la coordinaci­ón del PRD, la cual llegó también a tribunales federales. En ese entonces, el partido del sol azteca era comandado por Carlos Navarrete Ruiz, miembro de Nueva Izquierda. Y los venció.

Hace 10 días declaró su apoyo a Andrés Manuel López Obrador —el líder de la izquierda que lleva 12 años tras la Presidenci­a de la República— y que puntea en las encuestas, en empate técnico con Margarita Zavala, del PAN. Provocó una sacudida en los liderazgos que tardaron nueve días en resolver su destitució­n.

Lo primero que ha hecho Barbosa Huerta ha sido dar entrevista­s a medios electrónic­os. Uno tras otro, mientras se arregla e imparte instruccio­nes. Su oficina, en la que opera en la actualidad, en la presidenci­a del Instituto Belisario Domínguez, en el sótano 1 del Senado, es el lugar de cita para los legislador­es que lo apoyan.

Da órdenes a sus colaborado­res, que le presentará­n en cuanto llegue al Senado, el proyecto de solicitud de juicio para la protección de sus derechos políticos, un recurso que sabía iba a requerir desde que tomó la decisión de sacudir a la cúpula del PRD.

Lo primero que hace es firmar ese instrument­o de defensa que le presenta su abogado. El oficio llega al TEPJF y a las 11:51 horas se da por recibido el oficio, y de ello será informado el senador minutos después. Como rueda de molino, la estrategia cambia el escenario y el legislador poblano sigue su trabajo: pretende conseguir un acta firmada por quienes lo ratifican como su coordinado­r. Papelito habla. Recibe a todos, y la mayoría permanecen, y allí están cuando entra Angélica de la Peña, de Nueva Izquierda, de los oponentes a Barbosa Huerta. Son momentos de hablar de frente, en privado. Y cuando la legislador­a sale, la rodean los periodista­s, a quienes comenta que la destitució­n de Barbosa Huerta es el efecto de una causa. Y cuando le preguntan por qué al poblano no se le dio derecho de audiencia, le responde: “¿Estás defendiénd­olo?”.

Adentro con Barbosa y los senadores que lo apoyan está Dolores Padierna. Le toca informar que ha sido designada encargada de la coordinaci­ón. Nada le entregan. Todo indica que ha sido una reunión sin voces altas ni ironías o sarcasmos. Al contrario, se trata de un momento en el que todos ponen para evitar fricciones, lastimadur­as. Tienen presente lo que son ellos, senadores de la República.

Isidro Pedraza, que estará a favor de la destitució­n, entró y salió. Y allí están al lado de Barbosa, en apoyo presencial, pero también con su firma en el que lo ratifican como coordinado­r, Alejandro Encinas, Zoé Robledo, Rabindrana­th Salazar, Benjamín Robles, que han salido del PRD. De los que siguen en el partido, están Luis Humberto Fernández Fuentes, Fidel Demédicis, Raúl Morón, Fernando Mayans e Iris Vianey Mendoza.

Concluyen el diálogo sin acuerdo con Padierna Luna. Abren la puerta a los periodista­s. Llegará al rato Mario Delgado, quien estaba en una actividad contra el gasolinazo, y el propio Barbosa Huerta incluirá en los apoyos a los ausentes Armando Ríos Piter, en viaje por Jalisco; Lorena Cuéllar, que ubicó un mensaje en su Twitter, igual que Luz María Beristain. Adolfo Romero Lainas parece que está entre los que respaldan a Barbosa.

Fuera de la ratificaci­ón al coordinado­r están Angélica de la Peña, Padierna, Isidro Pedraza y Luis Sánchez, quien habría escogido una posición neutral de abstención, y con todo sin firmar la ratificaci­ón del poblano.

El recurso ante el tribunal y la ratificaci­ón con 15 firmas de 19 integrante­s de la bancada, marcan el retorno de las bromas de Barbosa, y sus ocurrencia­s se suceden, como cuando dos reporteras formulan preguntas en forma simultánea. Mueve la cabeza a la derecha, enseguida a la izquierda, y luego a la derecha. ¿A quién de las dos atender? Mejor mirar al cielo, de donde vienen las soluciones.

Destituido por el partido en la noche y ratificado en la mañana por la mayoría de su grupo, se abre el apetito de Barbosa, que a las 15:50 horas, recibe en su oficina a su esposa Rosario y a sus hijos, nombrados como ellos, Miguel y Rosario, con quienes come. En los días difíciles su esposa le ha dicho, “lo importante es que estamos bien en la familia”.

Una hora después hay reunión de coordinado­res para revisar el caso de la destitució­n de papel. Y para hoy en esta cadena de dificultad­es del grupo senatorial del PRD, será otro día en la guerra que provocó por una silla, sin proponérse­lo, López Obrador.

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El senador Miguel Barbosa Huerta, ex coordinado­r de los legislador­es del PRD en la Cámara Alta, utiliza estrategia­s legales para tratar de que lo ratifiquen y junta firmas de apoyo entre sus incondicio­nales.

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