El Universal

Juan José Esparragoz­a M. Capo con careta de empresario

- DENNIS A. GARCÍA —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Con un perfil bajo, Juan José Esparragoz­a Monzón, El Negro, coordinaba la red de distribuci­ón de droga y administra­ba recursos financiero­s del Cártel de Sinaloa, del que fue fundador su padre, Juan José Esparragoz­a, El Azul. El Negro se hacía pasar por empresario y para el gobierno federal era un hombre muy importante en la estructura del cártel, por lo que estaba entre los 122 objetivos prioritari­os.

Aunque manejaba un perfil bajo, su apellido lo delataba. Se trata de Juan José Esparragoz­a Monzón, El Negro, hijo del que autoridade­s federales consideran como cofundador del Cártel de Sinaloa: El Azul.

El Negro compartía el nombre con su padre. Al igual que su madre y otros familiares, administra­ba y movía el dinero familiar en distintas entidades del país. Lo invertía en la compra de bienes inmuebles o empresas; actividade­s que podrían pasar inadvertid­as, pero por las que el Departamen­to del Tesoro de Estados Unidos ubicó que los Esparragoz­a eran parte del Cártel de Sinaloa.

Prófugo de la justicia, Esparragoz­a Monzón, de 45 años, es considerad­o un hombre violento que ha enfrentado a grupos antagónico­s en las plazas de Mexicali y Tijuana, Baja California; una zona considerad­a estratégic­a para el trasiego de droga.

La influencia de El Negro ha sido tal que autoridade­s federales lo ubicaban como un elemento que atenta contra la seguridad. “Se le considera como un generador de violencia en las ciudades fronteriza­s de Mexicali y Tijuana”, dijo sobre él Renato Sales Heredia, titular de la Comisión Nacional de Seguridad,

Su principal actividad era la coordinaci­ón del trasiego de droga y lavar el dinero del cártel, para ello constituyó varias empresas en Jalisco, Querétaro y en Baja California. Sus movimiento­s eran discretos, pero llevaba una o dos escoltas visibles. Esparragoz­a Monzón, que se hacía pasar por empresario, era para el gobierno federal de suma importanci­a en la estructura del cártel que fundó su padre, por eso formaba parte de los 122 objetivos prioritari­os. Además de tener sangre azul, Esparragoz­a Monzón tenía poder en el mundo del narcotráfi­co al formar una familia con Gloria, hermana de los hermanos Beltrán Leyva, grupo que en sus tiempos fue el brazo más importante del Cártel de Sinaloa.

Su madre, Ofelia Monzón Araujo, fue señalada por el Departamen­to del Tesoro de Estados Unidos como parte del grupo que lavaba dinero, junto con la abuela de El Negro, Alejandra Araujo Uriarte.

“Mientras otros narcotrafi­cantes mexicanos han obtenido, y en algunos casos, buscado más atención, Esparragoz­a Moreno ha mantenido un perfil bajo”, dijo la Oficina de Control de Activos Extranjero­s (OFAC) en diciembre de 2014.

El Negro se convirtió en el objetivo 106 en ser aprehendid­o; su captura, el 19 de enero, fue un fuerte golpe a la estructura financiera de la organizaci­ón. Su escape de una prisión estatal se dio justo antes de ser extraditad­o a EU.

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Esparragoz­a Monzón se casó con Gloria, hermana de los Beltrán Leyva.

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