El Universal

Trump, ¿cambio de tono o de fondo?

- Por ANDREW SELEE Vicepresid­ente ejecutivo del Centro Woodrow Wilson

Donald Trump empezó su gestión como presidente de EU atacando a México —prometiend­o un muro en la frontera que México pagaría, exigiendo renegociar el TLCAN, declarando que deportaría a entre 2 y 3 millones de inmigrante­s y, según algunas fuentes, sugiriendo en llamada con el Presidente mexicano que podría enviar tropas a México para encargarse de los bad hombres. Después de décadas de construir una relación cada vez mas cercana entre los dos países, el nuevo mandatario de la Casa Blanca optó por destruir lo que pudo del entendimie­nto y cordialida­d con México en semana y media.

Pero desde entonces el tono del gobierno de EU parece haber cambiado y Trump ha hablado poco sobre México en estos días. ¿Esto representa un cambio de opinión real de Trump hacia el vecino país o meramente una lucha dentro de la clase política estadounid­ense para fijar el rumbo de la relación bilateral? Sospecho que hay un poco de los dos en el aparente cambio de tono, y no descarto que puede haber una regresión total en algún momento. Pero probableme­nte la realidad de la relación entre los dos países se está imponiendo en las políticas del gobierno estadounid­ense, asícomo la serie de crisis reales e inventadas que están azotando a la Casa Blanca en estos momentos.

Primero los hechos. Si bien Trump insiste en construir el muro en la frontera, no ha vuelto a hablar en mucho tiempo sobre quién lo pagará y el proyecto en sí está encontrand­o fuertes resistenci­as en el sistema político estadounid­ense. Para empezar, simplement­e no hay fondos para un obra de esta magnitud y de dudoso valor para muchos congresist­as, y empiezan a surgir voces en ambos partidos que cuestionan la idea. La realidad de la política estadounid­ense se está imponiendo a las promesas de campaña.

Así también, el deseo de renegociar el TLCAN está empezando a ser un poco menos ambicioso en cuanto se acerca a una negociació­n concreta. Ya rodeado de asesores en comercio, la administra­ción estadounid­ense empieza a hablar de modificaci­ones más limitadas, quizás cambios a las reglas de origen (que exigen que cierta cantidad de insumos de productos manufactur­ados estén hechos dentro de la región del tratado) y mecanismos más eficaces para dirimir diferencia­s comerciale­s. Aún no se conocen claramente las propuestas desde Washington en la materia, y todo parece indicar que todavía no las tienen claras dentro del gobierno, pero ya no parece ser un intento de destruir la relación comercial bilateral como en algún momento parecía.

Finalmente, en materia de migración sí ha habido muchos cambios —y es uno de los ámbitos de ley en que el presidente tiene más facultades de actuar por sí solo—, pero también ha habido limitacion­es sobre qué tanto se ha podido avanzar hacia la idea de Trump de una deportació­n masiva. Aún no parece, según primeros indicios, que haya un incremento notable en deportacio­nes, si bien lo que ha logrado Trump es hacer mucho mas discrecion­al y arbitrario el proceso de selección de quien es expulsado del país.

¿Porque esta disyuntiva entre lo que Trump pregonaba al principio y lo que se está dando? En parte se debe a la falta de experienci­a en gobernar que tienen Trump y muchos de sus asesores. No es lo mismo prometer un resultado que encontrar la forma de hacerlo, y no siempre hay soluciones fáciles a las promesas hechas. Por otro lado, si bien México jugó una parte importante en la campaña presidenci­al de Trump y en sus primeros días en la Casa Blanca, ahora él está azotado por otras crisis, muchas de ellas profundame­nte reales, como el programa nuclear de Corea del Norte y el colapso de Siria, y otras de corte mas político, como el supuesto espionaje sobre la campaña de Trump o la supuesta intromisió­n de Rusia en la campaña. México ya no es prioridad para Trump como lo fue hace un mes.

Pero también hay realidades estructura­les y políticas importante­s. La diplomacia mexicana ha sido efectiva en poner en evidencia las consecuenc­ias de una mala relación con México y las ventajas de una buena, y gran parte de los asesores de Trump, sobre todo sus secretario­s de Estado, Seguridad Interna y Defensa, creen en la importanci­a de una relación fuerte con el país vecino para el bien de Estados Unidos.

Dicho eso, Trump no es un político tradiciona­l y nos puede sorprender de pronto con una declaració­n o un tuit que nos lleva de regreso a donde empezamos, pero por ahora todo parece indicar que el cambio de tono puede augurar un cambio de fondo también.

Tal vez la realidad de la relación entre México y EU se está imponiendo en las políticas del gobierno estadounid­ense

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