Las SUV están de moda
En los últimos años hemos visto cómo las SUV (Sport Utility Vehicles), principalmente las compactas y pequeñas (o ‘subcompactas’, si quieres verte muy técnico), han ido robando terreno a los sedanes y hatchbacks. Esta situación no es exclusiva del mercado norteamericano. Se verifica a escala mundial.
Por tal motivo, la mayoría de los fabricantes han ampliado su abanico de opciones o bien ha decido incursionar en este segmento. Esta boga por los utilitarios incluso ha llegado a las marcas de superautos, que acostumbradas a vender coupés y convertibles ahora se han visto en la necesidad de desarrollar SUV llenas de tecnología y poder.
Si bien este tipo de vehículos tienen décadas en el mercado, como es el ejemplo de la Chevrolet Suburban, con más de 80 años de antigüedad, fue hasta finales de la década de 1990 cuando, precisamente, Honda dio un giro radical a este tipo camionetas, que tenían fama de ser enormes y ‘gastalonas’. Con la creación de la CR-V cambió completamente este estereotipo al crear una SUV compacta, ágil, eficiente y con un diseño aerodinámico y más atractivo. Con esta fórmula la marca japonesa dio en el blanco, lo que motivó a que sus competidores reaccionaran al ver el éxito rotundo del pionero. Al paso del tiempo, además de crecer el número de opciones (Toyota RAV4, Ford Escape, Hyundai Tucson, Mazda CX-5 por citar algunas), surgió un punto en el que el público dejó ver a los sedanes y hatchbacks para tener como primer opción de compra a esta clase de camionetas. ¿Cuál es su secreto? Si bien ofrecen un poco más de espacio interior, una mayor altura en la posición de manejo y también respecto al piso, creemos que tiene que ver bastante con el lado psicologico. Y es que nadie podrá negar que dan estatus y sensación de seguridad, a la vez que retratan el poder de sus conductores. O algo similar.