El Universal

Identidad nacional en crisis

- Por JOSÉ ANTONIO LOZANO DÍEZ

La identidad es un aspecto básico en la vida de las personas, las institucio­nes y los países. Una identidad bien conocida y aceptada por quien la detenta le permite entender cuál es su ubicación en el mundo, su rol, su misión y sus objetivos.

En efecto, saber quién soy implica que conozco de dónde vengo (mi origen) y a dónde voy (mi destino). México ha pasado en distintas etapas por un proceso largo de búsqueda y encuentro de su propia identidad.

La identidad mexicana es de gran riqueza cultural, llena de matices, resultado de complejos procesos de mestizaje y fusión. El descubrimi­ento y construcci­ón de la identidad nacional mexicana pasó por diversas etapas históricas, de manera muy significat­iva la de la Revolución armada de 1910 que si bien inició de naturaleza política, terminó siendo de naturaleza social y cultural.

La identidad lograda a partir de la Revolución fue de naturaleza social, culturalme­nte original, destacando rasgos propios que se afirmaron a través de la pintura, la música, la gastronomí­a y otra serie de manifestac­iones de orden cultural. La fuerza cultural lograda y el tamaño relativo de México en Latinoamér­ica lo convirtier­on en el “hermano mayor” que representa­ba en gran medida sus intereses en el mundo.

Las crisis de finales del siglo XX ocasionada­s tanto por el desgaste del sistema político como por el agotamient­o del modelo económico llevaron a cuestionar si lo construido hasta ese momento era correcto, si había posibilida­des de continuar por esa línea o definitiva­mente había que cambiar.

Laconclusi­ónalaquese­llegófuela­decambiar ante la inviabilid­ad a largo plazo del modelo. Fue así que México cambió su reafirmaci­ón identitari­a basada en la idea de un país cerradoyau­tosuficien­tealadeunp­aísabierto, interdepen­diente, con una clara vocación global y, de forma específica, norteameri­cana.

La firma del TLCAN hizo pasar a México de su fuerte originalid­ad y liderazgo en la región latinoamer­icana a ser integrante del bloque de Norteaméri­ca con un comercio internacio­nal vigoroso y creciente, y la cultura e identidad comenzaron a pasar por un fuerte proceso de fusión y mestizaje con esta región. México quedó sujeto a una gran dependenci­a económica, política y cultural de EU.

Los acontecimi­entos de los últimos meses, concretame­nte la llegada de Donald Trump a la presidenci­a de los Estados Unidos ha significad­o una amenaza al modelo de integració­n con Norteaméri­ca, no solo de orden económico sino también cultural y de identidad. Si la apuesta hecha por más de dos décadas se ve perdida la pregunta de fondo es, ¿y ahora que estamos siendo excluidos de Norteaméri­ca quiénes somos? Con una economía que se había desarrolla­do por las exportacio­nes y la integració­n con el mercado más grande del mundo en un escenario de cierre de las fronteras de EU, ¿hacia dónde vamos ahora?

La identidad no es una meta que se alcanza y permanece, requiere ser conquistad­a de forma continua. Lo valioso de una identidad o una cultura no son las formas externas sino los valores representa­dos en esas formas. A valores más altos, a mayor nivel ético, la cultura tiene mayor entidad y la identidad se robustece; a mayor nivel de corrupción la cultura se vulgariza y la identidad se debilita.

El reto más importante que hoy vive nuestro país es el de reencontra­r y reconstrui­r su propia identidad, para ello hay que replantear el piso ético y disminuir los niveles de corrupción. Fortalecer nuestro ethos nacional para reencontra­r nuestra identidad. Rector General de la Universida­d Panamerica­na-IPADE.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico