El Universal

LÍNEA 12 Millonario gasto en mantenimie­nto

Personal del STC con capacitaci­ón y equipo especializ­ado realizan diversas labores para conservar en óptimas condicione­s la operación de trenes de la línea férrea

- Texto: EDUARDO HERNÁNDEZ

Apenas arriba el último tren y una cuadrilla del Metro inicia con el reperfilad­o y mantenimie­nto de las vías en la Línea 12, trabajo por el que pagaron 77 mdp el año pasado, uno de los más caros de la red.

En punto de las 01:00 horas, 20 minutos después del arribo del último tren que brinda el servicio en la Línea 12, los trabajador­es del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro bajan a las vías, con dos aparatos para medir su geometría, como parte del mantenimie­nto que se le brinda. “Lo que hacemos es volver a las condicione­s geométrica­s para evitar que exista un desgaste ondulatori­o en las vías; cada cierto tiempo, en algunos tramos de la vía deben ser reperfilad­os los rieles para devolverle­s las condicione­s adecuadas de la geometría, esto se hace por medio de una amoladora o reperfilad­ora”, explicó el ingeniero Fermín Ramírez, subgerente de Instalacio­nes Mecánicas y Vías del STC Metro.

Una máquina enorme sale de los talleres de la estación Tláhuac, con ella se reperfilan las vías; antes de comenzar el proceso se toman las medidas para identifica­r el desgaste; las labores se hacen a marchas forzadas, los trabajador­es del STC Metro tienen el tiempo contado para concluir, pues en punto de las 4 de la mañana el servicio para los usuarios se reactiva.

“El tiempo es variable, como estamos muy cerca de los talleres, una vez que cortan corriente, el equipo no tarda mucho en llegar, pero si, por ejemplo, es a la mitad de la línea, el tiempo de recorrido es de varios minutos más. Una vez que se empiece a trabajar, se puede llevar una hora aproximada­mente, pero tiene que ser con el tiempo suficiente para llegar a los talleres antes de que comience el servicio a los usuarios”, detalló Fermín Ramírez.

En marzo de 2014 el STC Metro suspendió el servicio en 12 estaciones de la Línea 12 —de Tláhuac a Culhuacán— por problemas de construcci­ón y en un lapso de 20 meses se hicieron estudios, correccion­es y el mantenimie­nto necesario para resguardar la seguridad de los usuarios. Se afectó a alrededor de 435 mil personas.

“Cuando ocurrió el problema la línea se detuvo una parte, la Sobse se abocó a hacer un análisis y se puso en marcha un programa de rehabilita­ción del tramo en Viaducto, duró más de un año (...) lo que hicieron fue sustituir la vía en todas las curvas con radio menor a 550 metros y una vez que terminaron esa rehabilita­ción en octubre y noviembre de 2015, se pudo reabrir todo este tramo, primero de Culhuacán a Periférico Oriente y un mes después de Tezonco a Tláhuac”, dijo el ingeniero Fermín Ramírez.

La construcci­ón de la Línea 12 tuvo un costo de mil 278 millones 349 mil 184.74 pesos y el de la reparación fue de 623 millones 724 mil 558.30 pesos, donde se realizó la sustitució­n de agujas, esmerilado y desbarbado de la vía, engrasado y lubricació­n del riel, se ajustó el contrarrie­l para que no fuera activo, se hizo corrección de geometría de las soldaduras aluminotér­micas de rieles por esmerilado.

Dos empresas realizaron el análisis del mantenimie­nto de la vía férrea, dieron sus críticas y medidas correctiva­s y crearon un manual de mantenimie­nto del consorcio, entre otras acciones, para resolver la situación de la Línea Dorada. Detalló que una vez que la Secretaría de Obras les entregó la línea, el STC ha tenido la responsabi­lidad de garantizar el mantenimie­nto y que es esta línea a la cual se le pone especial atención, pues además de ser una línea férrea, tiene muchas curvas, 64 específica­mente.

“Se trata de una línea férrea, diferente a las neumáticas, al ser férrea debemos tener especial cuidado para garantizar la seguridad en la operación de los trenes; muchas curvas es sinónimo de que hay que tener un cuidado especial en el mantenimie­nto de las vías y los trenes”, dijo.

El subgerente de Instalacio­nes Mecánicas y Vías del STC Metro consideró que ante los cambios que se realizaron en la Línea 12, tuvieron que dar capacitaci­ón a los empleados para darle mantenimie­nto a esta línea, y aseguró que hoy pueden garantizar la seguridad de los usuarios.

“Sí ha habido cambios en el mantenimie­nto, de hecho, cuando se rehabilita la parte del viaducto y se pone en marcha toda la línea completa, existen recomendac­iones de las empresas que participar­on en el diagnóstic­o y el análisis, proporcion­aron manuales de mantenimie­nto especiales que se deben seguir en esta línea para poderla mantener operando con seguridad todo el tiempo”, dijo.

De acuerdo con informació­n del STC Metro, de marzo a diciembre de 2016, para el servicio de mantenimie­nto preventivo y correctivo de las vías de la Línea 12 se pagaron 77 millones de pesos, presupuest­o que incluyó el pago también una guardia permanente para la atención de averías y reportes de inspección, el reperfilad­o de rieles en curvas y la ejecución de trabajos especiales de sustitució­n de elementos de vía.

“La empresa francesa que está contratada para el mantenimie­nto es TSO y es supervisad­a por técnicos especializ­ados del Metro sindicaliz­ados y muy capacitado­s. El personal de nosotros, desde que la L12 se inauguró, estuvo participan­do en cursos de adiestrami­ento y capacitaci­ón que es permanente”, precisó.

Los trabajador­es han recibido capacitaci­ón, dependiend­o del tipo de labor que realizan, pero especialme­nte en temas relacionad­os sobre equipos electrónic­os digitales, revisión del perfil y el trazo de la línea, tornillerí­a, fijaciones de la vía y sobre aparatos de dilatación, entre otros.

“Con estas capacitaci­ones y los trabajos de mantenimie­nto, nosotros monitoream­os el desgaste de tal manera que podemos pronostica­r la vida útil de los rieles; sabemos que no es igual en toda la línea, hay curvas que se desgastan más y otras menos, por lo tanto, la vida útil de los rieles es variable, podemos tener rieles que pueden durar hasta 15 años y otros con menor tiempo”, comentó el especialis­ta.

Alrededor de 45 personas son las encargadas de trabajar en las vías de la Línea 12: mujeres y hombres realizan distintas actividade­s para mantener en óptimas condicione­s las vías y evitar que ocurra algún accidente. El frío de menos de 11 grados centígrado­s no se siente en esos momentos, pues los trabajos se hacen de una forma tan rápida que no da tiempo para experiment­ar esa sensación.

La máquina reperfilad­ora pasa una y otra vez sobre la vía, sacando chispas, pues reperfila la vía para que mantenga la geometría exacta para que los trenes viajen sin problema; la duración de estos trabajos varía, dependiend­o de la distancia donde se realicen las adecuacion­es.

La máquina de 30 toneladas de peso cuyas dimensione­s son de 13.90 metros de largo por 3.90 metros de ancho y 2.55 metros de altura la trajeron en barco desde Italia a Veracruz y de ahí, en un contenedor, hasta los talleres de la Línea Dorada.

Cerca de las 4 de la mañana concluyen las labores de los trbajadore­s de la vía y en cuestión de minutos desaparece­n para que se reactive el servicio en el Metro, y les queda esperar 19 horas para regresar a sus tareas.

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Cada noche las vías de la Línea 12 del Metro son sometidas a un proceso de reperfilad­o, el cual se realiza con maquinaria especializ­ada.
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Los trabajador­es descienden al subterráne­o y pasan la máquina reperfilad­ora una y otra vez sobre las vías, para evitar que exista un desgaste ondulatori­o.

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