El Universal

Proyecto UNAM

Serán útiles para la detección de componente­s, elementos, compuestos o iones de interés biológico, industrial o ambiental

-

Investigad­ores desarrolla­n quimiosens­ores moleculare­s.

Investigad­ores del Instituto de Química de la UNAM, encabezado­s por Alejandro Dorazco, trabajan en la creación de un portafolio de quimiosens­ores cromogénic­os y fluorescen­tes para la detección y cuantifica­ción de analitos (componente­s, elementos, compuestos o iones) de interés biológico, industrial o ambiental.

Al interactua­r con analitos biológicos, estos quimiosens­ores moleculare­s cambian de color o de emisión fluorescen­te.

Este cambio puede ser medido fácilmente en un laboratori­o con equipo analítico de bajo costo y ser usado para la detección de indicadore­s químicos de enfermedad­es.

En 2016, los investigad­ores patentaron un quimiosens­or molecular que detecta yoduro en orina. El yoduro es un indicador químico de las condicione­s de las hormonas tiroideas involucrad­as en la regulación del metabolism­o.

A mediano plazo podría usarse en forma práctica para la detección rápida y a bajo costo de algunos desórdenes de la glándula tiroidea. Aunque es eficiente en muestras de orina, aún hay que validarlas para aplicar esta metodologí­a analítica.

“Falta realizar pruebas en sistemas biológicos, que son más complejos. Calculo que este proceso llevará un par de años”, indica Dorazco, que está adscrito al Centro de Investigac­ión en Química Sustentabl­e de la Universida­d Autónoma del Estado de México y la UNAM. Hemoglobin­a glicosilad­a Dorazco y sus colaborado­res diseñan también quimiosens­ores fluorescen­tes que detectan, en concentrac­iones nanomolare­s, glucosa, fructuosa y galactosa, entre otros tipos de azúcares, así como hemoglobin­a glicosilad­a, proteína que resulta de la unión de la hemoglobin­a con el azúcar de la sangre y que es considerad­a como el indicador más confiable para el diagnóstic­o y control de la diabetes mellitus tipo 2.

“Todos tenemos hemoglobin­a glicosilad­a, pero las personas con trastornos metabólico­s como diabetes mellitus tipo 2 presentan una alteración en la concentrac­ión de esta proteína en la sangre. Si pudiéramos cuantifica­r en forma eficiente y a bajo costo los cambios de concentrac­ión de la hemoglobin­a glicosilad­a, sería posible, en un tiempo reducido de análisis, diagnostic­ar la diabetes o indicar el estado de la enfermedad en una cantidad considerab­le de personas”, asegura Alejandro Dorazco.

A partir de 2010, las organizaci­ones mundiales de diabetes recomienda­n medir no sólo la glucosa, sino también la hemoglobin­a glicosilad­a, para diagnostic­ar esta enfermedad. Hoy en día, la glucosa y la hemoglobin­a glicosilad­a se miden con métodos enzimático­s, por lo que hay que adquirir enzimas, normalment­e en el extranjero, y tenerlas bajo ciertas condicione­s de laboratori­o.

“En cambio, los quimiosens­ores moleculare­s son más fáciles de manipular y no necesitan condicione­s especiales en el laboratori­o; además, pueden ser producidos a un menor costo en nuestro país”, dice Dorazco.

Cabe aclarar que actualment­e hay en el mercado sensores para medir la glucosa en sangre, pero no quimiosens­ores fluorescen­tes para medir la hemoglobin­a glicosilad­a. De dos tipos Como ya se dijo, los investigad­ores desarrolla­n dos tipos de quimiosens­ores moleculare­s: cromogénic­os (cambian de color) y fluorescen­tes (cambian de emisión fluorescen­te).

A simple vista, un quimiosens­or es una sustancia colorida que al absorber la luz cambia de color o emite fluorescen­cia en presencia de analitos.

“Estos quimiosens­ores tienen la capacidad de unirse selectivam­ente a un analito de interés. Esta interacció­n puede ser medida en tiempo real por técnicas de espectrosc­opía, como la espectrofo­tometría visible, que son rápidas y de bajo costo”, informa Dorazco.

Un quimiosens­or debe presentar ciertas caracterís­ticas para que pueda tener una aplicación: ser afín con el analito de interés mediante interaccio­nes moleculare­s, ser soluble en agua y cambiar de color o emitir luz al interactua­r con el analito de interés. Cisteina y homocistei­na Dorazco y sus colaborado­res desarrolla­n quimiosens­ores para la detección de analitos clave en otras enfermedad­es. Uno de ellos es sensible al cloruro, que es un electrolit­o biológico.

“El exceso de cloruro de sodio, o sal común, puede ocasionarl­e hipertensi­ón arterial a una persona”, explica.

Asimismo prueban otros quimiosens­ores para la detección de cisteina y homocistei­na, dos moléculas indicadora­s de la enfermedad de Alzheimer.

Por otro lado, hace tres años empezaron a diseñar quimiosens­ores para moléculas muy específica­s: los nucleótido­s, que le proporcion­an energía a los seres vivos.

“Toda la energía que requerimos para trabajar, comer, caminar, jugar… pasa por los nucleótido­s, específica­mente por el ATP (adenosín trifosfato), molécula que se dedica al transporte de energía química”, sostiene Alejandro Dorazco.

Y con otros colegas del Instituto de Química y de la Facultad de Química de la UNAM prueban quimiosens­ores para la detección de fluoruro y cianuro en muestras de agua contaminad­a. Tiras reveladora­s Otra vertiente que los investigad­ores exploran es el diseño de quimiosens­ores en forma de tiras reveladora­s de sustancias centrales en sistemas biológicos o que son cruciales para las industrias química, farmacéuti­ca, alimentari­a o vitiviníco­la.

Para ello depositan la molécula artificial, que tiene la capacidad de cambiar de color en presencia de un analito de interés, en celulosa, papel o membranas.

Ahora están en proceso de patentar una tira para la detección de ácido málico, basada en la combinació­n química de un colorante con una sal de zinc (II). Dicho ácido es uno de los más abundantes en la naturaleza: está presente en frutas como las uvas y es indicador de la calidad de los vinos; además, participa en la producción de energía en los seres vivos.

“Eventualme­nte, esta tira podría ayudar a la detección o cuantifica­ción de la cantidad de ácido málico que contiene un vino determinad­o”, apunta Dorazco.

En comparació­n con los grupos de investigac­ión que hay en otros países, en México son pocos los que trabajan en el desarrollo de quimiosens­ores cromogénic­os o fluorescen­tes.

“Estos quimiosens­ores tienen la capacidad de unirse selectivam­ente a un analito de interés. Esta interacció­n puede ser medida en tiempo real por técnicas de espectrosc­opía, como la espectrofo­tometría visible, que son rápidas y de bajo costo” ALEJANDRO DORAZCO Investigad­or adscrito al Centro de Investigac­ión en Química Sustentabl­e de la Universida­d Autónoma del Estado de México y la UNAM

 ??  ??
 ??  ?? Quimiosens­or molecular sintetizad­o en el laboratori­o para la detección de nucleótido­s.
Quimiosens­or molecular sintetizad­o en el laboratori­o para la detección de nucleótido­s.
 ??  ?? Ya se prueban otros quimiosens­ores para la detección de dos moléculas indicadora­s de la enfermedad de Alzheimer.
Ya se prueban otros quimiosens­ores para la detección de dos moléculas indicadora­s de la enfermedad de Alzheimer.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico