Hoy arranca campeonato nacional de Juego de Pelota
Teotihuacan será sede este fin de semana del segundo campeonato nacional de Juego de Pelota Mesoamericano que organizan asociaciones civiles y grupos dedicados a rescatar esta práctica que tiene sus orígenes en diversas culturas prehispánicas.
Según la Asociación de Juegos de Pelota Mesoamericana A.C., con sede en Quintana Roo, estos encuentros deportivos buscan rescatar y difundir el juego de pelota modalidad cadera que se conservó en Sinaloa, que ha pasado de generación en generación y que en los últimos años ha comenzado a jugarse en otros estados. En 2002, indica, el juego de pelota sólo se jugaba en Sinaloa y Quintana Roo, actualmente ya son 16 entidades donde se practica.
Ahora, en este encuentro de Teotihuacan — que tiene como país invitado a Belice— el campeonato tendrá una rama varonil y otra juvenil con participantes de Chiapas, Sonora, Tabasco, Yucatán, Tlaxcala, Veracruz y Quintana Roo. Cada uno de los equipo, explican los organizadores, están formados por 20 participantes.
El evento arranca hoy, a las 17 horas, en el deportivo Braulio Romero, en el poblado de San Martín de las Pirámides, en el estado de México. Continuará mañana, a las 11 de la mañana.
Los boletos de entrada al evento, que tienen un costo de entre 100 y 190 pesos, se pueden adquirir en el sistema boletia.com.
Según la asociación, además de restacar este juego que, dicen, tiene más de 3 mil años de antigüedad, el objetivo con estos encuentros es llegar a crear una liga nacional profesional de ese deporte y becar a los jóvenes que lo practican, ya que muchos de ellos son de bajos recursos.
El primer encuentro fue realizado a finales del año pasado en Quintana Roo, en donde participaron ocho estados de la República. El próximo será en octubre, en el que esperan la participación de 16 estados y a Belice y Guatemala como países invitados.
Actualmente también están en pláticas con grupos que juegan este deporte en Estados Unidos, España y Francia para buscar realizar un encuentro de mayor alcance. “se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos, diciéndoles: ‘Pequé entregándo una sangre inocente’. Pero ellos le contestaron: ‘¿Y a nosotros qué? Tú sabrás’. Luego arrojó aquel dinero en el Santuario; se fue y se ahorcó. Los sacerdotes recogieron aquellas monedas y dijeron: ‘No se las puede echar en el Tesoro porque es el precio de una sangre’. Pero después de consultar unos con otros, compraron con ellas el Campo del Alfarero, para enterrar allí a los extranjeros. Por eso ese campo se llama hoy Campo de Sangre. Así se cumplió aquella predicción del profeta Jeremías, que dice así: ‘Y tomaron las treinta monedas de plata, precio en que los hijos de Israel habían evaluado al que evaluaron, y las dieron por el Campo del Alfarero, según las órdenes que el Señor me había dado” (Mateo 27. 3-10).
Para no rasgar su túnica, que no tenía costuras, los soldados que lo habían crucificado se la jugaron a los dados, “para que se cumpliera aquel pasaje de la Escritura: ‘Se repartieron mis vestidos entre ellos, y sobre mi ropa echaron la suerte’” (San Juan 19.24).
Esas treinta monedas de plata y esos dados todavía persisten.