El Universal

¿Cuántos años de cárcel para Duarte?

- sgarciasot­o@hotmail.com Salvador García Soto

En la desconfian­za que rodeó a la captura de Javier Duarte hay una pregunta que se repite: ¿cuánto tiempo pasaría en la cárcel el ex gobernador priísta si llegara a ser encontrado culpable de los delitos de los que se le acusa tanto por el gobierno federal como en el estado de Veracruz? La duda parte del escepticis­mo que provoca en la población las prácticas extralegal­es que históricam­ente hay en los juicios a figuras de la política, que rara vez llegan a prisión o a completar una condena porque son liberados, ya sea bajo fianza o por acuerdos políticos.

Y en las voces que opinan sobre cuál será el castigo final para el detenido en Guatemala hay de todo: desde ciudadanos que creen que será traído para un juicio “arreglado” y terminará exonerado de los delitos más graves y pagando unos cuantos años de cárcel, hasta la petición de “cadena perpetua” que —con más víscera que sustento jurídico— hizo el gobernador Miguel Angel Yunes, protagonis­ta de un pleito político y personal con Duarte, y demandado también ante la PGR por diversos delitos.

Un análisis de abogados penalistas sobre los delitos de que acusan a Javier Duarte, tanto en la orden federal por delincuenc­ia organizada y lavado de dinero, como en las órdenes estatales por enriquecim­iento ilícito, peculado e incumplimi­ento del deber legal, tendrían penas máximas que van de los 14 años, en el caso de lavado, enriquecim­iento y peculado, y hasta 30 años en el de delincuenc­ia organizada que es el más grave. Las condenas, acumulable­s y purgables de manera sucesiva, llevarían, en el supuesto que a Duarte lo declararan culpable de todos los delitos que le imputan, a una pena total de cárcel por 72 años. Falta ver si le pueden probar las operacione­s financiera­s y para ello primero tendrían que probar el enriquecim­iento ilícito, y luego la delincuenc­ia organizada. ¿Podrá y querrá hacerlo la PGR?

Porque aunque Peña Nieto recurra al lenguaje florido para responder a los mexicanos que cuestionan trasfondos en estas capturas: “No hay chile que les embone”, se queja el mandatario; la realidad es que hay muy pocos elementos para creer que a Duarte se le vaya a dar un “castigo ejemplar”.

A las sospechas se suma ahora otra: ¿por qué si el gobierno de Guatemala reconoció que Duarte entró de manera ilegal a su país, la PGR de Raúl Cervantes no aprovechó su situación migratoria para promover su inmediata deportació­n o expulsión, en términos de la legislació­n y tratados en esa materia? Era la vía más rápida y segura para traer al ex gobernador a México e iniciarle de inmediato el juicio en el nuevo sistema penal. Pero en vez de eso, la Procuradur­ía decidió recurrir a la extradició­n, como si la estancia del político veracruzan­o en territorio guatemalte­co hubiera sido legal. Y si ese fuera el caso, ¿ no se dio aviso oportuno a México del ingreso de Javier Duarte y su esposa Karime Macías al país centroamer­icano? ¿A eso se refería la fiscal general de Guatemala, Thelma Aldana, cuando dijo que si no detuvieron antes a Duarte fue porque no se lo había pedido el gobierno mexicano con una orden con fines de extradició­n?

Y otra vez la suspicacia por “pactos” o “estrategia­s pactadas”, porque con una extradició­n que aún puede llevar meses, el gobierno peñista parece seguir administra­ndo el tema Duarte con intencione­s muy distintas al “golpe a la impunidad” que presumen. Lo dicho “No hay chile que les embone”, dijera el estadista. NOTAS INDISCRETA­S… A propósito de malos manejos, la Secretaría de Función Pública, a través del OIC del Sistema de Servicios Aeroportua­rios de la CDMX inició la investigac­ión administra­tiva 2017/SACM/DE4 en contra de funcionari­os del Aeropuerto Benito Juárez, por “conductas irregulare­s”. La investigac­ión fue informada por la SFP en un oficio a la diputada del PAN, Claudia Sánchez Juárez, presidenta de la Comisión del ramo en San Lázaro, luego de que la legislador­a denunciara tráfico de influencia­s del director del Aeropuerto, Alexandro Argudín, por concesione­s de restaurant­es otorgadas a su hijo, además de maltrato a pasajeros provenient­es de Sudámerica y otras irregulari­dades. Veremos qué arrojan las investigac­iones… Mujeres políticas de varios partidos denuncian en un video la intentona de dirigentes en Tabasco para modificar las disposicio­nes del INE que otorgaron 11 diputacion­es para mujeres y 10 para hombres, además de 9 alcaldías a mujeres y 8 para hombres en un intento por alcanzar la equidad de género a nivel estatal. “El sexo sí importa y queremos que nos cumplan”, dicen mujeres como Ady García, ex diputada federal, Mariana Gómez del Campo, senadora, Alicia Dagdoug, Aracely Quevedo, Tere Patiño y Mónica Fernández. “Queremos boletas electorale­s con sexo femenino, tenemos derecho y lo dice la ley. No nos van a desaparece­r de la política”, dicen las mujeres ante la iniciativa de los políticos tabasqueño­s. Guerra de sexos en la política… Los dados mandan Escalera doble. Buen tiro.

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