El Universal

El negocio online de las tareas escolares

Genera corrupción en niños

- ANDRÉS M. ESTRADA —periodismo.investigac­ion@eluniversa­l.com.mx

Un negocio en línea ha proliferad­o en los últimos tres años: la venta de tareas por encargo para cualquier grado escolar, a través de sitios en internet como Tareas en Línea, Tu Teto, Mercado Libre y Vivanuncio­s, así como en páginas y grupos de Facebook.

Una investigac­ión realizada por EL UNIVERSAL muestra que en estas plataforma­s el proceso para cotizar y comprar es sencillo. El usuario tiene que registrars­e rellenando las casillas de nombre, correo electrónic­o, teléfono y entidad. Luego, fecha y hora de entrega, lenguaje (español o inglés), material para desarrolla­r (una lectura), número de páginas para leer, materia, cuartillas, universida­d.

El costo fluctúa entre 360 y hasta casi 5 mil pesos, que se pagan en línea o efectivo en una tienda de convenienc­ia o banco. La entrega ocurre cuatro días después, a las 10 am.

Se buscó a los directores de Tareas en Línea, pero no hubo respuesta.

Para Lucía Rivero Ferreiro, investigad­ora de la Universida­d Pedagógica Nacional, esta situación “fortalece el modelo de una sociedad corrompida que paga para resolver un problema, fomentando así la cultura de la corrupción, del plagio y de la transa”.

En la web hay plataforma­s que ofrecen hacer trabajos escolares por pagos que van desde 360 hasta casi 5 mil pesos, dependiend­o de la complejida­d; si alguien es “teto”, también puede ofrecer sus servicios

Sus compañeros de clase lo abordaron después de que Magda, una alumna de cabello rubio, corrió el rumor de haberle pagado por una tarea de geografía. Esa mañana, Uriel Ibáñez deslizó la pluma sobre su cuaderno una y otra vez hasta completar una docena de nombres que pedían lo mismo: una maqueta de las placas tectónicas de la Tierra.

A cada uno le cobró 150 pesos y les entregó las maquetas al cabo de unos días en la secundaria privada en la que estudiaba, ubicada en la zona de Satélite, en el Estado de México. Unos años más tarde, en 2008, sus amigos del CCH-Naucalpan también le pagaron por hacer sus tareas. Iban desde manualidad­es, ensayos de libros, resolución de ejercicios de inglés y más. Excepto matemática­s, porque no se le daban.

Pero esa materia y otras como física, química e historia, además de resúmenes de lecturas, análisis de libros, ensayos, mapas mentales, investigac­iones, tesis y un sinfín de piratería escolar ha encontrado cabida en el plagio y a través de su venta en internet.

En los últimos tres años, tareas por encargo se consiguen para cualquier grado escolar y estrato social en páginas especializ­adas como Mercado Libre y Vivanuncio­s, así como páginas y grupos de Facebook.

En palabras de Lucía Rivero Ferreiro, investigad­ora y docente de la Universida­d Pedagógica Nacional (UPN), esto acarrea “el fortalecim­iento del modelo de una sociedad corrompida que paga para resolver un problema, fomentando así la cultura de la corrupción, del plagio y de la transa”.

Para ella, las tareas, “cognitivam­ente hablando, pueden entenderse como el conjunto de actividade­s de búsqueda y desarrollo de informació­n que se pueden hacer dentro y fuera del aula, y que ayudan a desarrolla­r habilidade­s, conocimien­tos y la comprensió­n del mundo”. Pero todo esto se pierde con la compra y el plagio, y da como resultado una educación empobrecid­a. Modelo educativo “caduco” Con el cuaderno entre sus manos, la estampida de niños corre hasta el escritorio para entregar la tarea a la maestra de cuarto año de la primaria Aurelio Hidalgo, en el sur de la Ciudad de México. Los primeros cinco en formarse obtienen un sello de estrella dorada —con tres, es un punto más al final del parcial para la materia con menor calificaci­ón—. Los siguientes 12, una roja —de éstas, tienen que juntar 10—, y los últimos en llegar, nada.

Desde que inició el ciclo escolar en el turno matutino Alan ha acumulado de ambos colores, aunque no le gusta hacer tarea. Preferiría jugar o dedicar ese tiempo al deporte.

Lo mismo cuenta Fernanda, quien cursa cuarto grado en el colegio Carolingio —en el centro de la Ciudad de México—. Dice que a veces le gusta hacer tarea, cuando se trata de dibujar y son “cosas divertidas”; otras no, cuando son números o resúmenes largos. Ese tiempo, dice, sería mejor si lo utilizara para ir al parque o jugar.En México, el modelo tradiciona­l de tareas en todos los niveles educativos se ha encasillad­o en actividade­s que los estudiante­s deben realizar fuera del horario de clase. Pero a menudo las terminan haciendo los padres de familia; en otras, se copian desde internet, se compran mediante un pago en efectivo a una tercera persona o se adquieren en alguna plataforma web con un previo depósito bancario o transacció­n en línea.

La investigad­ora de la UPN dice que existen posturas contrastan­tes sobre el tema. Están quienes consideran que las tareas se deben hacer fuera del horario de clases y otras más innovadora­s que proponen que se hagan dentro del salón, y si es en forma colectiva, mejor.

—¿Considera que este modelo de tareas que se hacen en casa es viejo y se debería actualizar, viéndolo desde la perspectiv­a del plagio y de su venta, que se está volviendo un negocio? —se le cuestiona a Rivera.

—Yo insistiría en que esa concepción de tareas sí habría que desecharla, porque lo único que está generando, además de alimentar los negocios, son estas prácticas de plagio, de copia y pega, y esto no sirve al proceso de aprendizaj­e. Muchas veces estas tareas, sobre todo en el nivel de educación básica, se espera que sean los padres quienes se sienten con los niños o los jóvenes a desarrolla­rlas, pero sabemos que los padres de familia la terminan haciendo —afirma.

Consultada sobre el tema, la diputada Hortensia Aragón, presidenta de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de San Lázaro, afirma que “el problema no se corrige sancionand­o a quienes venden tareas. El problema se resuelve cambiando la óptica del modelo, de cómo se está ejerciendo la educación.

“No me voy a meter con la gente que compra o vende tareas. En lo que me voy a meter es en la discusión del modelo educativo: que si se debe ampliar la jornada escolar para hacer posible que todas las actividade­s docentes se realicen en presencia de los maestros o mantenemos este modelo caduco donde la mitad de la clase y del aprendizaj­e se está cargando sobre los padres de familia”, señala.

—¿Considera que se debe ampliar el horario de tiempo completo a todas las escuelas?

—No lo digo yo, lo dijo el INEE (Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) en su evaluación que se lleva en la reforma educativa. Es lo único que el INEE reconoce que ha demostrado eficacia, las escuelas de tiempo completo (sic).

La mamá de Alan cuenta que su hijo pasa como mínimo dos horas al día elaborando sus tareas. En ocasiones, cuando ella y su esposo regresan del trabajo, a las seis de la tarde, le ayudan. Hace un par de meses se durmieron hasta casi la una de la mañana. Se le acumuló y tenía que entregarla al día siguiente. En cambio, Fernanda va a regulariza­ciones, a que una maestra le ayude a hacerla. Su mamá trabaja todo el día y llega muy tarde, cuando ella está dormida.

En la junta que hubo con la maestra de Alan hace unas semanas algunos padres de familia se quejaron de que les resultaba difícil ayudar a sus pequeños en esta labor, pues llegaban a las 10 de la noche y lo que querían era descansar. Y es que en el país, las condicione­s económicas obligan a que el sostenimie­nto de los hogares sea una responsabi­lidad compartida entre dos o más de los miembros de la familia. Trabajos escolares en línea Corría 2011 y en su paso por la carrera de Comunicaci­ón en la UNAM, Uriel también vendió sus servicios para elaborar trabajos finales y presentar exámenes extraordin­arios de nota informativ­a, reportaje, crónica. Cobraba 750 pesos. Aunque no había garantía de que aprobaran. En cambio, en tareasenli­nea.mx se compromete­n a sacar una calificaci­ón aprobatori­a, “si no, te devolvemos tu dinero”.

En esta plataforma el proceso para cotizar y comprar es sencillo. Si se trata del ensayo de una lectura lo primero es registrars­e rellenando las casillas de nombre, correo electrónic­o, teléfono y entidad. Luego, fecha y hora de entrega, lenguaje (español o ingles), material para desarrolla­r (una lectura), número de páginas para leer (91-133), materia, cuartillas (2), universida­d [vienen opciones de privadas —la mayoría— y públicas] y una descripció­n detallada del trabajo.

Al final, el costo es de 360 pesos, que se pagan en línea o efectivo en una tienda de convenienc­ia o banco. La entrega es en cuatro días, a las 10:00 am. Otras cotizacion­es de investigac­iones y artículos de seis cuartillas son de mil 300; ocho ejercicios de cálculo, 320 (entrega en cuatro días); 15 ejercicios integrales, 600; materias en línea, duración de un semestre, por 4 mil 800… También se puede cotizar en Facebook o WhatsApp.

Se buscó a los directores de tareasenlí­nea para hablar respecto al tema, pero al cierre de este reportaje no dieron contestaci­ón. Este sitio es muy similar a uno que surgió en la Unión Europea en 2012: nohagasnad­a.com. Su lema: “que otros lo hagan por ti”.

En la red también se encuentra tuteto.mx, funge como intermedia­ria entre quien solicita un trabajo académico o profesiona­l y quien se postula para hacerlo. Aquí se crea una cuenta de registro. Si eres “cliente”, subes el nombre y tipo de trabajo, una descripció­n detallada, la categoría, fecha de entrega, y se coloca en la nube para que alguien cotice. El pago es con tarjeta de crédito, débito o efectivo en una tienda de convenienc­ia o banco.

Si eres teto, hay una nube de trabajos y tareas para selecciona­r y cotizar. Abres la ventana donde viene la descripció­n y anotas cuánto cobrarás. La plataforma recomienda —en el caso de un ensayo— cobrar dos dólares por cuartilla o 2.5 por hora, con la advertenci­a de que “el dólar se paga a 15 pesos”, menos un descuento de 10% de comisión de la página, esto te lo depositan en tu cuenta bancaria que proporcion­as.

El sitio tuteto prohíbe pasar datos personales como correo, nombre o celular, así no existe interacció­n directa entre “cliente” y teto. Sin embargo, de lo que no se enteran ambos es de que las cotizacion­es superan 100% de lo que el segundo pide. Ejemplo, por un trabajo de investigac­ión por el que un teto cotiza en 20 dólares, al cliente le llega un aviso de que son 48.72. Es decir, la plataforma cobra 28.72 más.

En Facebook también hay venta. Por ejemplo, en “Se hacen trabajos escolares”, “Te hago tu tarea” y grupos “Hago tu tarea de derecho”, “Hago tu tarea de programaci­ón”. En Mercado Libre se ofertan “Resolución tareas problemas de matematica­s fisica y quimica (sic)”, “Resolvemos problemas, ejercicios y tareas de matemática­s” (sic). En uno de éstos la venta de ejercicios de integrales cuesta 10 pesos cada uno. Enseñar o revisar trabajos A Fernanda y Alan les agrada ir la escuela porque les gusta aprender y ver a sus amigos. Ella quiere ser veterinari­a o periodista. Él, abogado o piloto aviador.

La maestra del colegio Carolingio a veces ocupa tres tiempos durante la clase para revisar tareas; la del sur de la ciudad pone sellos sin tomar en cuenta si la tarea está bien hecha, algo similar a lo que hacen los profesores de los compañeros a los que Ibáñez les vendía tareas.

Lucía Rivera dice que a menudo los maestros e institucio­nes de cualquier nivel educativo no se encargan de verificar que lo que se entrega sea realmente elaborado por los alumnos. De esa forma, dice, lo que se está enseñando es que la compra, plagio o delegar a alguien más la responsabi­lidad de hacer la tarea no tendrá ninguna repercusió­n: “Nadie va a resultar reprobado ni castigado ni responsabi­lizado ni nada. Entonces es un problema muy serio, no sólo en lo que toca a los estudiante­s, sino también a las institucio­nes”, afirma.

Pero otro problema es que los salones de clases están saturados de alumnos, que pueden llegar a 50 o más. En estos casos, o se revisa bien la tarea o se imparte la clase. Epílogo La investigad­ora de la UPN considera que se debe dejar de ver a las tareas como una actividad exclusiva que se hace fuera de clase. Da el ejemplo del sistema educativo de Finlandia, donde se han suprimido “porque dentro de la escuela los chicos y los jóvenes hacen las tareas y se dividen en varias actividade­s que se van desarrolla­ndo en un día, en una semana, en un mes, hasta concretar un proyecto”.

Los materiales que usó Uriel para las maquetas de placas tectónicas de la Tierra fueron variados para que no se parecieran entre sí: plastilina, popotes, palillos, papel maché, cartón. Cuando sus compañeros recibieron la calificaci­ón por la tarea, Magda obtuvo 10; él, ocho.

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En estos sitios se anotan datos personales y se especifica qué tarea se requiere. El pago se hace con tarjeta de crédito o en tiendas de convenienc­ia.

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