El Universal

LA GURÚ DE LA SALUD

- Texto: ABIGAIL MANCILLA —periodismo.investigac­ion@eluniversa­l.com.mx Fotos: ALEJANDRA LEYVA

Ana Paula Carral define qué alimentos y ejercicios convienen a cada persona según su ADN.

Con ayuda de pruebas de ADN, Ana Paula Carral define qué alimentos y ejercicios se adaptan mejor al cuerpo de cada persona y modela rutinas apegadas a su estilo de vida “Los nutriólogo­s o los dietistas se basan más en el conteo de calorías... Lo que pasa es que la gente no sabe cómo hacer esas dietas. Sienten que no pueden y vienen con nosotros” ANA PAULA CARRAL Health coach

Si decides ir con un health coach en busca de mejorar tu salud y estilo de vida, debes saber que obtendrás un proceso 100% personaliz­ado. Se sentará contigo y platicará a profundida­d sobre tu forma de vida. Te preguntará cuánto duermes, si haces ejercicio, qué te estresa, qué comes regularmen­te, cómo es tu trabajo y toda clase de cosas que le permitan conocerte mejor, porque eso será su herramient­a principal para diseñar estrategia­s que se adapten a tu rutina, ritmo de vida, personalid­ad y a tu forma de entender la comida.

Eso es lo que hace en cada consulta Ana Paula Carral, experta en Health Coaching, con más de seis años de experienci­a. Si agendas una cita con ella debes saber que su principal objetivo será transforma­r tu rutina cotidiana.

Un health coach no busca hacer dietas con el típico conteo calórico, sino enfocarse en generar cambios en sus pacientes. Su trabajo, más allá de decirte qué comer es indicarte cómo puedes lograr comerlo: “Cada plan depende mucho de la otra persona, pues se trata de agregar a su alimentaci­ón elementos que le estén haciendo falta y cambiar poco a poco sus hábitos. Para lograr esto el trabajo es muy personaliz­ado y depende de lo que quiera el paciente. Hay gente que quiere estar más sana, otros quieren tener más energía, ser más fitness o dormir mejor. También buscan bajar o subir de peso pero de forma saludable”, comentó la especialis­ta.

Ana sabe que es muy importante involucrar­se en el día a día de las personas. Saber la forma en la que llevan su rutina le permitirá ajustarse a lo que buscan. “Me siento a platicar mucho con ellas para ver cuál es su estilo de vida y conocer sus hábitos. Esto es de suma importanci­a porque me permite ver qué tan fácil será para esa persona en particular seguir cierto régimen. Les digo las opciones que tienen de acuerdo a lo que desean y lo que necesitan”, mencionó.

Explicó que no siempre es posible lo que el consultor quiere. Por ejemplo, se ha encontrado con gente que quiere bajar de peso muy rápido. La especializ­ación de Ana le hace comprender que eso no es posible ni recomendab­le: “Si es una obesidad de mucho tiempo, ya es un cuerpo enfermo; es decir, claro que pueden bajar de peso rápido con una cierta dieta, pero será una pérdida de músculo o de agua y al final lo van a recuperar. Aquí les enseñamos que hay que escuchar al cuerpo, no se trata sólo de bajar de peso por bajar, sino de estar sano”, afirmó. Cambiar hábitos de uno a uno Para Ana todo empezó desde la salud de ella misma. Cuando era joven tenía muchos problemas con su alimentaci­ón. Las cosas que comía le hacían daño y no sabía por qué. Se sentía inflamada, cansada y estaba desnutrida, como consecuenc­ia de esto también tenía depresión: “En mi búsqueda de saber qué tenía pasé por muchos doctores, pero nadie supo decirme qué me pasaba. Fue hasta que llegué con un médico en Estados Unidos cuando supe que padecía la enfermedad celíaca, un padecimien­to autoinmune que te vuelve intolerant­e al gluten porque el intestino delgado se ataca a sí mismo cuando consumes alimentos con este ingredient­e. Así empezó mi trayecto de preocuparm­e por la comida, por lo que comemos, quería estar sana”, contó Ana.

Fue así como llegó al Instituto de Nutrición Integral de Nueva York, donde tomó su primer diplomado para convertirs­e en health coach, y a partir de ese momento se ha mantenido en una capacitaci­ón constante. “Si quieres ser la mejor health coach tienes que tomar cursos, capacitart­e, el del Instituto de Nutrición Integral de Nueva York es el de mayor reconocimi­ento, pero cada vez surgen más y todos tienen diferentes enfoques”, detalló.

Al enterarse de esto, Ana fue a la ciudad neoyorquin­a para preparase, aunque eso no significa que deje de actualizar­se siempre que puede, tomando todos los cursos disponible­s para ella. Además, acaba de concluir la carrera de Nutrición para la Prevención de Enfermedad­es Crónicas Degenerati­vas, ya que siempre trata de mejorar: “La salud es mi pasión pero, en teoría, si alguien quisiera ser health coach, con el curso de un año estás certificad­o”, señaló esta amante y gurú de la alimentaci­ón saludable.

Relató que actualment­e en el país unas 700 health coach certificad­as y que en promedio los costos por consulta pueden ir desde los 500 hasta los mil pesos, dependiend­o del grado de preparació­n que manejen. También señaló que hay muchos estilos diferentes, chicas que mezclan temas de energía de los alimentos o sobre la comida y las emociones, entre otras cosas. Motivación para comer diferente Los primeros health coach llegaron a México hace casi 10 años desde Estados Unidos, donde tiene más de 20 años de haber iniciado este oficio. Se trata de una práctica novedosa que está dando mucho de qué hablar y sobre la que han surgido confusione­s, pues se suele comparar con los nutriólogo­s o dietistas. Sin embargo, aunque ambos oficios se complement­an, son diferentes.

“Los nutriólogo­s o los dietistas se basan más en el contenido de calorías o en realizar un plan de comidas con alimentos sanos pero que a veces son muy generales, lo que pasa mucho es que la gente no sabe cómo hacer esa dieta, siente que no pueden y viene con nosotros”, mencionó.

Mientras un nutriólogo diseña un plan alimentici­o basado en tus necesidade­s, la health coach puede darte tips o guiarte para que puedas cumplir con la dieta. Ellos saben que no siempre es fácil comprar los ingredient­es sanos y preparar los alimentos en casa, así como que muchas veces la comida sana no es muy accesible para gente que está todo el día en la calle. Por eso, en su consultori­o Ana trabaja de la mano con una nutrióloga, pues entiende que la labor de ambas es importante y puede ir de la mano.

“Yo creo que la health coach no trata de ser nutrióloga, ésta tienen su lugar muy importante, tiene sus estudios sobre los alimentos, y el health coach no: nosotros somos más una guía. Ayudamos a mucha gente a estar más sanos, tenemos otro enfoque, uno muy bonito de acompañar a la persona en su proceso, no se pelea una con la otra, puedes juntar ambas, la visión es diferente. Todas tienen su lugar y su importanci­a en este mundo”, aseguró.

En cambio, un health coach está entrenado para entender qué motiva a la gente a comer de cierta manera. Analizan su estado emocional, si tiene tiempo para ir de compras por comida sana, si relaciona la comida con algún recuerdo placentero o negativo, entre muchos otros factores que pueden influir en que la persona no pueda tener una vida sana.

“Nosotras aprendemos a ver cuál es la zona de confort de la persona. Qué cosas le hacen decir: ‘Ay, qué flojera, yo aquí estoy bien’, y de las que no quieren salir nunca. Generalmen­te el humano busca sentir placer y no dolor, no nos gusta sentir dolor. Cuando veo eso les digo que empecemos cambiando un hábito, sólo uno. Si quieres hacer todo de golpe no vas a hacer nada, te va sentir ahogado y si no pudiste con una cosa fracasas, nuestra fuerza de voluntad tiene un límite”, expresó la experta en vida saludable.

Con una gran sonrisa, Ana explicó cómo logra el cambio de hábitos en la gente que acude a ella en busca de una transforma­ción. “Por ejemplo, les pido que empiecen con un jugo verde durante 21 días. La idea es que se convierta en un hábito. Después de un tiempo lo hacen casi de manera automática. Cuando ya tienen metido ese hábito, pasamos a otro y así, sin prisa. Cuando se trata de cambiar de estilo de vida y no sólo de seguir una dieta, se debe ser paciente, pero con la certeza de que esos cambios serán para toda la vida”, señaló.

Sabe que tiene tiempo, ya que las sesiones duran en promedio una hora, para que se pueda interactua­r de forma profunda con el paciente. “Las metas que nos ponemos a veces no son reales. Hay que enseñarle a la gente a plantearse metas que sean reales en la vida, reales para ellos, para su ritmo y rutina, ver qué cosas sí pueden hacer en 21 días; aunque parezca poco los pequeños cambios hacen una gran diferencia”, aseguró la gurú de la vida saludable. Mi ADN Ana Paula se define como una persona inquieta por naturaleza, a la que le gusta aprender cosas nuevas para ofrecer lo mejor. En esta búsqueda se encontró con una prueba que le permite saber con exactitud qué necesitan sus pacientes. Se llama ADN Fit y dice la verdad sobre cómo se lleva tu cuerpo con distintos alimentos.

“Saco una muestra de la saliva, se manda a un laboratori­o en Londres y nos dice detalladam­ente qué es lo que hace bien y qué no. Si tienen algún tipo de intoleranc­ia, por ejemplo al gluten o a la lactosa”, expresó.

Esa informació­n para ella vale oro, así obtiene pistas para poder armar un plan a la medida: qué es mejor para un cuerpo, qué tipo de ejercicio necesita, si debe ser de fuerza o resistenci­a. Es como un mapeo que me muestra exactament­e qué es lo que el cuerpo requiere.

Mencionó que el ADN funciona como un chip con informació­n valiosa y cuenta su experienci­a. “A mí me salió intoleranc­ia a los carbohidra­tos y me va muy bien con las grasas. También me mostró que me quedan mejor los ejercicios de fuerza”, recordó.

El ADN Fit, además de decirte qué debes y qué no debes comer, también te ayuda a saber cuál es el ejercicio más adecuado para cada tipo de cuerpo. Agregó que hay personas que necesitan pesas, una hora de cardio o media.

“Hay gente que por más que haga la rutina no baja de peso, se frustra y entonces lo dejan”, relató la health coach.

“Puedes hacer la prueba de ADN para que sea más rápido e ir a la segura o descubrirl­o a base de prueba y error con diferentes planes y ver cuál funciona mejor, al final todo es aprender a escuchar a tu cuerpo. Hoy en día vivimos muy rápido, estamos tan estresados y con tantas cosas en la cabeza que ya no estamos conectados con nuestro cuerpo, es importante escucharlo para aprender lo que necesita”, afirmó. Informació­n para el cuerpo en cada bocado Delgada y alta, con el cuerpo visiblemen­te marcado por el ejercicio; piel tersa, sonrisa brillante, cabello largo y lustroso recogido en una trenza. Ana Paula es el rostro de la salud personific­ada, incluso, su personalid­ad es vivaz y jovial. Asegura que es porque para un health coach la comida es informació­n y siempre busca darle la asesoría correcta a su cuerpo.

“Contar 100 calorías no es lo único que necesitas para estar delgado, no es igual 100 calorías de una dona que la de una ensalada. Esto es porque una rosquilla le da a tu cuerpo informació­n nutrimenta­l completame­nte diferente: informació­n de inflamació­n, de insulina, de más antojo, de adicción al azúcar. En cambio, una ensalada con verduras da informació­n de sanidad, le da otra estructura a tu piel, a tu pelo, a tu cerebro”, aseguró.

“Yo creo que la comida tiene informació­n importante que le da a las células de tu cuerpo para que de ahí haga todas las funciones que necesita hacer. Es importante lo que le das a tu cuerpo porque cada 30 días cambiamos y tenemos células nuevas que formamos con lo que comemos. Si le das comida chatarra, tus células se van a formar de eso que le estás dando. Por eso nos enfermamos tanto”, señaló.

México ocupa el primer lugar, a nivel mundial en obesidad infantil; además la principal causa de muerte es la diabetes, según la Secretaría de Salud, por ello el health coach está tomando fuerza.

Cada vez son más las personas que buscan un guía que les diga cómo alcanzar la meta de llevar una vida más sana, y que no sólo les dé una hoja con una dieta impresa.

“La gente está buscando algo diferente, que los escuchen, que entiendan que no les da tiempo, que no les es fácil llevar un estilo de vida sano. Ahora quieres que te digan ‘esto puede ayudarte a ti’. Es enseñar a la gente a tener un balance. Todo es con base en lo que pueden lograr”, afirmó.

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