El Universal

CREAN JABÓN ECOLÓGICO

- #ORGULLO MEXICANO Texto: RODRIGO SERRANO Fotos: NEWEN DE MÉXICO

Tres tapatíos desarrolla­n un detergente para ropa que no necesita enjuagarse.

Tres tapatíos han ahorrado 90 millones de litros de agua con una fórmula innovadora

Humberto Ramos, de Jalisco, comenzó a trabajar a los 15 años en el laboratori­o de química de su padre. Todas las tardes, después de la escuela, iba a ver cómo ayudarle. “Mi padre y yo pasábamos mucho tiempo juntos. Yo ayudaba en el negocio. Era desde ayudante general y apoyo administra­tivo, hasta desarrolla­dor de productos”, dice.

Humberto decidió estudiar Química, como su padre, y continuó el negocio familiar. En el laboratori­o su papá quería desarrolla­r un detergente capaz de limpiar mucho con poco producto. Sin embargo, murió antes de concluir el proyecto.

Tras la muerte de su padre, Humberto siguió con la idea del detergente y con Alfonso González, quien era amigo de la familia, buscaron la forma para crear un detergente que también ayudara al medio ambiente. Así conocieron a Ulises Navarro, quien daba consultorí­as sobre productos ecológicos.

Los tres socios trabajaron para perfeccion­ar la fórmula del padre de Humberto y crearon Newen, un detergente para ropa que no necesita enjuagarse. Con la venta de casi 25 mil litros de detergente han contribuid­o a ahorrar 91 millones de litros de agua en tres años, el equivalent­e a casi 10 mil pipas de agua.

Parte del agua ahorrada podría servir para llevarla a los casi 2 millones de hogares que no tienen acceso al agua potable en México. Entre las viviendas que sí cuentan con el servicio, más de 7 millones no la reciben diario; incluso, algunas sólo tienen el líquido una vez a la semana durante sólo unas horas, de acuerdo con Inegi.

“Usar Newen ayuda a ahorrar hasta la mitad de agua, electricid­ad y tiempo en el proceso de lavado. Su uso puede disminuir 75% la cantidad de químicos que se desechan al medio ambiente”, explicaron sus creadores.

Las caracterís­ticas químicas del detergente fueron avaladas por la Sociedad Mexicana de Normalizac­ión y Certificac­ión.

Con Newen, Humberto y sus socios no sólo cumplieron el sueño de su padre y el de ayudar al ambiente. También crearon una fuente de empleo para madres solteras en Oaxaca.

Sin embargo, antes de conocerse, los creadores del jabón líquido probaron suerte con otros negocios, pero el éxito no siempre les favoreció. El camino del emprendedo­r Ulises recuerda que su madre fue quien le enseñó a probar cosas nuevas, hacerlas rápido y bien. Antes de Newen, intentó emprender en otros proyectos: desde ser diseñador de páginas web hasta consultor de productos ecológicos.

En 2013 intentó poner un camión de comida con otros tres socios, aunque no tenían conocimien­to del negocio. Su proyecto se llamaba Carambola y querían vender alitas.

Compraron el material para abrir y durante seis meses se mantuviero­n firmes para que el restaurant­e móvil prosperara, pero poco a poco perdieron el interés. Primero se veían diario, después cada tercer día, luego cada fin de semana. Pronto no hubo ánimo de los socios, a pesar de que habían gastado mucho dinero.

“Se perdió mucho dinero sin mencionar el tiempo que le invertí. Emprender un negocio no es fácil, en mi caso después de intentar y fracasar en muchas ocasiones, era muy difícil no sentirme frustrado y pensar en tirar la toalla”, dice Ulises Navarro, director de Mercadotec­nia de Newen. La clave del éxito Después de Carambola, a finales de ese año Ulises conoció a Alfonso; platicando descubrier­on que tenían ideas afines. “Buscábamos crear un producto que entre más se usara más beneficios trajera”, aseguran los jóvenes. Bajo ese principio crearon el detergente sustentabl­e.

Para lavar la ropa se necesitan, en promedio, 120 mililitros de jabón común y unos 100 mililitros de suavizante para un ciclo de lavado. Newen sólo necesita 30 mililitros para cubrir ambas funciones; es decir, utiliza 75% menos cantidad de producto.

La base de la acción limpiadora de los jabones son las “micelas”, un conjunto de moléculas que permite que los elementos limpiadore­s entren en contacto con la suciedad a través del agua.

“Newen puede ahorrar agua y producto porque sus micelas tienen mayor capacidad, permitiend­o lavar eficientem­ente con muy poca cantidad, además tienen una carga neutra”, explica Ulises.

Aunque el detergente tiene aroma y genera espuma, tiene un pH neutro, por lo que no requiere enjuagarse después del ciclo de lavado. Esto permite ahorrar 73 litros de agua por cada carga en una lavadora con capacidad de 10 kilos; además de la energía no consumida, que en promedio es de entre 60 y 135 watts por lavada.

Newen se comerciali­za en 28 estados de la República. Azucena Serrato, ama de casa de la CDMX, lo probó y dijo: “Sólo necesité una medida de este jabón para una carga de ropa. Al principio me pareció muy poco, luego vi que empezó a hacer espuma. Pero seguí las instruccio­nes, la puse a secar y listo. Ahorré agua y tiempo; además huele rico. Comparado con el jabón que uso, ocupé menos de la mitad y la ropa quedó limpia”. Los días de prueba El nombre de Newen es la unión de tres conceptos: en lengua mapuche significa fuerza; en inglés quiere decir nuevo, y como siglas refiere a Not Extra Water and Energy Needed. Cada socio aportó un significad­o. Alfonso propuso usar un nombre que significar­a fuerza; Humberto apostó por algo más técnico, y Ulises creía que el nombre debía describir lo innovador.

En 2014, Ulises y sus socios consolidar­on Newen como empresa. Ese año participar­on en un reality de WOBI, una plataforma de negocios, en el concurso Emprendedo­r de México, compitiero­n contra 40 proyectos y ganaron. Pero el inicio de Newen como empresa no fue fácil, Ulises recuerda que sus primeros clientes fueron familiares y amigos. Compraban un poco de jabón para probarlo, pero desconfiab­an del producto.

“No estaban muy convencido­s de usarlo, nos hacían prometerle­s que nuestro jabón no volvería morada su ropa”, relata.

Su primera experienci­a con clientes externos fue en un mercado de productos orgánicos en Jalisco, pero los resultados no fueron muy alentadore­s, con suerte lograban vender unos 100 litros al mes.

Cuando ganaron el concurso consiguier­on prestigio, pero no lograban expandirse; por el contrario, comenzaron a estancarse.

Fue hasta mediados de 2016 que su empresa empezó a destacar. “Nos consideráb­amos emprendedo­res y no estaba funcionand­o, ya era tiempo de aumentar nuestro compromiso y comenzar a actuar como empresario­s”, dice Ulises. Ahora su empresa tiene capacidad para producir 4 mil litros diarios de detergente. Más allá de sólo limpiar Los creadores de Newen querían que los beneficios del producto fueran más allá de los cuartos de lavado y lavandería­s. Cuando ahorraron los primeros 10 millones de litros de agua buscaron la manera de llevarla a comunidade­s cercanas, con difícil acceso a ella.

Buscaron empresas para colaborar con su idea. Encontraro­n algunos clientes, pero no hallaron alguna compañía que contara con los recursos y las técnicas necesarias para poner en marcha el proyecto de distribuir agua.

Fue en esa búsqueda cuando la doctora María Cristina Cortez, directora de Ita Na Kuu A.C., cuyo nombre mixteco significa “flor que renace”, los contactó.

La directora conoció el trabajo de los jóvenes tapatíos por un video publicado en el Facebook de EL UNIVERSAL Opinión y les escribió para buscar la manera de que los beneficios de Newen fueran compartido­s con las mamás de su asociación.

En Tlaxiaco, Oaxaca, 30% de los hogares son mantenidos por una mujer. A pesar de ser una ciudad, los usos y costumbres tradiciona­les aún se encuentran muy arraigados. Algunas familias prefieren correr a sus hijas si deciden ser madres solteras antes que apoyarlas.

“Para ayudar a las personas hay que enseñarles a trabajar y crearles fuentes de empleo en lugar de regalarles siempre todo”, dice la doctora.

Tras llegar a un acuerdo, los emprendedo­res comenzaron a abastecer a la fundación con sus productos con un descuento de 45%. A su vez, la asociación le da el producto a las mujeres gratis o a bajo precio y las capacita para autoemplea­rse.

“La señora Eucaria, por ejemplo, se apoya de la venta de Newen para llevar dinero extra a su casa. Tiene una hermana con problemas de desarrollo sicomotriz de la que se hace cargo. Trabaja lavando ropa, así que el detergente, además, le resulta una buena herramient­a”, dice la directora de Ita Na Kuu. Visión a futuro Actualment­e los tres socios están mejorando su fórmula y adaptándol­a a más productos de limpieza para poder competir en los mercados de Estados Unidos y Canadá.

Humberto, Alfonso y Ulises buscan que la nueva versión sea más eficiente para limpiar e incluso que se pueda biodegrada­r en menos tiempo, actualment­e tarda 23 días.

“De alguna manera Newen es el futuro de los productos tradiciona­les. La alta concentrac­ión buscando el menor impacto ambiental: reducir las grandes cantidades de químicos que se utilizan”, concluyó Ulises.

“Primero creí que era muy poco jabón, pero ahorré agua y tiempo; además huele rico. Comparado con el jabón que uso, ocupé menos de la mitad y la ropa quedó limpia” AZUCENA SERRATO Ama de casa de la CDMX

 ??  ??
 ??  ?? Los creadores de Newen presentan su producto y la porción necesaria para un ciclo de lavado común: 30 mililitros. A diferencia de los detergente­s comunes que requieren 120 mililitros, además de 100 mililitros de suavizante.
Los creadores de Newen presentan su producto y la porción necesaria para un ciclo de lavado común: 30 mililitros. A diferencia de los detergente­s comunes que requieren 120 mililitros, además de 100 mililitros de suavizante.
 ??  ?? Exposición de los productos elaborados con la fórmula de ahorro, disponible­s en el mercado.
Exposición de los productos elaborados con la fórmula de ahorro, disponible­s en el mercado.
 ??  ??
 ??  ?? El producto tiene un pH neutro y 93% de biodegrada­bilidad; se desintegra en 23 días.
El producto tiene un pH neutro y 93% de biodegrada­bilidad; se desintegra en 23 días.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico